11 de octubre de 2013

Crítica de cine: El mayordomo, de Lee Daniels

Si yo fuera académico de Hollywood (¿es una profesión?) y me enviaran esta película para visionarla antes de realizar mis votaciones, pensaría que Lee Daniels se ha quedado corto. No de talento (tampoco anda sobrado en esta ocasión, aunque, a tenor de anteriores apuestas, ¿lo ha estado alguna vez?), ni de medios, y desde luego no de azúcar. Se ha quedado corto en cuanto a la sutileza. Sí, Lee, si tras Precious, durísima película (pero también interesante... si es un adjetivo que sele pueda aplicar) no pareció quedarte claro el vocablo, te lo repetiré. Y como por estos lares no solemos consultar (y quizá debiéramos) el dicccionario Webster's, y no tengo a mano a doña María Moliner, te pongo la definición de la RAE: "cualidad de sutil", uséase, "agudo, perspicaz, ingenioso". En otras circunstancias te diría, en mi diccionario particular, que me tomas por tonto, pero no es el caso. Porque si lo que quieres es entrar en la carrera de los Oscars y jugar sobre seguro con una película que trata de camelarme, emocionarme hasta el punto de soltar la lagrimita, cortesanearme (esto otro día te lo explico) y dorarme la píldora... pues igual me ofendo. Pero como no soy académico de esos y sólo comento la película, pues vamos allá.

Reseña de La liebre con ojos de ámbar: una herencia oculta, de Edmund de Waal

¿Cómo llegan doscientas sesenta y cuatro netsuke o figuras en miniatura a los bolsillos de un ceramista británico? Bueno, obviamente, no todos a la vez, que los netsuke son pequeños, pero no tanto… Esta es la pregunta que uno se hace cuando lee la historia de Edmund de Waal (n. 1964), que no deja de ser la historia de su familia, los Ephrussi, originarios de Odessa, y que llegaron a ser figuras destacadas de la alta sociedad parisina y vienesa entre 1870 y 1938. Es la historia de la familia, sí, pero también es un libro de viajes (in)voluntario, un libro sobre pintura y poesía, sobre un hombre que encontró la libertad personal en Japón, sobre los estragos del Anschluss nazi por parte de una familia, unas memorias familiares, un libro de descubrimiento personal y, sí, una obra sobre los netsuke… El libro se titula La liebre con ojos de ámbar: una herencia oculta (Acantilado, 2012) y es una preciosa historia familiar construida alrededor de esas miniaturas japonesas, pero también es libro de aprendizaje, de crecimiento personal, de historia social y política, de un período de tiempo (grosso modo, entre 1870 y finales de la Segunda Guerra Mundial), trasladando al lector a un mundo que conoce, o mejor dicho que cree conocer. Porque, a fin de cuentas, ¿quién va por el mundo con una figura en miniatura en los bolsillos?
 

Canciones para el nuevo día (1275/504): "The Departed (The Departed Tango)"

Howard Shore ft. Marc Ribot - The Departed (The Departed Tango)



Disco: The Departed - score (2006)

6 de octubre de 2013

Reseña de Recursos inhumanos. Guardianes de campos de concentración, 1933-1945, de Fabrice D'Almeida

«En los campos de concentración y de exterminio, los verdugos no solo masacraron a hombres, mujeres y niños; también mataban el tiempo». 

Sobre los campos de concentración nazis (Konzentrationslager, abreviado KL) existe una numerosa bibliografía, prácticamente inagotable, del mismo modo que suele serlo el período nazi en general y el Holocausto en particular. Los estudios suelen centrarse muy a menudo, y gracias a una amplísima documentación basada en memorias y recuerdos de los supervivientes, en las víctimas, dejando un poco más de lado el caso de los perpetradores. Y tratándose de estos últimos, lo habitual es focalizar el interés en los responsables del genocidio nazi, los jerarcas del partido, los líderes de las SS o algunos de los asesinos más notorios. Queda en un espacio aparte, bastante menos tratado, la figura de los guardianes de los campos de concentración. ¿Qué papel jugaron en el funcionamiento cotidiano de esos campos de la muerte? ¿Cómo se formaban para ejercer su oficio? Y, especialmente, ¿cómo era su día a día, su bienestar, sus mecanismos de entretenimiento? A este empeño dedica Fabrice d’Almeida su libro Recursos inhumanos. Guardianes de campos de concentración, 1933-1945 (Alianza Editorial, 2013).

4 de octubre de 2013

Crítica de cine: Gravity, de Alfonso Cuarón

Esta es probablemente la única vez que me lamente de no haber visto una película en 3D. Y probablemente esta sea la película para la que el 3D fue concebido. En realidad, viéndola en "analógico", te haces una idea de por dónde van los tiros en el formato tridimensional, y también probablemente la cosa sea espectacular pero en cierto modo accesorio (¿me contradigo?), pues intuyes que una tuerca, unas lágrimas, una nave dando vueltas y desintegrándose te rodean y te hacen vibrar. Y, en el fondo, no me han hecho falta los efectos del 3D para sentir esa sensación, para emocionarme aferrado a la butaca de la sala de cine, para agarrarme a los brazos de esa misma butaca, hecho un manojo de nervios por la tensión que estabas contemplando. Sí, me lamento por no haberme esperado tres cuartos de hora para la sesión en 3D... pero habría estado igual de maravillado ante una película que es redonda, de principio a fin. Perfecta. Hace tiempo que no tenía la sensación de que estaba ante un producto cinematográfico al que no le sobra ni le falta nada. Es simplemente perfecto. Y se llama Gravity

Reseña de Un tiempo de guerra. Una historia alternativa de Europa, 1450-1700, de Lauro Martines

La historia miilitar en la Europa de los siglos XV, XVI y XVII suele presentarse desde el punto de vista de monarcas y Estados. Por ejemplo, las guerras de Carlos V en el Mediterráneo, contra Francia o en el Sacro Imperio Germánico tienen causas políticas, religiosas y territoriales que focalizan el interés en la determinación de un emperador, en las consecuencias de la Reforma luterana o en los embates de corsarios berberiscos con apoyo del Turco en Rodas, Túnez, Argel o la costa de sus territorios ibéricos. Del mismo modo, las guerras de Italia (1494-1558) se centran a menudo en la cabalgada de Carlos VIII, en las campañas del Gran Capitán en Nápoles y en la pugna hispano-francesa por el Milanesado. Y qué decir de la Guerra de los Treinta Años (1618-1648): su evolución se narra a partir de una defenestración en Praga, la querella por una corona bohemia, una derrota en Montaña Blanca, la represión imperial contra los protestantes, el Edicto de Restitución (1629), la oscura figura de Wallenstein y la etapa de las intervenciones foráneas (por orden: Dinamarca, Suecia y Francia). Y es cierto que para el caso de esta última contienda sí que se nos habla de los desastres de la guerra para la población civil, ya fuera católica o protestante (véase el ya clásico libro coordinado por Geoffrey Parker, La Guerra de los Treinta Años, 1988). Pero, en última instancia, nos quedamos con la idea de que la paz de Westfalia marca el inicio de la consolidación de los principados territoriales y el crepúsculo de la figura del emperador, y pone en solfa la idea de que la religión dejará de ser el factor fundamental de enfrentamiento. El historiador italiano Lauro Martines, autor de libros sobre Savonarola en Florencia, las ciudades italianas del Renacimiento y que el lector hispano quizá recuerde por su excelente libro Sangre de abril: Florencia y la conspiración contra los Médicis (Turner, 2004), rompe con esta tendencia en Un tiempo de guerra. Una historia alternativa de Europa, 1450-1700 (Crítica, 2013) –es más pertinente el título original, Furies: War in Europe, 1450-1700–, y ofrece en un libro de apenas 260 páginas (notas y bibliografía aparte) un retrato de lo que realmente suponía la guerra en la Europa de este período.

Canciones para el nuevo día (1270/499): "Le Hérisson (Dans 165 Jours)"

Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (y V):
Gabriel Yared - Le Hérisson (Dans 165 Jours)




Disco: Le Hérisson - soundtrack (2009)

http://www.filmmusicsite.com/images/covers/large/2216.jpg

3 de octubre de 2013

Crítica de cine: Las brujas de Zugarramurdi, de Álex de la Iglesia

De Álex de la Iglesia no puedes esperar películas reposadas. No es su estilo y nunca lo será. Él necesita pasárselo bien y que el espectador también lo haga sentado en la butaca del cine. Por tanto, y puesto que ya empezó su carrera con la estridencia como emblema hace ya un par de décadas, uno ya sabe más o menos lo que puede encontrar cuando compra una entrada. Ya los títulos de crédito de Las brujas de Zugarramurdi te avisan que te pongas el cinturón, amarres bien las palomitas y la bebida (si te gastas el dinero en eso) y te dejes llevar por casi dos horas de trepidante comedia surrealista con fondo y superficie de cine fantástico y, sobre todo, esperpento. Si aceptas las reglas, pasarás un buen r ato. Si buscas una comedia un pelín menos acelerada, habértelo pensado mejor cuando estabas haciendo cola en la taquilla. 

Canciones para el nuevo día (1269/498): "Newsies (Seize the Day)"

Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (IV):
Alan Menken - Newsies (Seize the Day)



Disco: Newsies - soundtrack (1992)

http://cdn.soundtrack.net/img/album/931.jpg

2 de octubre de 2013

Reseña de El poder y el imperio. La tecnología y el imperialismo, de 1400 a la actualidad de Daniel R. Headrick

Este no es un libro sobre el imperialismo como tal. Desengáñese el lector si espera una relación de procesos de conquista, colonización y explotación desde los albores del siglo XV y hasta la caída de los «viejos imperios coloniales». Encontrará detalles, algunas explicaciones generales, pero no una sucesión de datos y narraciones sectoriales. Si el lector desea, por ejemplo, saber pormenorizadamente cómo se colonizó el continente africano en apenas cuarenta años, que lea Divide y vencerás. El reparto de África, 1880-1914 de Henri L. Wesseling (RBA, 2010); sobre la conquista de América, el reciente libro de Antonio Espino también en RBA (y que en algunos aspectos coincide con el libro que aquí reseñamos); y sobre el Gran Juego en Asia, también en RBA, Torneo de sombras. El Gran Juego y la pugna por la hegemonía en Asia Central de Karl E. Meyer y Shareen Blair Brysac. Y eso si tiramos de obras recientes y especializadas. Pero muy probablemente todas ellas las disfrutará y comprenderá con mayor detalle (y me refiero a un lector más profano en la materia) tras la lectura de El poder y el imperio. La tecnología y el imperialismo, de 1400 a la actualidad de Daniel R. Headrick (Crítica, 2011). 

Canciones para el nuevo día (1268/497): "One Day More"

Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (III):
Les Misérables Cast - One Day More




Disco: Les Misérables: Highlights from the Motion Picture Soundtrack (2012)

1 de octubre de 2013

30 de septiembre de 2013

Reseña de Cleopatra: una nueva mirada a la deslumbrante vida de la reina que sedujo al Mundo Antiguo, de Stacy Schiff

Hay ocasiones en que una mala impresión inicial puede ser nefasta. Cojamos este libro, observemos la portada: la imagen es interesante –el rostro de una mujer que no mira de frente, simbolizando lo poco que sabemos con certeza de la protagonista– y también estridente –colores vivos, ropaje y joyería que tratan de seducir simplonamente–, de modo que algunos pensarán que es un intento por captar a lectores que buscan una lectura ligera y vistosa sobre la reina de Egipto. Por otro lado –y me incluyo entre quienes buscaban una lectura ligera–, empiezas a leer y ya en las primeras noventa páginas encuentras una serie de erratas: por dos veces se dice que Pompeyo era «cuñado de César» (cuando fue su yerno); lees «sabemos que jugaba con muñecas y casitas de terracota, juegos de té [...]» (¿juegos de té en la Alejandría del siglo I a.C.?); te encuentras un veni, vedi, vinci [sic., es vici] que hace año a la vista; más adelante se menciona que Juba II, futuro rey de Mauritania e hijo del último rey de Numidia, se casaría con la hermana de Cleopatra, cuando lo hizo con su hija, Cleopatra Selene; e incluso en el pliego de imágenes, en la última imagen, se incluye un busto de Octavia… sólo que no es Octavia, la hermana de Octaviano, sino su tercera esposa, Livia Drusila (esa estructura ósea de la cara es inconfundible). Y no son erratas que vayas buscando, sino que te las encuentras a medida que avanzas en un libro que, sin embargo, no sólo es bueno, muy bueno, sino que quizá sea una de las mejores biografías sobre Cleopatra VII de Egipto que hayan caído en mis manos. Y es una lástima que una serie de erratas, fácilmente subsanables si uno está atento y concentrado en el proceso de escritura y especialmente de revisión de un manuscrito, vayan a dejar en mal lugar un libro que no lo merece. Pues Cleopatra: una nueva mirada a la deslumbrante vida de la reina que sedujo al Mundo Antiguo de Stacy Schiff (Destino, 2011) es un excelente libro. 

Canciones para el nuevo día (1266/495): "Jobs (Steve's Theme/Main Title)"

Vamos a empezar la semana con buen ánimo...

  Una Semana de Scores con Buenos Ánimos (I):
John Debney - Jobs (Steve's Theme/Main Title)






Disco: Jobs - soundtrack (2013)

http://moviemusicuk.files.wordpress.com/2013/09/jobs.jpg?w=595

29 de septiembre de 2013

Crítica de cine: Rush, de Ron Howard

Fórmula 1, años setenta. Un mundo de competición (lo de deporte siempre lo cojo con pinzas) muy diferente al actual. Entonces el glamur de los pilotos de un Fórmula 1 se vivía diferente (hoy en día el vil metal lo ha fastidiado todo). Las carreras apenas tenían nada que ver con las que vemos en la actualidad: público casi a pie de pista, comisarios con la bandera de cuadros en la misma calzada, accidentes cotidianos, carreras muy largas (22 km. tenía el circuito de Nürburgring... o eso escuchas en la película), puntuaciones más ajustadas... Todo era diferente. Y pilotar era jugarte la vida en prácticamente cada carrera. Es curioso, por ejemplo, que en la fatídica carrera alemana otro piloto tuviera un grave accidente. Un mal augurio, se podría argüir... Los pilotos eran caballeros andantes ("we are knights", le espetará un piloto a otro en esta película), jugándose el todo por el todo. Y despertaban un sex appeal no tanto por ganar mucho dinero, vivir a cuerpo de rey y la posibilidad de ser campeones del mundo. Se jugaban la vida, eso les daba un plus de atractivo sexual para muchas mujeres que deseaban pasar una noche con ellos. Todo muy macho, vamos, pero que antropológicamente tiene diversas lecturas y recoge muchas tradiciones. Y por encima de todo, la rivalidad de dos hombres: el hedonista, atractivo y británico James Hunt (Chris Hemsworth) frente al cerebral, arrogante y austríaco Niki Lauda (Daniel Brühl).