11 de diciembre de 2011

Crítica de cine: 4 meses, 3 semanas y 2 días, de Cristian Mungiu

[8-IV-2008]

Gran triunfadora en la pasada edición del Festival de Cannes y también en los premios de cine europeos, llega a las pantallas españolas, con cierto retraso, esta película de Cristian Mungiu. Ambientada en 1987, un par de años antes de la caída del régimen comunista de Nicolae Ceaucescu (que no es mencionado en ningún momento), narra una pequeña historia personal (que el cine también narra de vez en cuando): el problema que da título a la película, es decir, un embarazo y, concretamente, un aborto. 

Dos estudiantes universitarias de una pequeña ciudad rumana, Othlia y Gabitha, entran en contacto con un misterioso abortista, el señor Bebe, para interrumpir un embarazo de Gabitha. Pero las cosas no son tan fáciles en un país donde el aborto es ilegal y penado con la cárcel. Y los acontecimientos no se suceden como ambas jóvenes pensaban. 

Película de enorme contenido social, sin aspavientos, nos muestra la sociedad de un momento determinado. No se analiza el régimen de Ceaucescu, ni la temible Securitate. No se trata de repasar el final del comunismo en Rumanía, aunque se dan pinceladas visuales sobre la vida cotidiana en Rumanía en esos momentos. Todo es áspero, con una luz muy mate, sin apenas colores, todo muy gris. Como gris es la vida de los personajes, tanto Gabitha con su manera de actuar, como Othilia con su novio Adi (y la secuencia de la comida familiar). Sin música, con escenas rodadas cámara al hombro, con planos fijos y muchos silencios, nos encontramos ante la muestra de que no es necesaria una enorme parafernalia visual para contar una buena historia. 

La película es incómoda, con algunos altibajos (sobre todo hacia el final). Con un inicio dinámico, bien trabado, no se plantea el tema de fondo hasta pasados al menos veinte minutos. Luego la trama coge ritmo, más atemperado en la escena del hotel con el misterioso y lúgubre señor Bebe. Y pasado el hecho, nuevo ritmo, nuevo escenario, para llegar a un final quizá demasiado apresurado. Con todo, se trata de una excelente muestra de cine europeo allende los Cárpatos. No sorprende que fuera una delas grandes triunfadoras del cine europeo del pasado 2007, como tampoco sorprende, por el tema tratado, que la Academia hollywoodiense no la preseleccionara siquiera este año. 

En conclusión, un filme muy recomendable, sin veleidades de director estrella, sin contemplaciones, con diálogos justos y necesarios, y sobre el peso de apenas cuatro actores, sobre todo las dos protagonistas.

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