Daniel Sánchez Arévalo nos dejó maravillados con su opera prima, Azuloscurocasinegro
(2006), una película con un guión impecable, una trama sobre las
segundas oportunidades, el compromiso y los sueños inalcanzables. Y
ahora nos trae Gordos, una
ambiciosa película que, a pesar de algunas deficiencias, demuestra que
Sánchez Arévalo se ha convertido en un más que solvente cineasta.
Nos encontramos ante una película coral. Una serie de obesos, a cada cual más peculiar –Enrique, el farsante y complicado vendedor de productos para adelgazar (Antonio de la Torre); Andrés, el CSI que parece vivir feliz con su gordura (Fernando Albizu); Sofía, la tildada de "monja feliz" (Leticia Herrero), y Leonor, la mujer con un problema aparte del peso (María Morales)–, acude a la terapia de un peculiar especialista (Roberto Enríquez). Todos quieren perder peso, por diversos motivos, pero, como les dice Abel, el terapeuta, la obesidad es consecuencia de un estilo de vida y de problemas emocionales. Por otro lado, Paula (Verónica Herrero), esposa de Abel, embarazada, se preocupará de ayudar a la hija de Andrés, Nuria (Marta Martín), cuya obesidad afecta a diversos aspectos de su vida personal (hermano capullo, Luis (Adam Jeziersky), incluido). Y para rematar la cosa, Pilar (Pilar Castro), esposa del socio de Enrique, se siente atraída por éste, aunque sabe perfectamente que es un más que peculiar homosexual.
Nos encontramos ante una película coral. Una serie de obesos, a cada cual más peculiar –Enrique, el farsante y complicado vendedor de productos para adelgazar (Antonio de la Torre); Andrés, el CSI que parece vivir feliz con su gordura (Fernando Albizu); Sofía, la tildada de "monja feliz" (Leticia Herrero), y Leonor, la mujer con un problema aparte del peso (María Morales)–, acude a la terapia de un peculiar especialista (Roberto Enríquez). Todos quieren perder peso, por diversos motivos, pero, como les dice Abel, el terapeuta, la obesidad es consecuencia de un estilo de vida y de problemas emocionales. Por otro lado, Paula (Verónica Herrero), esposa de Abel, embarazada, se preocupará de ayudar a la hija de Andrés, Nuria (Marta Martín), cuya obesidad afecta a diversos aspectos de su vida personal (hermano capullo, Luis (Adam Jeziersky), incluido). Y para rematar la cosa, Pilar (Pilar Castro), esposa del socio de Enrique, se siente atraída por éste, aunque sabe perfectamente que es un más que peculiar homosexual.
La película va de cómo solventar el problema de la obesidad (en cuatro
fases que, al mismo tiempo, sirven de capítulos para ordenar el filme).
Pero no sólo va de eso: en el mundo hilvanado por Sánchez Arévalo,
podríamos considerar que la obesidad es, en cierto modo, una metáfora de
los problemas emocionales de los diversos personajes. Esconde más de lo
que parece y destapa carencias y excesos de los distintos personajes,
desde la ejecutiva agresiva, el policía científico carente de amor
paternal, la chica religiosa que huye de las presiones de su novio (Raúl
Arévalo) o el terapeuta que es pura contradicción. Y todo ello con un
paso de la comedia al drama que ya es marca de la casa.
El estilo de Sánchez Arévalo, ya en su anterior película, es el de la
trama coral, con personajes que se encuentran y con diversas relaciones
entre ellos; Magnolia de Paul Thomas Anderson y Vidas cruzadas de Robert Altman podrían estar perfectamente entre las referencias cinéfilas del director. Lo que, sin embargo separa a Gordos de
estas dos obras maestras es que el guión, impecable en una primera
hora, se torna enrevesado en la segunda, irregular, con demasiadas
aristas que tocar y una desigual resolución de todas ellas. Retuerce
tanto algunas de las historias paralelas (el problema familiar del poli
científico, la relación matrimonial del terapeuta, las contradicciones
del falso vendedor de pastillas milagrosas, la ejecutiva que aparece y
desaparece), que al final el espectador, que le da un más que notable a
la película (rozando el sobresaliente), queda algo desalentado ante el
resultado final. Porque a diferencia de Azuloscurocasinegro,
Gordos, siendo una magnífica película, no es redonda ni perfecta (si es
que podemos considerar perfecta su opera prima, claro está).
Con todo, la película es más que recomendable, es de lo mejor y más
fresco del cine español del último año. No será una película perfecta,
pero desde luego es una apuesta atrevida, ambiciosa e interesante. Y
cumple con creces algunas expectativas puestas en ella. Sí, la
recomiendo, desde luego. Con los ojos cerrados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario