August Wilson (1945-2005) fue uno de los
dramaturgos estadounidenses más importantes del siglo XX pero su obra es
poco conocida a este lado del charco. Frente a la fama universal de
gigantes como Eugene O’Neill, Tennessee Williams y Arthur Miller – y
obras respectivas como Largo viaje hacia la noche, A Electra le sienta bien el luto, El zoo de cristal, Un tranvía llamado deseo, Muerte de un viajante y Las brujas de Salem,
constantemente representadas y bien conocidas por el espectador teatral
español, por ejemplo–, que revitalizaron el teatro norteamericano el
pasado siglo, la obra de Wilson parece menos conocida, pues se centra en
los problemas cotidianos de la población afroamericana en los Estados
Unidos. Fruto de su empeño está “Ciclo de Pittsburgh”, diez obras
ambientadas en esta ciudad y que recogen las vivencias (y las
dificultades) de personajes y comunidades negras a lo largo del siglo
XX; Fences la obra para la
década de los años cincuenta. Esta obra, tras un preestreno en New Haven
(Connecticut) en 1985, fue llevada a Broadway dos años después, donde
logró un enorme éxito (más de quinientas funciones) y tuvo a James Earl
Jones (nada menos) en el papel protagonista. Los Premios Tony avalaron
el éxito de la obra de Wilson, que a su vez logró un Premio Pulitzer. En
2010 la obra se reestrenó en Broadway con un elenco encabezado por
Denzel Washington en el papel de Troy Maxson y Viola Davis en el de su
sufrida esposa Rose. Ambos lograron un Tony por su interpretación. En
2015 Washington anunció que estaba dispuesto a hacer una adaptación del
Ciclo de Pittsburgh para la gran pantalla y Fences fue
la primera película escogida, con dirección y producción del actor, que
volvió a meterse en la piel de Troy. Junto a él, Davis y algunos de los
actores que también se subieron al escenario en 2010. Un revival
teatral en toda regla, pero esta vez llevada a la gran pantalla. Y quizá
este sea el principal (y único, de hecho) “inconveniente” de la
adaptación de Fences que se
estrenó ayer en las salas españolas y que este domingo 26 de febrero
compite, entre las seleccionadas a mejor película (y otras categorías),
en los Premios Oscar.