4 de octubre de 2013

3 de octubre de 2013

Crítica de cine: Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia

De Álex de la Iglesia no puedes esperar películas reposadas. No es su estilo y nunca lo será. Él necesita pasárselo bien y que el espectador también lo haga sentado en la butaca del cine. Por tanto, y puesto que ya empezó su carrera con la estridencia como emblema hace ya un par de décadas, uno ya sabe más o menos lo que puede encontrar cuando compra una entrada. Ya los títulos de crédito de Las brujas de Zugarramurdi te avisan que te pongas el cinturón, amarres bien las palomitas y la bebida (si te gastas el dinero en eso) y te dejes llevar por casi dos horas de trepidante comedia surrealista con fondo y superficie de cine fantástico y, sobre todo, esperpento. Si aceptas las reglas, pasarás un buen r ato. Si buscas una comedia un pelín menos acelerada, habértelo pensado mejor cuando estabas haciendo cola en la taquilla. 

Canciones para el nuevo día (1269/498): "Newsies (Seize the Day)"

Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (IV):
Alan Menken - Newsies (Seize the Day)



Disco: Newsies - soundtrack (1992)

http://cdn.soundtrack.net/img/album/931.jpg

2 de octubre de 2013

Reseña de El poder y el imperio. La tecnología y el imperialismo, de 1400 a la actualidad de Daniel R. Headrick

Este no es un libro sobre el imperialismo como tal. Desengáñese el lector si espera una relación de procesos de conquista, colonización y explotación desde los albores del siglo XV y hasta la caída de los «viejos imperios coloniales». Encontrará detalles, algunas explicaciones generales, pero no una sucesión de datos y narraciones sectoriales. Si el lector desea, por ejemplo, saber pormenorizadamente cómo se colonizó el continente africano en apenas cuarenta años, que lea Divide y vencerás. El reparto de África, 1880-1914 de Henri L. Wesseling (RBA, 2010); sobre la conquista de América, el reciente libro de Antonio Espino también en RBA (y que en algunos aspectos coincide con el libro que aquí reseñamos); y sobre el Gran Juego en Asia, también en RBA, Torneo de sombras. El Gran Juego y la pugna por la hegemonía en Asia Central de Karl E. Meyer y Shareen Blair Brysac. Y eso si tiramos de obras recientes y especializadas. Pero muy probablemente todas ellas las disfrutará y comprenderá con mayor detalle (y me refiero a un lector más profano en la materia) tras la lectura de El poder y el imperio. La tecnología y el imperialismo, de 1400 a la actualidad de Daniel R. Headrick (Crítica, 2011). 

Canciones para el nuevo día (1268/497): "One Day More"

Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (III):
Les Misérables Cast - One Day More




Disco: Les Misérables: Highlights from the Motion Picture Soundtrack (2012)

1 de octubre de 2013

30 de septiembre de 2013

Reseña de Cleopatra: una nueva mirada a la deslumbrante vida de la reina que sedujo al Mundo Antiguo, de Stacy Schiff

Hay ocasiones en que una mala impresión inicial puede ser nefasta. Cojamos este libro, observemos la portada: la imagen es interesante –el rostro de una mujer que no mira de frente, simbolizando lo poco que sabemos con certeza de la protagonista– y también estridente –colores vivos, ropaje y joyería que tratan de seducir simplonamente–, de modo que algunos pensarán que es un intento por captar a lectores que buscan una lectura ligera y vistosa sobre la reina de Egipto. Por otro lado –y me incluyo entre quienes buscaban una lectura ligera–, empiezas a leer y ya en las primeras noventa páginas encuentras una serie de erratas: por dos veces se dice que Pompeyo era «cuñado de César» (cuando fue su yerno); lees «sabemos que jugaba con muñecas y casitas de terracota, juegos de té [...]» (¿juegos de té en la Alejandría del siglo I a.C.?); te encuentras un veni, vedi, vinci [sic., es vici] que hace año a la vista; más adelante se menciona que Juba II, futuro rey de Mauritania e hijo del último rey de Numidia, se casaría con la hermana de Cleopatra, cuando lo hizo con su hija, Cleopatra Selene; e incluso en el pliego de imágenes, en la última imagen, se incluye un busto de Octavia… sólo que no es Octavia, la hermana de Octaviano, sino su tercera esposa, Livia Drusila (esa estructura ósea de la cara es inconfundible). Y no son erratas que vayas buscando, sino que te las encuentras a medida que avanzas en un libro que, sin embargo, no sólo es bueno, muy bueno, sino que quizá sea una de las mejores biografías sobre Cleopatra VII de Egipto que hayan caído en mis manos. Y es una lástima que una serie de erratas, fácilmente subsanables si uno está atento y concentrado en el proceso de escritura y especialmente de revisión de un manuscrito, vayan a dejar en mal lugar un libro que no lo merece. Pues Cleopatra: una nueva mirada a la deslumbrante vida de la reina que sedujo al Mundo Antiguo de Stacy Schiff (Destino, 2011) es un excelente libro. 

Canciones para el nuevo día (1266/495): "Jobs (Steve's Theme/Main Title)"

Vamos a empezar la semana con buen ánimo...

  Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (I):
John Debney - Jobs (Steve's Theme/Main Title)






Disco: Jobs - soundtrack (2013)

http://moviemusicuk.files.wordpress.com/2013/09/jobs.jpg?w=595

29 de septiembre de 2013

Crítica de cine: Rush, de Ron Howard

Fórmula 1, años setenta. Un mundo de competición (lo de deporte siempre lo cojo con pinzas) muy diferente al actual. Entonces el glamur de los pilotos de un Fórmula 1 se vivía diferente (hoy en día el vil metal lo ha fastidiado todo). Las carreras apenas tenían nada que ver con las que vemos en la actualidad: público casi a pie de pista, comisarios con la bandera de cuadros en la misma calzada, accidentes cotidianos, carreras muy largas (22 km. tenía el circuito de Nürburgring... o eso escuchas en la película), puntuaciones más ajustadas... Todo era diferente. Y pilotar era jugarte la vida en prácticamente cada carrera. Es curioso, por ejemplo, que en la fatídica carrera alemana otro piloto tuviera un grave accidente. Un mal augurio, se podría argüir... Los pilotos eran caballeros andantes ("we are knights", le espetará un piloto a otro en esta película), jugándose el todo por el todo. Y despertaban un sex appeal no tanto por ganar mucho dinero, vivir a cuerpo de rey y la posibilidad de ser campeones del mundo. Se jugaban la vida, eso les daba un plus de atractivo sexual para muchas mujeres que deseaban pasar una noche con ellos. Todo muy macho, vamos, pero que antropológicamente tiene diversas lecturas y recoge muchas tradiciones. Y por encima de todo, la rivalidad de dos hombres: el hedonista, atractivo y británico James Hunt (Chris Hemsworth) frente al cerebral, arrogante y austríaco Niki Lauda (Daniel Brühl). 

24 de septiembre de 2013

Crítica de cine: Jobs, de Joshua Michael Stern

Que Steve Jobs era un genio, ya nos había quedado claro. Que además fuera un tipo para darle de comer aparte, también. Y que además fuera un mesías de la informática... pues ¿en qué mundo sin iPod, iPad, iPhone, iMac, idetodo vives, colega? (bueno, yo no tengo nada de eso y vivo tan campante). Jobs fue un ipo revolucionario, sin duda uno de los personajes más influyentes de las últimas décadas. De tanto en tanto aparecen genios que se convierten en catalizadores del cambio y de la innovación tal que incluso te hacen preguntarte qué sería del mundo sin ellos. Cualquiera que escriba con un ordenador personal ya peude responder a esa pregunta. Por tanto, ante un personaje que cultivó una imagen sobre sí mismo y que murió prematuramente, ya tardaba en llegar la película. Hay varios proyectos en danza, uno de ellos con guión de Aaron Sorkin que esperaremos con notable interés. Y ahora nos a llegado este Jobs, interpretado y encarnado por Ashton Kutcher (sin duda, da el pego en cuanto al físico). 

Canciones para el nuevo día (1262/491): "Que nadie"

Manuel Carrasco ft. Malú - Que nadie



Disco: Inercia (2008)

Manuel Carrasco: Inercia - portada mediana

23 de septiembre de 2013

Reseña de Carpe diem: lecciones de vida con Horacio, de Harry Eyres

Cuando te acercas a los clásicos en la juventud y primera adultez, no es precisamente Horacio uno de esos poetas que consigan atraparte de entrada. Esos años vitales requieren poemas y poetas más impactantes, y sin duda Catulo consigue darte esa dosis de pasión, procacidad y provocación. Catulo, con sus odi et amo, vivamus Lesbia mea o incluso pedicabo ego vos et irrumabo –dejo en manos del lector el placer culpable de buscar la traducción exacta de este último verso–, me decía por entonces mucho más que Horacio con su dulce et decorum est pro patria mori. Y, sin embargo, el sureño, bajo, regordete y a priori más “aburguesado” Horacio te recordaba aquello de carpe diem, mientras el norteño, moreno y excesivo Catulo podía conducirte a la desesperación producida por el despecho amoroso y la rabia que era incapaz de reprimir. Con el paso de los años, la impulsividad de la juventud se atempera y entonces te das cuenta de que Horacio te aporta más de lo que entonces pensabas e, inevitablemente, surgen en tus labios versos que recordabas de toda la vida: nunc est bibendum, beatus ille qui procul negotiis… Y quien pudiera parecerte un poeta al servicio de o incluso vendido al poder, en realidad era un soñador permanente, un inconformista reluctante y un tipo que te invitaba a beber una copa de vino, recordándote constantemente que debes disfrutarla.

Canciones para el nuevo día (1261/490): "Love is the only way"

Macaco - Love is the only way



Disco: El murmullo del fuego (2012)

http://macaco.es/wp-content/themes/macaco_2012/images/macaco-el-murmullo-del-fuego.jpg

20 de septiembre de 2013

Reseña de Imperios del mar: la batalla final por el Mediterráneo, 1521-1580, de Roger Crowley

Recordamos la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), la gran victoria de la  Liga Santa cristiana contra el Imperio otomano, «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros», en palabras de una de sus combatientes, un joven Miguel de Cervantes. Pero lo cierto es que, más allá de los fastos, fue una «victoria sin consecuencias», una batalla que no decidió un cambio perdurable en el mar Mediterráneo. Se llegó a unas costosas tablas para los imperios y potencias en liza. Venecia fue la primera en retirarse del combate, con un tratado de paz que la dejaba definitivamente sin Chipre y con un futuro incierto (Creta, por ejemplo). El imperio otomano se giró hacia su retaguardia y una guerra con Persia apartó su mirada del Mediterráneo, al menos por un tiempo. La monarquía hispánica de Felipe II, que realmente no había tenido una estrategia clara en lo que pronto dejaría de ser su mare nostrum, tenía otros asuntos perentorios a los que dedicar su atención (Flandes, la guerra con Inglaterra, el control del Nuevo Mundo). Pronto Lepanto sería engrandecido por unos y obviado por otros, y su eco quedaría en la memoria colectiva. En cierto modo, la guerra que condujo a esa batalla fue la última contienda a gran escala en un mar que pronto dejaría de ser el centro del mundo; en apenas unas décadas, las disputas se trasladarían a otros ámbitos y el Mediterráneo, el mar Blanco como lo denominaban los turcos, ya no sería el escenario en el que los imperios del mar lucharían por un dominio que iba más allá de lo territorial y, por supuesto, lo religioso. 

Canciones para el nuevo día (1260/489): "She's Got the (Woo-Hoo)"

Sugar Ray - She's Got the (Woo-Hoo)


Disco: Music for Cougars (2009)