13 de septiembre de 2022

Reseña de The War That Made the Roman Empire: Antony, Cleopatra, and Octavian at Actium, de Barry Strauss

«[Tribuno:] —Dicen que Marco Antonio está con ella. Muerto.

[Octavio:] —¿Qué?

—Que Antonio está muerto.

—¿Es el modo de decirlo? ¿Así de sencillo? Marco Antonio está muerto… Antonio ha muerto… La sopa está caliente, la sopa está fría, Marco Antonio está vivo, Marco Antonio está muerto… ¡Debes temblar de terror cuando esas palabras pasen por tus labios! Porque si son una falacia Antonio te cortará la lengua por mentiroso; y si son ciertas, deberás vanagloriarte toda tu vida por haber tenido el honor de pronunciar su nombre después de muerto. La muerte de un hombre semejante hay que anunciarla, gritarla. Porque su eco debe resonar por todos los rincones del universo. ¡Antonio está muerto! ¡Marco Antonio, hijo de Roma, ha dejado de vivir!».

Cleopatra (Joseph L. Mankiewicz, 1963; secuencia de la película).
Sobre el mundo romano, quizá no haya tema más manoseado desde la divulgarización que la relación de Marco Antonio (c. 83-30 a.C.) con la reina Cleopatra VII (69-30 a.C.) y la guerra que “provocaron”. El cine (y la televisión), desde luego, han ayudado a ello, reiterando a su vez tópicos alrededor de ambos personajes: una historia de amor, de pasión envilecedora incluso, que llevó a su derrota en una guerra (civil) contra Roma y a sus respectivos suicidios. Incluso un filme tan destacable como el de Mankiewicz incidía en ese amor tan posesivo, que llevaba a presentar una batalla de Accio (2 de septiembre de 31 a.C.) en la que Antonio, al descubrir que Cleopatra se marcha a Egipto, lo abandona todo, naves y soldados que luchan, están heridos o agonizan, en pos de su amor; cuando llegue a la nave de Cleopatra, se dará cuenta de lo que ha hecho y se culpará por ello. Una imagen, el abandono de todo por un amor irrefrenable, que remite a las fuentes, prácticamente todas ellas contrarias a ambos personajes, que presentaron a un Antonio sojuzgado por Cleopatra; un imperator romano dominado por una mujer, reina y extranjera por más señas.

Canciones para el nuevo día (3582/2801): "Pruit Igoe"

Philip Glass - Pruit Igoe



Disco: Koyaanisqatsy - soundtrack (1982)