Este 2013 será mi año con más series de TV vistas. La verdad es que han sido muchas, no tengo una lista al respecto (odio las listas), pero no me equivocaría demasiado si dijese que han sido más de cuarenta. Muchas horas plantado delante de la pequeña pantalla, disfrutando de la serialidad de una trama, de unos personajes que funcionen, sean coherentes (o no), nos mantengan en vilo, nos emocionen o nos cabreen. Porque muchas veces, las series de TV funcionan por personajes, que nos hacemos propios, que a menudo se convierten en parte de nuestra familia; de hecho, con algunos mantienes una interrelación propia, personal.
2013 ha sido el año del cierre triunfal de series como Breaking Bad (que no he visto; me quedé en la 1ª temporada) o del adiós entre la decepción de Dexter (tampoco lo seguí desde su segunda entrega). Ha sido el año del schock de una boda roja en Game of Thrones, de la explotación de un original escandinavo (Bron/Broen y sus remakes estadounidense y franco-británico), del desparrame de American Horror Story (por si no hubiera sido suficiente con su primera temporada), del ¿fracaso? de Homeland (no estoy de acuerdo, pero sí que la serie como la conocíamos ha finalizado), de agradables sorpresas como Utopia, Dates y especialmente Orange is the new black, de la fortaleza de Mad Men (más viva que nunca) y del mantenimiento de los mundos de Yupi de Aaron Sorkin (The Newsroom). Ha sido el año de las enormes decepciones (The Following, Bates Motel, Vicious,... así las series de las que vi apenas uno o dos pilotos y que abandoné, especialmente en otoño). El año de Masters of Sex, en definitiva.
Muchas series, ¿con qué me quedo de 2013? Pues ahí vamos:
10. Ripper Street
Lástima que no continúe (se aduce el bajón de la audiencia en la BBC), pues el final de su 2ª temporada deja la serie en su mejor momento, con muchas incógnitas abiertas. Serie hiperrealista a lo victoriano, en el que la sordidez de un mundo de bajos fondos (así como sus pasiones) se mezcla con personajes con matices (muchos grises). Lo dicho, lástima que no haya tercera entrega... ¿o nos queda un resquicio de esperanza?
9. House of Cards
En una secuencia del 2º episodio de esta serie, Frank Underwood mira a cámara y dice: "El dinero es la gran mansión en Sarasota que
comienza a derrumbarse a los diez años. El poder es el antiguo edificio
de piedra que dura siglos. No puedo respetar a quien no ve la
diferencia". El toma y daca de Underwwod, rompiendo la cuarta pared, nos acerca a un personaje y a la política, su estado natural. Netflix presentó con éxito su carta de presentación y ganó. Magnífica serie... pero el original británico es aún mejor ("You might think that, I couldn't possibly comment"). Kevin Spacey regresa con una segunda tanda de episodios el 14 de febrero de 2014...
8. Hannibal
Bryan Fuller (Dead Like Me, Pushing Daisies) y la NBC (una cadena en abierto, ojo) se la jugaron cin una apuesta muy atrevida, tanto por el tema (retomar el personaje de Hannibal Lecter) como especialmente por la puesta en escena (muy por encima de lo que suele proponer una cadena familiar en cuanto a violencia explícita). Y nos atraparon con ese Lecter tan diferente (y mejor si cabe) que el que interpretara Anthony Hopkins. Ese Lecter y ese Will Graham, auténtico protagonista de una primera entrega que nos deja con ganas de más... esperaremos poco, el 28 de febrero de 2014 comienza la segunda temporada.
7. Mad Men
Don Draper sigue en caída libre... y la 6ª temporada de Mad Men nos lo ha mostrado cada vez más perdido en un mundo que atisba que ya no es el suyo y que no puede comprender. Pero la temporada de la serie nos deja con más incógnitas: ¿Peggy finalmente triunfará sola? ¿Seguirá Pete Campbell siendo tan capullo? Y, sobre todo, ¿quién diablos es Bob Benson? Matthew Weiner se pliega a los deseos de la cadena y la 7ª y última temporada se emitirá en dos tandas anuales, como con Breaking Bad...
6. Orange is the New Black
Una de las sorpresas de año, de las sensaciones de la temporada. Una vuelta de tuerca, entre el drama y la comedia, del género carcelario. ¿Los clichés del género? Quizá nunca se hayan utilizado con mejor criterio en una serie de televisión. Magnífica serie coral en la que son precisamente esos personajes, tan diferentes, tan torturados a su manera, los que te atrapan en cada episodio. El segundo gran triunfo de Netflix. Y una serie de la que queremos más...
5. Game of Thrones
No estuvo en mi lista de 2012... básicamente porque no me interesaba. No lo hizo a pesar del bombardeo mediático. Y me rendí a la evidencia cuando vi sus dos primeras temporadas en una maratón frenética para llegar a tiempo de ver el estreno de la tercera entrega en pantalla grande. La tercera temporada ha consolidado con solidez la serie, especialmente a los personajes. Nos dejó con la boca abierta en ese final del 9º episodio. Y demostró que en cuanto a personajes, mejor que no te entregues del todo a ellos... o los perderás. La 4ª temporada ya asoma la patita, cerrará tramas... ¿abrirá otras? Veremos...
4. American Horror Story
La Lange es muy grande, ya sea como directora/paciente de un hospital psiquiátrico o como bruja en Nueva Orleáns. La segunda temporada de la serie de Ryan Murphy y Drad Falchuk superó, en mi opinión, la primera, y la tercera se mantiene a la misma altura. Nunca el género de terror, que me ha interesado habitualmente cero, fue tan adictivo. Nunca una serie fue tan loca y al mismo tiempo tan orgullosa de serlo y de mantenerlo. Disfrutemos de Jessica Lange, que en el futuro abandonará la serie...
4bis. Treme
Por breve que sea esta 4ª y última temporada, la calidad de esta serie no mengua. Solo he visto tres episodios de la tanda final pero la sitúo, sí o sí, en mi ránking anual. Porque reúne méritos para estar y porque me da la gana. Porque la serie lo vale, porque la despedida está cercana (ayer en USA), porque la echaré mucho de menos cuando haya terminado el 5º episodio... y porque la lucha sigue. Hay que recuperar la Ciudad.
3. The Americans
Y llega el podio final. The Americans se encarama a él por méritos más que contrastados. Una serie que se cuece a fuego lento, que tiene en la química de su pareja protagonista uno de sus principales alicientes (o como un matrimonio falso se conoce capítulo tras capítulo). Magnífico retrato de un mundo de espías y de política en los años de Reagan como presidente. Queremos más... desde el 26 de febrero de 2014.
2. Ray Donovan
Una apuesta serial de verano que se ha convertido en una de las mejores series del año. Género noir mezclado con toques de comedia. La historia de un particular señor Lobo, un solucionador de problemas, que no es capaz de enderezar el rumbo de sus dos familias. El eco del pasado, que siempre vuelve, la incerteza del presente. Una serie familiar en la que los excesos se pagan. Ann Biderman construye una historia sólida, con enorme calidad interpretativa y manteniendo al espectador en vilo acerca de cómo Ray será capaz (o no) de solucionar el problema que tiene en casa...
1. Masters of Sex
2013 es el año de esta serie. La mejor serie que he podido disfrutar en este último otoño. Me atrapó desde el principio, me recordó mucho a Mad Men en cuanto a las mujeres. Una atrevida propuesta acerca de investigaciones sobre el sexo en los años cincuenta en una pacata sociedad norteamericana y en un Saint Louis que no es el Nueva York de la Avenida Madison. Michael Sheen es la contención absoluta, mientras Lizzie Caplan nos encandila con su espontaneidad. Y qué decir de los secundarios, sobre todo esa Allison Janney que es pura delicadeza. Una serie exquisita de principio a fin. Una delicia en todos los sentidos.
Este ha sido el ránking del año, que necesariamente deja fuera a muchas otras series con una enorme calidad, como Dates, Utopia, Rectify, A Young Doctor’s Notebook, In the Flesh, Call the Midwife, Broadchurch, Dancing on the edge, Black Mirror, The Newsroom, Plebs, Unsere Mütter, Unsere Väter o Mob City, entre otras. Todas ellas merecedoras de estar en ese ránking.
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