Scissor Sisters - Any Which Way
Disco: Night Work (2010)
«¿Cómo diferenciar entre el Akhenatón precursor de Cristo de Arthur Weigall y James Henry Breasted; el humanista científico de W.M. F. Petrie; el déspota ilustrado de Adolf Herman; el faraón racionalista de Rudolf Abthes; “el buen dirigente amante de la humanidad” de Cyril Aldred; el excéntrico degenerado, iconoclasta y dictatorial de Donald B. Redford; el primer fundamentalista de la historia de Eric Hornung; el traumatizador reformador religioso de Jan Assmann; el filósofo presocrático de James P. Allen; el falso profeta de C. Nicholas Reeves; el adolescente impetuoso y descontento de Marc Gabolde o el amante de la realpolitik de John Darnell y Colleen Manassa?, por no mencionar sino algunos de los muchos retratos pintados por eminentes representantes de la comunidad egiptológica, garantes de la cientificidad de esa disciplina. ¿Y qué decir si añadiéramos el Akhenatón protoislámico, el de los afrocentristas, el de los padres del psicoanálisis, el de los teósofos, el de los simpatizantes del fascismo, el de los marxistas, el de los hippies, el de los raperos, el utilizado como figura señera por el movimiento homosexual e incluso el Akhenatón extraterrestre nacido de la pluma de Daniel Blair Stewart, que está teniendo un cierto éxito en Internet?» (p. 16).
«Todas las personas a partir de los catorce años de edad que pertenezcan a la categoría de alemán, húngaro, traidor o colaborador llevarán en el lado izquierdo bien visible una esvástica de lona blanca, de 10 x 10, junto con el número bajo el que serán registrados. Ninguna persona marcada con la esvástica recibirá cartillas de racionamiento normales ».La Segunda Guerra Mundial se da por terminada el 8 de mayo de 1945. La realidad, sin embargo, es que la guerra duró unos cuantos años más y su final se mezcla con los inicios de la Guerra Fría, de modo que se puede llegar a la conclusión de que, al no haber tratado de paz, sino sólo una rendición incondicional, el conflicto no terminó. Recordaremos imágenes de soldados japoneses, recluidos en alguna isla del Pacífico, para quienes la guerra continuaba viva cuando fueron rescatados, e incluso algún combatiente oculto en Europa hasta avanzados los años cincuenta pensaba que aún había que combatir a los nazis. La guerra, librada en la visión tradicional, como un enfrentamiento entre un Eje del Mal y las fuerzas aliadas [del Bien] terminó para los vencedores con la eliminación de los nazis, los fascistas y sus colaboradores europeos y el castigo de todos ellos. Los juicios de Núremberg habían de servir de catarsis de la conciencia europea, castigando a los que habían cometido crímenes contra la humanidad, y permitiendo que las heridas abiertas pudieran cerrarse. Se iniciaron procesos de desnazificación, desfascistización y desvichización, con resultados más bien escasos: era difícil que el aparato judicial en Alemania, Italia o Francia condenara de manera ejemplarizante a todos los que colaboraron con el Eje, pues muchos de los jueces que dictaban sentencia ya lo habían hecho bajo el paraguas de los nazis. Pero para muchos de los vencedores la guerra ya había terminado, los perpetradores de los crímenes habían sido ejecutados (o así se consideraba), Alemania había sido sometida y cuarteada y llegaba el momento de pasar página. El enemigo era ahora el Bloque Comunista, que trataba de apoderarse de toda Europa; y de hecho ya se había apropiado de la mitad oriental del continente.
Traducción de un cartel expuesto en un distrito de Praga en junio de 1945.