Tras el repaso cinematográfico pasamos a las series de TV de este 2012. Obviamente, habrá quien encuentre ausencias clamorosas, pero hay series que me interesan, otras que no tanto y otras que para nada. Tampoco tiene uno el tiempo de ver todo lo que quisiera o pudiera, así que hay lo que hay. Puedo decir, no obstante, que aunque hay un ranking a la inversa, teóricamente de la peor a la mejor, en realidad la mayoría de ellas podrían acabar en puestos de podio... y merecidamente.
Vamos allá con este top ten a la inversa...
Vamos allá con este top ten a la inversa...
10. Smash (NBC)
Quizá a más de uno le sorprenda la inclusión de esta serie aquí (más bien no debiera).Obviamente, no es un prodigio de ficción serial, sobre todo si no comulgas con el género musical (aplíquese a Glee, que en este año 2012 está en caída libre, especialmente la 4ª temporada), tiene sus defectos (el rollo culebromaníaco al uso salido de madre), pero destaca por unos magníficos números musicales, una reintepretación de Marilyn Monroe como icono y un personaje como Derek Wills. Sólo por ello, vale la pena dejarse llevar por este musical en fase de working in progress. Veremos la segunda temporada en febrero a ver por dónde tira...
9. New Girl (Fox)
Veo pocas sitcoms, generalmente porque es un género demasiado estancado, estereotipado y a la postre cansino (The Big Bang Theory ya aburre, por poner un ejemplo). Pero la serie que protagoniza Zooey Deschanel es un soplo precisamentye de aire fresco: sin risas enlatadas, con personajes atractivos (Schmidt y Nick, especialmente), que mejora en su segunda temporada y que ves con agrado en cada uno de sus episodios. Jess es inclasificable y aporta espontaneidad al género. Inevitablemente llegará el agotamiento de ideas, el estiramiento de tramas (en este caso se podría decir que en algunas subtramas ya lo han hecho, caso de Schmidt y Cece) y el agotamiento de los personajes; es ley de serie. Pero de momento disfrutamos de esos veinte minutos semanales...
8. Nashville (ABC)
Para mí quizá sea una de las sorpresas del año. No suelo engancharme a series que tienen el culebrón puro y duro como seña de identidad, y es evidente que esta serie lo tiene. Pero es honesta en sí misma y además aporta algo que series como Cinco hermanos o Revenge no hacen (ni tienen por qué hacerlo): ir más allá de los clichés del género. Porque realizar una serie sobre dos divas de la música country (un estilo musical que por estos lares nos aporta bien poco), añadiendo pinceladas (cada vez más tenues, eso sí) de trama política tiene su miga. Connie Britton, a la que vimos sufrir en la primera temporada de American Horror Story, se lo pasa en grande aquí, se le nota, nos sorprende con un buen hacer vocal y le hace una competencia a esa ídolo juvenil que interpreta Hayden Panettiere. Culebrón donde los haya, que conste, pero bien dosificado y añadiendo buenas canciones. Quién da más...
7. Sherlock (BBC)
El año 2012 comenzó con la segunda temporada de esta espléndida puesta al día del detective de Baker Street. La primera temporada nos había dejado un buen sabor de boca, superado con estos tres episodios (especialmente "Scandal in Belgravia" y "The Fall of Reichenbach") y nos mostraron a un Moriarty escandalosamente sorprendente. Si al final de la primera (mini) temporada nos podía parecer un personaje sacado de madre, amaneradísimo y muy alejado de lo que en nuestro imaginario podía representar el "Napoleón del crimen", en estra segunda temporada nos hemos rendido a él, especialmente en el duelo con Sherlock en el tercer episodio. Lo mejor de Sherlock es la intención resumida en "la mejor confitura está en tarro pequeño". Habrá tercera temporada, a finales de 2013 o ya comenzado 2014, y posiblemente no haya que ir más allá. El mimo con el que está realizado esta serie bien merece que no se alarguen en exceso las peripecias de un personaje que funciona muy bien en pequeñas dosis.
Nota: Elementary, la serie de la CBS estadounidense con un Sherlock también del siglo XXI, se disfruta como lo que es, se le debe dar una oportunidad, sin necesidad de compararla con la serie británica. Si lo hacéis así, la veréis con agrado. Y eso que ya en en el episodio de retorno de la temporada en enero ya apunta a un malvado cuyo nombre empieza con M...
Nota: Elementary, la serie de la CBS estadounidense con un Sherlock también del siglo XXI, se disfruta como lo que es, se le debe dar una oportunidad, sin necesidad de compararla con la serie británica. Si lo hacéis así, la veréis con agrado. Y eso que ya en en el episodio de retorno de la temporada en enero ya apunta a un malvado cuyo nombre empieza con M...
6. Black Mirror (Channel 4)
Esta serie fue la otra gran apuesta británica de inicio de 2012. Tres episodios independientes que ponían el acento en cómo las nuevas tecnologías, las redes sociales y el poder ambiguo de la televisión afectan a nuestra sociedad actual. Empezaron con provocación en "The National Anthem", pusieron el dedo en la llaga con la distopía en torno a "Factor X" y sucedáneos en el segundo episodio y nos dejaron una sensación de mal cuerpo con el tercero, "The Entire History of You", quizá el mejor de los tres (todos son muy buenos, a su manera). Charlie Brooker obliga al espectador a reflexionar, le pone incluso en la picota y le trata con irreverente respeto. Habrá segunda mini temporada en enero de 2013... Por otro lado, Brooker apostó con la comedia a lo Atrápalo como puedas en A Touch of Cloth: dos descacharrantes episodios con todos los tópicos que se quiera sobre las series policiales y de forenses.
Decir que Homeland es la serie de 2012 es una obviedad. Triunfadora (con exceso, me temo) de los Premios Emmy, se ha convertido en sinónimo de cómo gestionar la tensión sin que llegue a explotarte en la cara (y ese era el temor que particularmente yo tenía). Después de una primera temporada trepidante, en la segunda vimos como la serie dosificaba y retorcía la gestión de la tensión hasta límites insospechados, y ya en los primeros episodios. El tour de force de Brody abría la serie a nuevos caminos, llegando a un final quizá demasiado efecticista, cerrando y al mismo tiempo abriendo la serie por otras sendas. Carrie sonreía con cara de circunstancias y de alivio al final del primer episodio; Saul hacía lo mismo al final del último. Se abría y se cerraba la temporada para hacer tabula rasa y plantear nuevas incógnitas. Sigo siendo escéptico con las series que se alargan demasiado, y esta es de aquellas que no deben durar demasiado: dos temporadas en mi opinión, veremos qué hacen en la tercera, que a priori yo no contemplaba.Y, en cierto modo, sigo sin contemplar...
Tras cuatro temporadas de éxito tras éxito, la serie de Matthew Weiner se tomó un año en barbecho mientras se negociaban las condiciones para realizar la quinta tanda de episodios. Weiner sigue controlando la serie en todos los aspectos y se nota que los dieciochos meses de paso por el taller le han sentado bien a la serie de AMC. Su retorno fue esperadísimo, con altas expectativas, en mi opinión cumplidas y superadas, pero 2012 no ha sido su año precisamente por culpa de Homeland: 2012 era el año de la serie de Carrie, Brody y Saul, no de Sterling Cooper Draper Pryce. Inmerecidamente, pues Mad Men no ha perdido un ápice de calidad; al contrario: esta quizá haya sido de las mejores temporadas, al nivel de la primera. Empezó la temporada con un doble episodio (y un momento espectacular, Zou bisou bisou), mantuvo el nivel de siempre, potenciando a personajes como Pryce o Sally (mientras las malas relaciones de January Jones con Weiner llevaron al ostracismo y la mala baba al personaje de Betty), desubicando emocionalmente a Don Draper (si es que no lo estaba ya), cada vez más desconectado en unos años sesenta que claramente no son los suyos, y con una Joan que nos conquista y que sabe sacar partido de la imagen que tienen los demás de ella. Claramente Mad Men debería estar en cualquier podio que se precie... de todas todas.
3. The Newsroom (HBO)
Soy fan entregado a Sorkin, especialmente cuando trabaja para televisión. No soy objetivo (ni creo que deba serlo). Devoré El ala oeste de la Casa Blanca, recuperando viejas sensaciones, en apenas veinte días el pasado verano. Por tanto, esperaba con ojos entregados su nueva serie, en la que el idealismo marca de la casa se ponía en una redacción de informativos. La experiencia fue muy positiva, Sorkin nos atrapó ya en los primeros minutos del piloto, no dejó de hacerlo en los diez episodios de esta primera temporada. Sí, nos sermonea constantemente, les dice a los periodistas cómo deben hacer su trabajo (algo que no está de más), presenta a personajes carismáticos, algunos de ellos muy histéricos (Mackenzie McHale), otros que van de más a menos (Jim Harper), algunos se erigen en sorpresas muy agradables (Sloan Sabbith) y tiene a Will McAvoy como particular Don Quijote en esta cruzada que se ha montado. Sí, la serie no es perfecta, pero a mí me tenía entregado desde el principio. Y no me ha decepcionado, hasta el punto que he disfrutado de un segundo visionado de la serie como si fuera la primera vez. Hay ganas de que llegue la segunda temporada en mayo o junio de 2013...
La serie de Farhad Safinia quizá haya sido de las más perjudicadas en este 2012. Ninguneada en los Emmys (se merecía siquiera estar en las nominaciones), con una audiencia media de apenas 250.000 espectadores en su segunda temporada, presentada como una apuesta no apta para todos los públicos, la serie protagonizada por Kelsey Grammer no merecía el final que ha tenido: la no renovación para una tercera temporada. Empezó fuerte en 2011, ofreciendo una imagen tenebrosa de la política local en Chicago, con Shakespeare sobrevolando el panorama, y en esta segunda temporada ha apostado por rizar el rizo. Caricaturesca, se ha dicho; exagerada, se ha aducido. Y en parte es cierto, pero Tom Kane sigue siendo un rey Lear que en esta ocasión se transforma en una mezcla de Tito Andrónico, Próspero apocalíptico y sin duda el hijo de perra más grande que ha parido la televisión en los últimos tiempos. Pero no sólo su personaje ha ido "de perdidos al río": en la serie prácticamente ninguno de los personajes se salva. Quizá Mona Fredericks aporte esa ingenuidad y bondad que una ciudad como Chicago necesitaba, pero su destino no es precisamente el de medrar en la arena embarrada de la política local. La serie agudiza los conflictos de la primera temporada, los lleva al límite y pone a los personajes en la cuerda floja constantemente. Tom Kane es un survivor nato y acaba moviendo los hilos de este Chicago tenebroso. Lástima que la serie no continúe, pues ha llegado a un punto de lo más interesante y rocambolesco...
1. Treme (HBO)
Cualquiera de las cinco o seis series precedentes podría estar en este puesto. Cualquiera. Pero aquí me dejo llevar por mi corazoncito televisivo, y este lo ganó la serie de David Simon y Eric Overmyer desde que devoré las primeras dos temporadas el pasado verano. Nueva Orleans como un escenario poliédrico y polifónico, superando la tragedia del huracán Katrina. (won`t bow, don`t know how), con unos personajes que persiguen el sueño de recuperar su ciudad, su barrio. Música, gastronomía, lucha política, las historias entrecruzadas de una serie de habitantes en una ciudad en recuperación; lo bueno es que la tercera temporada no sólo mantiene el nivel alto de la serie, sino que lo potencia. Seguimos las (super)vivencias de los personajes, su evolución (Terry Colson, por ejemplo), vemos como se conocen entre ellos como si fuera la primera vez, como Antoine Batiste ha madurado un poco, como Toni Bernette sigue con el ojo avizor ante las injusticias o los abusos policiales, como Ladonna resiste al frente de su bar, como el Big Chief Lambreaux debe enfrentarse a una situación vital nueva, como Janette vuelve a Nueva Orleans al frente de un nuevo proyecto gastronómico, como Davis trata de medrar en el mundo de la música y encuentra la competencia en casa (Annie) o como el inestable Sonny se centra. Cada episodio sigue siendo un album musical, las historias avanzan una detrás de otra, el final de temporada será a lo grande, con personajes que han trunfado y otros que se han quedado a medio camino. La cuarta y última temporada, más corta, será la última, pero ojalá siga deparándonos grandes momentos televisivos. Para mí, la mejor serie de este 2012 que está a punto de acabar.
PS: añadamos The Hollow Crown como miniserie particular del año. Shakespeare is always Shakespeare, y ya que la BBC se curró una particula puesta en escena de la Henriad, en ocasión de los Juegos Olímpicos de Londres, qué menos... Ben Whishaw como Ricardo II y especialmente todo el episodio dedicado a Henry V. Ya los primeros minutos te enganchan... Obviamente, miniseries como esta no se estilan por estos lares, y es una látima. Te hacen sentir envidia constanemente de la BBC, de su buen hacer. del modo de sacar partido de tan buena materia prima. Pero, claro, con esa "band of brothers"...
Cualquiera de las cinco o seis series precedentes podría estar en este puesto. Cualquiera. Pero aquí me dejo llevar por mi corazoncito televisivo, y este lo ganó la serie de David Simon y Eric Overmyer desde que devoré las primeras dos temporadas el pasado verano. Nueva Orleans como un escenario poliédrico y polifónico, superando la tragedia del huracán Katrina. (won`t bow, don`t know how), con unos personajes que persiguen el sueño de recuperar su ciudad, su barrio. Música, gastronomía, lucha política, las historias entrecruzadas de una serie de habitantes en una ciudad en recuperación; lo bueno es que la tercera temporada no sólo mantiene el nivel alto de la serie, sino que lo potencia. Seguimos las (super)vivencias de los personajes, su evolución (Terry Colson, por ejemplo), vemos como se conocen entre ellos como si fuera la primera vez, como Antoine Batiste ha madurado un poco, como Toni Bernette sigue con el ojo avizor ante las injusticias o los abusos policiales, como Ladonna resiste al frente de su bar, como el Big Chief Lambreaux debe enfrentarse a una situación vital nueva, como Janette vuelve a Nueva Orleans al frente de un nuevo proyecto gastronómico, como Davis trata de medrar en el mundo de la música y encuentra la competencia en casa (Annie) o como el inestable Sonny se centra. Cada episodio sigue siendo un album musical, las historias avanzan una detrás de otra, el final de temporada será a lo grande, con personajes que han trunfado y otros que se han quedado a medio camino. La cuarta y última temporada, más corta, será la última, pero ojalá siga deparándonos grandes momentos televisivos. Para mí, la mejor serie de este 2012 que está a punto de acabar.
PS: añadamos The Hollow Crown como miniserie particular del año. Shakespeare is always Shakespeare, y ya que la BBC se curró una particula puesta en escena de la Henriad, en ocasión de los Juegos Olímpicos de Londres, qué menos... Ben Whishaw como Ricardo II y especialmente todo el episodio dedicado a Henry V. Ya los primeros minutos te enganchan... Obviamente, miniseries como esta no se estilan por estos lares, y es una látima. Te hacen sentir envidia constanemente de la BBC, de su buen hacer. del modo de sacar partido de tan buena materia prima. Pero, claro, con esa "band of brothers"...
2 comentarios:
Bastante de acuerdo con la lista, aunque los puestos 10 al 7 no los conozco, así que hablo de los demás xD
Eso sí, que falte ahí Breaking Bad me parece imperdonable. He dicho.
Que no conozcas 'New Girl' o 'Sherlock' sí que es imperdonable... :-P.
Publicar un comentario