4 de noviembre de 2011

Crítica de cine: Verbo, de Eduardo Chapero-Jackson



¿Qué es Verbo? De entrada, una película inclasificable. Eduardo Chapero-Jackson da el salto al largometraje tras varios exitosos cortometrajes y se propone desafiarnos. Jugando con lo clasico y lo moderno. La palabra y la imagen. La realidad y la fantasía. ¿Y con qué se queda? Con un poco de todo. Juega a Alicia en el País de las Maravillas en un barrio de suburbios y el conejo blanco tiene la cara de un Miguel Ángel Silvestre que rapea y habla en verso, como todos los personajes del Otro Mundo que Sara, la protagonista, visita. Tiene El Quijote como libro de cabecera (y Desafío) y como metáfora de la propia vida real. La Ínsula Barataria no existe, y el universo de extrarradio que Chapero-Jackson sitúa como el escenario del Desespero tampoco, pero qué real resulta ser. Nos acerca a loa adolescentes, a los miedos, frustraciones, aspiraciones y deseos de expresarse que tienen, siente, reprimen, desbordan y explotan. Y Sara (la debutante Alba García) es la adolescente por antonomasia: no la escuchan, no la entienden, no la conocen. Pero es ella quien NO se escucha, NO se entiende, NO se conoce.

El rapeo es el lenguaje de la libertad, sí, pero también de las emociones. En última instancia, más allá de los efectos visuales --no tantos como pudiera parecer por el tráiler-- queda la Palabra. Y en este sentido, Chapero-Jackson acaba por demostrar ser un romántico. Grita, lucha, siente, actúa. La Palabra es tu Arma, tu Voz, tu Poder. Adolescentes que no sabéis donde estáis ni para qué ni hacia dónde os movéis: Gritad. El grafito es algo más que Arte, la Ciudad mucho ma´s que un Escenario y el Silencio la Muerte que a todos nos acecha.



Y, sin embargo, la película, con toda esa Poética como bandera, no acaba de cuajar del todo. Tarda un poco en arrancar, tras un epílogo desasosegante, y aunque lo entendemos (hay que conocer a Sara, a sus padres, sus amigos, su profesor que no es guía no consejero), pero para cuando Alicia ha caído en el agujero, ha avanzado bastante el metraje. Y luego parece como si faltara tiempo. La segunda parte de la película es magnífica, pero qyuizá algo escasa. Esperas más Imaginería Cyberpunk, Rapera e incluso Posmoderna, y la hay, pero querías más. Con todo, y aun cayendo en un cierto idealismo romántico, el final es poderoso, esperanzador, soñador incluso.

Bien por esta película, bien por la audacia, bien por romper esquemas y superar categorías. A pesar de sus carencias, bien por Verbo.

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