19 de octubre de 2012

Crítica de cine: Looper, de Rian Johnson

Cómo hacer una película de viajes en el tiempo... sin que apenas se vea el propio viaje en el tiempo. A Rian Johnson, el director y guionista de este film, las paradojas temporales no le importan... iincluso se podría decir que no le interesan; y tal como se presenta la película, ni falta que hace. Es cierto, sin embargo, que están presentes, de principio a fin, pero se dejan en un marco muy secundario. A Johnson le interesan otras cosas; de hecho, le interesa la mezcla de géneros: ciencia-ficción, distopía, cine de acción, incluso un cierto romanticismo. Métanlo todo en la licuadora y tiene Looper... 

... una película realmente original, aunque descompensada. Me explico. Nos situamos en el año 2042 e indirectamente en un futuro 2072. Joe (Joseph Gordon-Levitt) es un asesino, un looper: elimina a personas que llegan desde el futuro. En el mundo de Joe los viajes en el tiempo no se han inventado todavía, pero los loopers saben que existen en el futuro. Mafias criminales los utilizan para deshacerse de personas; en realidad, los envían al pasado y son los loopers quienes los eliminan y se deshacen de l cadáver. Joe cobra en lingotes de oro que acumula en una caja fuerte en su casa y aprende francés para, en un momento determinado, dejar la anónima gran ciudad en la que vive y retirarse a Francia. Es un diletante y un yonqui de drogas que se toman en los ojos como gotas. En realidad, no tiene un futuro claro, sólo es un looper. Pero esa vida de relativo éxito tiene su cara b: muchos de las personas que elimina son loopers del futuro que los criminales no están interesados en mantener con vida; son lo llamados bucles. (¿Me seguís hasta ahora?). La paradoja de los loopers, pues, es que no saben muchas veces si están eliminando a sí mismos pero con treinta años más. ¿Qué sucede cuándo eliminas a tu yo del futuro? ¿Desaparece su vida simplemente? ¿La tuya?

Y es lo que le sucede a Joe cuando de pronto aparece su futuro Joe (Bruce Willis), alguien con treinta años más de experiencia vital y con unos recuerdos que, por supuesto, el Joe de 2042 no ha tenido. Para ambos Joe se crea una enorme paradoja, especialmente cuando parece que un niño del presente se convertirá en un futuro Fundador... decidido a eliminar a los loopers del pasado. Una vuelta de tuerca, pues. Y quizá innecesaria, pues la película a mitad de metraje queda partida en dos; es más, surgen dos películas, paralelas y, como tales, inconexas. La primera parte nos muestra a ambos Joe colaborando y sufriendo; la segunda, ambos Joes compiten por encontrar a ese niño que acabará siendo un monstruo en el futuro. La primera parte es más dinámica y urbana, y tiene en las expectativas vitales de cada Joe (el presente y el futuro) lo mejor de la película; la segunda es pura acción y se traslada a una granja en las afueras, y pierde ese plus de originalidad de la primera parte. Por medio, personajes interesantes como Abe (Jeff Daniels), el líder de los loopers y de quien se sabe que procede del futuro (pero, ¿cómo ha llegado a ser el líder? ¿Que representa que sea alguien del futuro en el pasado/presente?). La búsqueda del niño que se convertirá en el Fundador ralentiza el ágil ritmo de la película en su primera hora; a la postre, las dos horas de metraje se me antojan excesivas. No hay una ligazón clara entre las dos partes y como espectador te quedas pensando "me he perdido algo"). Mientras en la primera parte hay toques de cine negro (la conversación de Joe con Abe), el western predomina en la segunda hora. Y el final, en mi opinión, parece apresurado, incluso simplón en comparación con el inicio. Da la sensación de que Johnson se ha dispersado tanto que ha perdido el hilo y no ha encontrado una Ariadna que le sacara del laberinto.

Con todo, la película es más que interesante en su globalidad, con una historia original (si es que queda algo de originalidad hoy día; en la senda de Código fuente de Duncan Jones) y trepidante en las secuencias de acción. Sólo por eso, y a pesar de los agujeros de guión, vale la pena acercarse a un cine y disfrutarla en pantalla grande. Pasas un rato entretenido y, tratándose de una película de género(s), eso ya es mucho.

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