4 de noviembre de 2016

Crítica de cine: Sully, de Clint Eastwood

Un gélido 15 de enero de 2009, un día normal en Estados Unidos (a apenas una semana del inicio del primer mandato presidencial de Barack Obama), un suceso maravilló a la población de Nueva York, el país, el mundo. Un avión comercial de la compañía America Airlines, el vuelo 1649, amerizó en las frías aguas del río Hudson, apenas iniciado su vuelo, unos minutos antes, desde el neoyorquino aeropuerto LaGuardia. A bordo, entre tripulació0n y pasajeros, iban 155 personas y, a pesar de los temores de una catástrofe aérea, no hubo víctimas mortales. En apenas 24 minutos desde el amerizaje todos fueron rescatados. Fue un hecho inaudito, "el milagro del Hudson", como enseguida los medios lo bautizaron. Y en toda hazaña hay un héroe: el comandante Chesley Sullenberger, "Sully" para todo el mundo (Tom Hanks). A su lado estaba el copiloto Jeff Skiles (Aaron Eckhart). Sully había tomado los mandos del avión tras producirse la incidencia que marcó el suceso: una bandada de pájaros se estrelló contra el avión y varios de ellos inutilizaron los dos motores, lo cual obligaba a regresar a LaGuardia, buscar un aeropuerto cercano o probar un aterrizaje de emergencia. Sully, tras los lógicos momentos iniciales de desconcierto, se decidió por al última opción en la improvisada "pista" de las aguas del Hudson (recordemos que era enero y con una sensación térmica de varios grados bajo cero). Esa decisión logró salvar la situación, pero también generó dudas en las autoridades del país encargadas de la seguridad aérea (básicamente, la Junta de Seguridad del Transporte Aéreo (NTSB, por sus siglas en inglés). A pesar de haber salvado las vidas de todos los ocupantes del avión, ¿estuvo equivocado Sully? ¿Tomó una decisión que puso en juego esas vidas humanas? ¿No era acaso más factible el aterrizaje de emergencia en LaGuardia u otro cercano, una vez se dio la vuelta? En última instancia, Sully, el "héroe", ¿pudo ser lo contrario?

Canciones para el nuevo día (2075/1304): "Best Day Of My Life"

American Authors - Best Day of my Life

Disco: Oh, What a Life (2014)

3 de noviembre de 2016

Reseña de El mundo en la Antigüedad tardía. De Marco Aurelio a Mahoma, de Peter Brown

«Estoy convencido de que la tierra es muy grande, y que nosotros sólo habitamos la parte que se extiende desde Fáside hasta las columnas de Heracles, derramados a orillas de la mar como hormigas o como ranas alrededor de charca».
Platón, Fedón, 109 a-b.
El mundo antiguo se formó alrededor de un mar. El mundo antiguo mediterráneo, claro está (ay, esa visión eurocéntrica que tenemos). Este mundo conoció una unidad cuando los romanos controlaron las riberas de este mar casi cerrado. Mare Nostrum, que decían los clásicos. Mare clausus, que dirían los foráneos. Porque la civilización pareció que sólo podía existir alrededor de esa charca, de tal modo que apenas cien kilómetros tierra adentro uno ya podía considerar que no estaba en terreno civilizado. Mar rodeado de montañas, escarpados acantilados, condenado a la inanición si no fuera, paradójicamente, por las llanuras del interior, ese vasto hinterland que alimentaba con su grano a los habitantes de la costa. Un mundo en el que era más económico transportar productos de punta a punta de la «charca de ranas» que a cincuenta o setenta kilómetros tierra adentro. Las principales ciudades del vasto imperio romano estaban en la costa. Pasarían siglos, muchos siglos, para que, en el interior, del frío norte, se desarrollaran los centros modernos que prefiguraron la Europa moderna. Pero para entonces el mundo forjado durante milenios en las riberas de la Gran Charca había pasado a mejor vida. Cambio y continuidad. El mundo en la Antigüedad tardía. De Marco Aurelio a Mahoma, de Peter Brown (Taurus, 1989) nos habla de ello. De cambios y continuidades. De cómo el mundo conocido tuvo que afrontar transformaciones a lo largo de varios siglos, pongamos en un lapso de tiempo que va del 200 al 700. Las sociedades que vivieron los años del apogeo del imperio romano tuvieron que enfrentarse a la larga crisis tras la cual la unidad del mar Mediterráneo se trocó en diversidad y la continuidad se disfrazó de ruptura. Henri Perenne ya nos habló de ello en Mahoma y Carlomagno (Alianza), su gran obra clásica, en la que relacionaba el triunfo del Islam con la destrucción de la unidad impuesta por el mundo romano. Peter Brown también introduce el elemento islámico como transición, pero en la etapa final de un gran proceso que se inició, poco a poco, varios siglos atrás.

Canciones para el nuevo día (2074/1303): "Little Talks"

Of Monsters and Men - Little Talks

Disco: My Head Is an Animal (2011)



2 de noviembre de 2016

Reseña de Viajar por el antiguo Egipto, de Jean-Claude Golvin y Aude Gros de Beler

Viajar a Egipto hoy en día (si la situación política del país lo permite) es fácil, como lo es recorrer el Nilo desde la frontera con Sudán y hasta la desembocadura en el Mediterráneo. Son muchas las crónicas y libros de viajes que relatan el periplo a través del Nilo y las portentosas ruinas de tantos y tantos edificios de los tiempos faraónicos. El lector también puede hacerlo y sentir la esencia de ese viaje a través del papel, o de lo que unas ilustraciones pueden evocar en nuestra imaginación. Jean-Claude Golvin, que tanto nos hizo disfrutar hace unos meses con su espléndido libro Ciudades del mundo antiguo (Desperta Ferro Ediciones, 2015), se une en esta ocasión a la egiptóloga Aude Gros de Beler para “trasladarnos” al Egipto de los faraones con un volumen que logra superar al anterior. Pues si Ciudades podía adolecer (lógicamente) de una cierta dispersión geográfica, Viaje por el Egipto antiguo (Desperta Ferro Ediciones, 2016) se ayuda de un criterio muy sólido: qué mejor que el curso del Nilo, desde Abu Simbel y hasta Alejandría, como hilo conductor de este periplo. Un hilo narrativo, pues, geográfico, que a su vez trasciende la cronología, pues a tenor de las diversísimas etapas de la civilización egipcia (incluidas las etapas helenística y romana) sería bastante complicado estructurar el libro de una manera “lineal” sin tener que volver una y otra vez a yacimientos y ciudades que vivieron diversos períodos históricos.

Canciones para el nuevo día (2073/1302): "Take Your Mama"

Scissor Sisters - Take Your Mama

Disco: Scissor Sisters (2004)

 

30 de octubre de 2016

Crítica de cine: Que Dios nos perdone, de Rodrigo Sorogoyen

Madrid, agosto de 2011. Benedicto XVI visita la ciudad en ocasión de la Jornada Mundial de la Juventud y con él cientos de miles de católicos llenan la capital de España, mientras sus habitantes (y el resto del país) soportan un calor especialmente intenso aquel verano. A la canícula veraniega hay que añadir el calor de los recientes acontecimientos que, con un epicentro en la Plaza del Sol, fue avivado por el movimiento de los llamados “indignados” y cuyas llamas se extendieron por todo el país, siendo el caldo de cultivo de una protesta ciudadana y la base (no única) que llevará, en los años siguientes, a la formación de un partido nuevo, Podemos. Dos inspectores de policía, de homicidios en particular, Alfaro (Roberto Álamo) y Velarde (Antonio de la Torre) tienen su particular preocupación: atrapar a un asesino en serio que, en esos días, se ha dedicado a atacar y matar a mujeres ancianas en el centro de Madrid. El tiempo apremia, no conviene despertar pánico en una capital “invadida” por los peregrinos católicos ni tampoco azuzar el morbo mediático. Pero Alfaro y Velarde, a su manera, son también dos particulares personajes en los que la violencia, abierta o soterrada, también está muy presente. Y tampoco ellos podrán escapar de un clima de angustia y presión. Y calor, mucho calor.

30 de septiembre de 2016

Reseña de Sexo y poder en Roma, de Paul Veyne

Dicen los clásicos que Rómulo y Remo, dejados en una cesta en el río Tíber por su madre Rea para evitar que fueran asesinados por su malvado y usurpador tío Amulio, fueron amamantados por una loba, Luperca. Luego fueron recogidos por una pareja de pastores, que los criaron, y al crecer repusieron a su abuelo Numitor en el trono de Alba Longa. Y más tarde crearon su propia ciudad en el lugar donde les encontrara la loba. Y surgió Roma y… lo demás es historia. Pero lo que nos interesa de esta leyenda es que la loba que amamantó a los gemelos quizá no era un canis lupus al uso, sino una lupa o la palabra con la que los romanos designaban a una prostituta. Quizá Luperca (que lleva en su nombre la denominación del animal y de su oficio) se dedicara a satisfacer a posibles clientes entre los pastores y agricultores de la zona. Quién sabe. La historia no es siempre como nos la han contado. Paul Veyne (n. 1930) es un historiador francés ya jubilado que durante años ha nadado en las aguas de la historia antigua, griega y romana, bebiendo también de los ríos de la sociología y la filosofía. Suyos son libros ya clásicos como Le pain et le cirque. Sociologie historique d’un pluralisme politique (Éditions du Seuil, 1976), que reclama a gritos una traducción castellana, La elegía erótica romana (FCE, 1991, reed. 2006), La sociedad romana (Mondadori, 1999), Los misterios del gineceo (Akal, 2003) u obras recientes como Séneca, una introducción (Marbot, 2008) y El imperio grecorromano (Akal, 2009). Y ahora nos llega Sexo y poder en Roma (Paidós, 2010), un librito (si nos dejamos llevar por el modo como el tomito que el poeta Catulo dedicara a Cornelio Nepote) con mucha enjundia.

Efemérides historizadas (XXVII): 30 de septiembre de 1399 - deposición de Ricardo II de Inglaterra y proclamación de Enrique IV

Un 30 de septiembre de 1399 Enrique de Bolingbroke, duque de Lancaster, fue proclamado rey de Inglaterra como Enrique IV, tras deponer el Parlamento a su primo, Ricardo II, que fue recluido en prisión y asesinado en extrañas circunstancias en febrero de 1400. Todo empezó con un desafío, en la más medieval tradición del torneo, y en la que medió el rey Ricardo II. Enrique era hijo de Juan de Gante, primer duque de Lancaster, y Ricardo de Burdeos era hijo de Eduardo, conocido como el ‘Príncipe Negro’, hermano de Juan y heredero del trono del padre de ambos, Eduardo III. La muerte de este “oscuro príncipe” en 1376 dejó a Ricardo como heredero del trono que ocuparía al morir el anciano rey un año después. Se inició una regencia (de hecho, aunque formalmente no de nombre), pues Ricardo tenía diez años de edad, en manos de Juan de Gante. Ricardo y Enrique tenían la misma edad y se educaron juntos, aunque sus caminos no estaban destinados a converger… a priori. La nobleza inglesa se opuso al poder de Lancaster y Ricardo, con 14 años de edad, dio por finalizada su minoría de edad en 1381 e inició su reinado ‘de facto’ con una política de asunción de todo el poder en sus manos y en contra de los grandes señores feudales (como su tío Juan de Gante), siendo una de las causas de su caída como monarca casi dos décadas después.

Canciones para el nuevo día (2050/1279): "Send Me an Angel"

Scorpions - Send Me an Angel

Disco: Crazy World (1990)

29 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XXVI): 29 de septiembre de 522 a.C. - Darío I de Persia asesina al falso Esmerdis

Un 29 de septiembre de 522 a.C. el príncipe persa Darío (Dārayawuš, en persa antiguo), emparentado con la familia real aqueménida, mató al mago Gaumata, el llamado falso Esmerdis –o Bardiya, el nombre persa–, hermano del rey persa Cambises II, y a quien años atrás se había hecho pasar por éste y lo había asesinado. O según trata de contarnos el propio Darío en una de esas “versiones oficiales” que deja la historia de tanto en tanto. Todo empezó, según Heródoto, con la muerte de Bardiya, ordenada por Cambises II antes de partir para su campaña contra Egipto. El historiador griego cuenta que el rey persa estaba enajenado y que, además de matar a su hermano, cometió diversas barbaridades en Egipto, incluido el haber hecho matar el sagrado buey Apis (y sus sacerdotes) en Menfis. ¿Leyenda negra del rey persa? Quién sabe. Heródoto se pone chismoso a veces y se fía de fuentes que no ha contrastado, y en este caso sigue la “versión oficial” de Darío. La hybris de Cambises tendría su particular némesis, y en este caso fue la usurpación de su trono: mientras se encontraba en Egipto, en el año 522 a.C., un mago (sabio persa) llamado Gaumata se hizo pasar por Bardiya y se proclamó rey, logrando el apoyo de parte de la nobleza aqueménida, un hecho muy preocupante para Cambises, aislado en Egipto.

Canciones para el nuevo día (2049/1278): "Rock the Night"

Europe - Rock the Night

Disco: The Final Countdown (1986)

 

26 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XXV): 26 de septiembre de 1960 - primer debate Nixon-Kennedy

Un 26 de septiembre de 1960 tuvo lugar el primero de los cuatro debates televisados entre los candidatos Richard M. Nixon (republicano) y John F. Kennedy (demócrata) a la presidencia de los Estados Unidos de América. Fue, de hecho, el primer debate entre dos candidatos presidenciales emitido por televisión, tuvo una audiencia estimada de 70 millones de espectadores (un 60% de la población adulta del país) y, desde luego, cambió la historia de las campañas electorales de todo el mundo… y de la propia televisión. De hecho, fueron también los primeros debates cara a cara entre dos candidatos; el precedente más cercano fueron los debates entre Abraham Lincoln y Stephen Douglas en las elecciones al Senado de 1858. Las elecciones presidenciales en noviembre de 1960 fueron muy reñidas, aunque de partida Nixon era el favorito en la encuestas y gozaba del prestigio que suponía haber ostentado la vicepresidencia (a pesar de que su labor como tal más bien fue mediocre) durante el mandato de un muy popular Ike Einsenhower, desde enero de 1953. La trayectoria política de Kennedy durante sus casi quince años en Washington, sin embargo, fue limitada e incluso contraproducente: apoyó a Joe McCarthy en algunas votaciones del Senado, antes de darse cuenta de que éste era una figura caduca. Su escasa experiencia en política, a la que había llegado al finalizar la Segunda Guerra Mundial como sustituto de su fallecido hermano Joseph, se notaría en algunos de los cuatro debates televisados, pero, a diferencia de Nixon, se adaptó enseguida al medio.

Canciones para el nuevo día (2046/1275): "Shelter Me"

Joe Cocker - Shelter Me

Disco: Joe Cocker Live (1990)

23 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XXIV): 23 de septiembre de 1122 - firma del Concordato de Worms y resolución de la "querella de las investiduras"

Un 23 de septiembre de 1122 el emperador germánico Enrique V y el papa Calixto II firmaron el Concordato de Worms, que pone fin a la llamada “querella de las investiduras” que había enfrentado a Imperio y Papado en el último medio siglo a causa de la provisión y control de obispados, abadías y beneficios eclesiásticos. Un tema clásico que jalona la historia de la Cristiandad en la Edad Media y que significa un antes y un después en las relaciones entre Iglesia y Estado. Todo empezó con la aclamación popular (fuera de la elección propia en el colegio cardenalicio) de Hildebrando Aldobrandeschi como papa en abril del año 1073 con el nombre de Gregorio VII. Durante los doce años de su convulso papado, Gregorio VII inició una reforma de la Iglesia de gran calado, cuyos resultados no pudo ver en vida, tratando de acabar con el cesaropapismo de los emperadores salios llevaban imponiendo desde varias décadas atrás, sin cortapisas y ante una institución papal débil e impotente. La creación de la orden de Cluny, siglo y medio antes (y ya comentada la efeméride de la fundación de la abadía hace un par de semanas) forma parte de un despertar reformador que trataba de liberar las órdenes monásticas, y el control de monasterios y abadías, del control temporal o de la influencia episcopal (a su vez sometida a no poco señores feudales).

Canciones para el nuevo día (2045/1274): "Waiting On A Sunny Day"

Bruce Springsteen - Waitin' on a Sunny Day

Disco: The Rising (2002)

 

21 de septiembre de 2016

Reseña de Manifiesto por la Historia, de Jo Guldi y David Armitage

En este libro breve que publica Alianza Editorial y que asume la forma de un manifiesto, Jo Guldi (Brown University) y David Armitage (Harvard University) reflexionan sobre el papel de la Historia en la actualidad, sus problemas presentes –la «crisis de las humanidades», la dictadura del short-term (o cortoplacismo), la visión no útil de la disciplina en los gobiernos, empresas y think tanks– y los desafíos que plantea la recuperación de la longue-durée (la larga duración) de Annales y Fernand Braudel para analizar conceptos como el cambio climático, la gobernanza, la desigualdad y el manejo de una inabarcable masa documental (Big Data) en la actualidad. Versión impresa del texto en un portal creado por Cambridge University Press, disponible on line. Es curioso que nos reencontremos con viejos planteamientos braudelianos como la longue-durée… y sin embargo en la actualidad quizá sea un elemento muy necesario en los estudios históricos. Guldi y Armitage analizan cómo en una disciplina como la Historia se ha asentado el método de la microhistoria de décadas anteriores en tesis doctorales e investigaciones, acortándose los períodos a analizar. Si hace unas décadas se planteaban estudios de procesos que se producen a lo largo de varios siglos, en la actualidad se tiende al cortoplacismo (pocas décadas e incluso años), con conclusiones que apenas tienen en cuenta las dinámicas evolutivas del paso del tiempo; se tiende, además, a estudios hiperespecializados y temas muy concretos que no permiten una análisis de larga duración, y que en muchas ocasiones benefician a otras disciplinas como la economía.

Canciones para el nuevo día (2043/1272): "The Passenger"

Iggy Pop - The Passenger

Disco: Lust for Life (1977)

 

20 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XXIII): 20 de septiembre de 1792 - la "nación francesa" gana la batalla de Valmy

Un 20 de septiembre de 1792 tuvo lugar una de las batallas menos decisivas de la historia, pero con enormes consecuencias para uno de sus contendientes: el ejército francés al mando del general Charles François Dumouriez derrotó (o más bien provocó la extraña retirada de) al ejército coaligado de prusianos y austriacos en Valmy, en la región de la Champagne. Una batalla que se distinguió por ser diferente: todo lo decidieron los cañones, apenas hubo combate entre los soldados de infantería; los prusianos avanzaron pero vieron que los franceses mantenían prietas las filas y se retiraron, dejando el campo de batalla y la extraña victoria en manos de los franceses. ¿Por qué? Quedará siempre esa duda. Pero con Valmy nació una idea: la de un ejército "nacional", de la nación francesa. Todo empezó con el estallido de la Revolución francesa en el verano de 1789, pero las cosas se pusieron candentes cuando, tras el intento de huida de Luis XVI y su familia de París, detenidos en Varennes, las monarquías absolutistas de Austria (a fin de cuentas el emperador José I era cuñado del rey francés), se produjo la declaración francesa de guerra a Austria en 1792. Ya previamente, en agosto de 1791 y mediante una declaración oficial de José I y Federico Guillermo II de Prusia, se lanzó un velado ultimátum a la Asamblea Nacional Constituyente francesa, que ostentaba la soberanía del reino, para que se volviera al status quo ante revolutionem, amenazando con una formal declaración de guerra, invasión del país y restauración del poder de los Borbones.

Canciones para el nuevo día (2042/1271): "To Love Somebody"

Nina Simone - To Love Somebody

Disco: To Love Somebody (1969)

 

19 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XXII): 19 de septiembre de 1356 - derrota francesa en Poitiers (Guerra de los Cien Años)

Un 19 de septiembre de 1356 el ejército inglés al mando de Eduardo de Gales, el Príncipe Negro, derrotó a los franceses en la batalla de Poitiers, comandados por el rey Juan II, que cayó prisionero. Junto a Crécy (1346) y Agincourt (1415), la batalla de Poitiers supuso una debacle para las armas francesas en el largo conflicto conocido como la Guerra de los Cien Años (1337-1453), que marcó y jalonó la construcción del Estado “moderno” en Inglaterra y Francia, moduló los progresos en el arte de la guerra (del dominio de la caballería al auge de la infantería) y marcó la etapa final de lo que comúnmente llamamos la Edad Media en Occidente. Todo empezó con las reivindicaciones de Eduardo III (1327-1277), rey de Inglaterra, a la corona de Francia tras la extinción de la rama principal de los Capetos y la llegada al trono francés de la rama colateral de los Valois, en 1328; casa real que se mantendría en el trono de Francia (con diversas ramas también) hasta 1589. Eduardo III era pretendiente al trono francés a través de su madre, Isabel, hija de Felipe IV el Hermoso, pero la ley sálica regía en Francia y el rey valois, Felipe VI, se negó a transigir.

Canciones para el nuevo día (2041/1270): "Revolution"

Lord Jamar (feat. Horse & Reality Allah) - Revolution

Disco: The 5% Album (2006)

18 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XXI): 18 de septiembre de 1911 - fallece el primer ministro ruso Piotr A. Stolypin

Un 18 de septiembre de 1911 falleció el primer ministro ruso Piotr Arkadievich Stolypin, cuatro días después de sufrir un atentado en el Teatro de la Ópera de Kiev. Con él murió un tímido intento por “modernizar la Rusia de los Romanov. Intento, lo remarco, pues Stolypin no era un “demócrata” ni concebía que Rusia pudiera ser una democracia al estilo occidental. Defensor de la autocracia del zar Nicolás II, quizá se podría decir que era un “posibilista”, tratando de mantener en pie un imperio atrasado económicamente y que daba señales de convulsiones sociales. La Revolución de 1917 no surgió de la nada, fue un paso tras paso, con los atentados terroristas del último tercio del siglo XIX, el caldo de cultivo de grupos políticos diversos (del nihilismo a la socialdemocracia, con escisiones revolucionarias y grupos anarquistas por la geografía rusa) y el trauma de la Primera Guerra Mundial como principales etapas. Todo empezó con la Revolución de 1905, aquel Domingo Sangriento de enero (9 o 22 en función del calendario juliano o gregoriano) en la que trabajadores y familias enteras se presentaron delante del Palacio de Invierno de San Petersburgo demandando una reforma de las leyes laborales que sacaran a miles de personas de la miseria y el hambre. La respuesta del Gobierno zarista de Nicolás II fue una represión feroz, con un número elevado de muertos. Las protestas se repitieron por el país, en las zonas industriales y en el atrasado campo, y el zar, al cabo de unas semanas, convino en convocar la Duma (una cámara parlamentaria) y en ofrecer una Constitución que, a la postre, no dejaba de ser una carta otorgada con muchas limitaciones. Una propuesta de liberalización política y económica en octubre sólo consiguió el silencio del zar en medio de las presiones en las calles; Nicolás II que se lo pensó mucho y finalmente firmarla; pero su voluntad del zar abolir la Duma a la primera oportunidad que tuviera. Las huelgas continuaron, así como la represión, se promulgó una Constitución en abril de 1906 que mantenía el carácter absolutista del zar, y éste, cuando pudo hacerlo, disolvió la Duma en julio.

17 de septiembre de 2016

Efemérides historizadas (XX): 17 de septiembre de 1787 - aprobación de la Constitución de los Estados Unidos de América

Un 17 de septiembre de 1787 se aprobó la Constitución de los Estados Unidos de América en Filadelfia. “We the People": “Nosotros, el Pueblo de los Estados Unidos, a fin de formar una Unión más perfecta, establecer Justicia, afirmar la tranquilidad interior, proveer la Defensa común, promover el bienestar general y asegurar para nosotros mismos y para nuestros descendientes los beneficios de la Libertad, ordenamos y establecemos esta Constitución para los Estados Unidos de América”. El nuevo código legislativo se convertía en el primero por parte de una democracia moderna (con los matices respecto a EEUU como “democracia” a finales del siglo XVIII) y actualmente es el texto federal más antiguo en vigencia. No fue un camino fácil. Todo empezó con la Declaración de Independencia del 4 de julio de 1776, cierto, y que inspiraba el camino a seguir, pero en realidad, hasta que los colonos americanos no derrotaron a la metrópoli británica para convertirse en ciudadanos de una nación independiente, en 1783 (firma del Tratado de París), Estados Unidos no empezó a redactar el texto de su Constitución. Un texto que, además, se superponía a los textos legislativos y los ordenamientos políticos de cada uno de los trece estados, que en puridad eran soberanos, y que debía ser el símbolo escrito, junto al Congreso y la Presidencia, del carácter federal de la nueva nación.