30 de septiembre de 2012

Reseña de 22/11/63, de Stephen King


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En esta ocasión, la reseña no está ubicada acá (o en Hislibris),  sino en El pájaro burlón, un pluridisciplinar webblog que trata sobre cine, literatura. series (y programas) de televisión, cómics... Agradezco a Dani Morell y Oscar Sueiro la inclusión de esta reseña en sus mundos cibernéticos. Pero como a fin y al cabo soy quien estaba tras la pluma, qué menos que hacer una mención en estos mis lares particulares.

La obra de Stephen King me interesa selectivamente: hay muchas de sus novelas de terror que me dejan más bien indiferente (aunque a Apocalipsis tengo que hincarle el diente), pero hay otros libros que sí me pican la curiosidad. Entre ellos, por motivos más que obvios, estaba este 22/11/63. De hecho, me gusta el King cinematográfico: aquel adaptado en películas como Cadena perpetua, Misery, La milla verde o Dolores Clairborne.

Aprovecho para recomendaros que visitéis El pájaro burlón. No os defraudará, especialmente si miráis el mundo en plan Black Mirror... ;-)

29 de septiembre de 2012

Presentación de la revista Desperta Ferro en Barcelona


No tengo reparos en admitir que fui de aquellos lectores que cuando aparecieron las primeras noticias sobre la revista Desperta Ferro mis primeras impresiones fueron bastante escépticas, por no decir gélidas. ¿Otra revista de historia? ?Y de qué va? ¿Historia militar? Ufff, más batallitas, panoplias, movimientos de tropas... Pero cuando pude hojear uno de los primeros números, mi valoración varió. Para empezar, no es, como temía, una revista exclusivamente para fans (o incluso freaks) de la historia militar a palo seco. En segundo lugar, seduce por los ojos: la cabecera no sólo se ha distinguido por regalarnos magníficas estampas e ilustraciones (y eso que yo soy, en este sentido, más de palabras que de imagen), a cargo de especialistas en la materia (quién no conoce a Augusto Ferrer Dalmau, el gran "pintor de batallas" actual, por mencionar a uno de los diversos y buenos ilustradores que colaboran con la revista), sino que también te deja con la boca abierta (así, literalmente) con siempre unos magníficos y completísimos mapas a cargo de, por ejemplo, Carlos de la Rocha. And last but not least, y para el caso que me interesa, por los artículos: textos a cargo de profesores universitarios, jóvenes investigadores y, más a menudo de lo que uno está acostumbrado a leer en otras revistas, por autores internacionales de relevancia. Con todo esto, cómo no quedar seducido por una revista que, tras dos años de presencia física en librerías, tiendas especializadas y quioscos, se ha convertido ya en un referente en cuanto a la divulgación histórica y militar en nuestro país.

28 de septiembre de 2012

Crítica de cine: ¡El soplón!, de Steven Soderbergh

Gana  más aún con un segundo visionado...  y el score de Marvin Hamlish sigue siendo genial.
[28-IX-2009]

Última película de Steven Soderbergh (que ha hecho cosas mucho más interesantes que la trilogía oceanesca, desde luego), con un Matt Damon que asume el protagonismo por completo y con una trama que es difícil de sintetizar peroq ue tiene su atractivo.

La película está basada en unos hechos reales, recogidos en diversos artículos de prensa; quien desee saber quién demonios era Mark Whitacre, que clicke este enlace de la Wiki en inglés. La cosa arranca en 1992: Whitacre (Matt Damon), bioquímico de oficio y presidente de la división comercial de Archer Daniels Midland (ADM), afirma que tiene noticias de que hay un topo en su empresa que está al tanto de tejemanejes empresariales para fijar ilegalmente el precio de los productos. A partir de ahí, el FBI entra en juego y Whitacre empieza a realizar grabaciones secretas en su empresa; unas grabaciones que se suceden durante dos años. Y esas grabaciones demuestran que ADM no sólo fija los precios de productos para conseguir beneficios, sino que lo hace a escala mundial con otras empresas del sector. Vamos, un escándalo. Pero, al mismo tiempo, se descubre que en ese período (y antes), Whitacre se lucró con chanchullos varios. ¿Quién dice la verdad? ¿Whitacre, sus jefes? 

Canciones para el nuevo día (1005/233): "All That Jazz"

Oh My God! Week... o No Lo Hacen Nada Mal, Oyes (y V):
Catherine Zeta Jones - All That Jazz



Disco: Chicago - soundtrack (2003)

27 de septiembre de 2012

Canciones para el nuevo día (1004/232): "Dancing Queen"

Algún gallo se oye, que conste... :D

Oh My God! Week... o No Lo Hacen Nada Mal, Oyes (IV):
Meryl Streep, Christine Baranski & Julie Walters - Dancing Queen



Disco: Mamma Mia! The Movie - soundtrack (2008)

26 de septiembre de 2012

Reseña de Catalina la Grande. Retrato de una mujer, de Robert K. Massie

«Aquí yace Catalina II

Nació en Stettin  el 21 de abril de 1729.
En el año de 1744, partió hacia Rusia para casar con Pedro III. A los catorce años tomó la triple decisión de complacer a su esposo, a [la emperatriz] Isabel y a la nación. No regateó el menor esfuerzo para lograrlo. Dieciocho años de aburrimiento y soledad le dieron la oportunidad de leer muchos libros.
Cuando llegó al trono de Rusia, deseaba hacer el bien para su país y trató de ofrecer la felicidad, la libertad y la prosperidad a sus súbditos.
Perdonaba pronto y no odiaba a nadie. Era de natural bondadosa, de trato fácil, tolerante, comprensiva y de temperamento alegre. Tenía un espíritu republicano y un corazón amable.
Era sociable por naturaleza.
Hizo muchos amigos.
Disfrutaba de su trabajo.
Amaba las artes.»
De este epitafio, escrito por la propia zarina tras la muerte de su favorito Grigori Potemkin (1791), posiblemente muchos de nosotros nos sintamos identificados con  las últimas frases. Son frases que definen a una persona con inquietudes culturales, de trato afable y accesible, agradable y con quien nos tomaríamos un café en una terraza y charlaríamos de lo humano y lo divino. Sin el encabezamiento, define a cualquier persona. Sabiendo que es Catalina II, emperatriz de Rusia entre 1762 y 1796, pensamos que es un autorretrato idealizado, que ofrece una imagen personal pero también pública, que trasciende la esfera privada para erigirse en modelo de reyes y reinas, e incluso que quizá no deje de ser un texto propagandístico más que claramente realista. Puede que haya un poco de todo, quien sabe. Lo que sin embargo trasluce el epitafio es que la biografía de Catalina II nos llama la atención. ¿Fue así para el pueblo ruso durante sus casi treinta y cinco años de reinado? ¿Cómo fue su vida desde que llegara, procedente de un pequeño principado prusiano, siendo apenas una adolescente de catorce años? ¿Qué educación recibió y para qué papel estuvo destinado? ¿Cómo acabó por destronar a su esposo y asumir una corona que, para algunos de sus súbditos, no estaba destinada para ella sino para su hijo, el futuro zar Pablo I? En última instancia, ¿quién fue Catalina la Grande?

Canciones para el nuevo día (1003/231): "Elephant Love Medley"

Oh My God! Week... o No Lo Hacen Nada Mal, Oyes (III):
Ewan McGregor, Nicole Kidman - Elephant Love Medley


Disco: Moulin Rouge - soundtrack (2001)

File:Moulin Rouge Soundtrack Front.jpg

25 de septiembre de 2012

24 de septiembre de 2012

Crítica de cine: A Roma con amor, de Woody Allen

Que Woody Allen, especialmente en lo que va de milenio, es irregular no tiene vuelta de hoja. Que te ofrece grandes películas (Match Point), comedias muy logradas (Si la cosa funciona, Midnight in Paris), películas flojas (Conocerás al hombre de tus sueños), cosas normalillas (Scoop) y bodrios (Vicky Christina Barcelona), también. La apuesta anual es lo que tiene: que cada año no puedes ofrecer buenas películas. Hace tiempo que vengo pensando que, para la edad que tiene, la irregularidad de su obra reciente y, ya puestos, la necesidad de desconectar, pues oiga, amigo Woody, tómese un año sabático. No le pido que haga como Terrence Malick y se vaya al desierto durante décadas (aunque últimamente se ha puesto las pilas), pero take it easy, como dicen allende el charco. Porque para presentar lo que presenta a veces... 

Canciones para el nuevo día (1001/229): "Wanted Dead or Alive"

Oh My God! Week... o No Lo Hacen Nada Mal, Oyes (I):
Tom Cruise - Wanted Dead or Alive




Disco: Rock of Ages - soundtrack (2012)



22 de septiembre de 2012

Crítica de cine: El discurso del rey, de Tom Hooper

[23-XII-2010]

Pues ayer, en una tarde lluviosa, fui a verla al cine. Éramos pocos, la verdad, ningún chaval joven, lo cual ya significa algo.

Jorge VI (1895-1952, r. desde 1936), nacido Alberto Federico Arturo Jorge de Windsor, no estaba destinado a ser rey del Reino Unido y (último) emperador de la India. Con una infancia difícil, en momentos en que el amor y el cariño era un elemento secundario, nunca reflejado públicamente, Bertie (como le llamaban en la intimidad) arrastró una tartamudez que, en ocasiones, se convirtió en cuestión de Estado. Duque de York, siendo su hermano mayor David el príncipe de Gales (y efímero rey Eduardo VIII), su padre Jorge V llegó a tacharlo de cobarde por no superar sus problemas de dicción. Como miembro preeminente de la casa real, Bertie debía dar discursos, en ocasiones radiados, por lo que su tartamudez era conocida por todo el imperio británico. Y, por ello, a priori no estaba destinado a reinar jamás. Pero la abdicación de Eduardo VIII, que se negó a romper con la divorciada estadounidense Walllis Simpson y con la que pretendía casarse, un escándalo mayúsculo para quien era el jefe de la religión anglicana, llevó a Bertie, ya Jorge VI, al trono en 1936. En momentos difíciles: el auge de los fascismos en Europa, la amenaza creciente del expansionismo alemán con Hitler a la cabeza, la flaqueza de los gobiernos británicos de Baldwin y Chamberlain para hacerle frente, el inicio del fin del imperio británico, una guerra mundial, bombardeos sobre territorio británico,... a todo ello debió hacerle frente un rey inseguro, traumatizado por sus problemas de dicción, pero que se mostró tremendamente dispuesto a ser el líder de su pueblo. Y para los británicos quedará el recuerdo de su rey, a pie de calle, visitando el Londres en ruinas, preocupándose por sus súbditos. Y su esposa, Isabel Bowes-Lyon, la casi eterna Reina Madre, aún supo ganarse más el cariño de un pueblo que siempre, en pocas palabras, la adoró.
 

21 de septiembre de 2012

Canciones para el nuevo día (1000/228): "I'm All Right"

Parafraseando a The Mamas & The Papas, this is dedicated to the hislibrites I love...
 

Madeleine Peyroux - I'm All Right



Disco: Half the Perfect World (2006)

18 de septiembre de 2012

Crítica de cine: Una giornata particolare, de Ettore Scola

Hoy dos críticas de cine por el precio de una. La anterior, una película vista hace un par de años; la de ahora, un clásico visto (repasado) anoche. Y nos vamos al pasado. Roma, 6 de mayo de 1938. Adolf Hitler, Führer de la Nueva Alemania, ha llegado a Roma, tras un periplo en tren, del norte al sur. De un hermano a otro. Le han recibido el Duce de la Italia Imperial, Benito Mussolini, y el pequeño (mucho...) rey-emperador, Víctor Manuel III. Y podrá asistir a un desfile de las fuerzas armadas italianas. Y Roma le recibirá con los brazos abiertos. Tras un prólogo con imágenes de época, como si fuera la reproducción de un particular NO-DO, arranca la película en un edificio de la capital. Un edificio de estética moderna para la época, fascista diría incluso. Una mole impersonal, un  patio central, unas escaleras que son visibles tras unos enormes ventanales verticales. Son las primeras horas de la mañana. La portera extiende la bandera nazi por uno de los soportales del patio; luego hace lo propio con la alemana. La ocasión lo requiere. Visita de Estado. Y Roma se echará a las calles, toda ella, para saludar al líder alemán y para presumir de fuerzas armadas. Comienza el día. Una giornata particolare.

Crítica de cine: Todo lo que tú quieras, de Achero Mañas

[12-IX-2010]

El viernes noche me acerqué al cine a verla. Había ganas, muchas ganas. Con dos películas, El Bola y Noviembre, Achero Mañas se convirtió en un director mucho más que interesante, a pesar de su carrera errática como actor. Curtido en el mundo del cine gracias a su padre Alfredo Mañas, prácticamente mamó el cine de pequeño. Y se le nota. Especialmente en una película como Noviembre, una magnífica parábola sobre el teatro, como medio para cambiar el mundo, como alegoría de un mundo que es más que lo que parece en un escenario, con performances callejeras grabadas con cámara oculta ("Punkis alegres", por ejemplo) que eran y son lo mejor de la película.

Y han pasado siete años desde entonces, y llega ahora Achero Mañas con su tercera película, Todo lo que tú quieras, que en cierto modo recoge aspectos de sus dos películas anteriores. Leo (Juan Diego Botto), un joven abogado más bien conservador, sufre la muerte de su esposa Alicia (Ana Risueño) y no sabe como puede afrontar esta pérdida su hija de 4 años Dafne (Lucía Fernández). Sobre todo cuando teme que Dafne pierda el recuerdo de su madre. Pero no, no lo permitirá, ni permitirá que Dafne lo pase mal, a tan corta edad, y decide que su hija tendrá a su madre, aunque ya no esté. Y la tendrá al mismo tiempo que a su padre, que, a fin de cuentas, será la misma persona. 

Canciones para el nuevo día (997/225): "Fuego de noche, nieve de día"

Ricky Martin - Fuego de noche, nieve de día



Disco: A medio vivir (1996)

File:A Medio Vivir alternate cover.jpg

17 de septiembre de 2012

Crítica de cine: Michael Clayton, de Tony Gilroy

[24-XI-2007]

Pues anoche, ante una cartelera algo floja esta semana, fui a ver esta peli del amigo George (What else?), una peli en la que ya suena él como posible nominado a un Oscar como mejor actor principal (yo incluiría a Tom Wilkinson como posible nominado a mejor actor de reparto). Y aunque a priori puede parece una película estilo A civil action, va mucho más allá de todo eso (quien quiera ahondar en una crítica hiperfavorable, que lea la crónica de Carlos Boyero en El País hace ocho días).

Pues Michael Clayton es una película algo desigual en su desarrollo, con un prólogo quizá demasiado extenso (al cabo de casi veinte minutos te salen con lo de "cuatro días antes") y hasta cierto punto innecesario. Pero la trama gana desde entonces, si bien resulta algo complicada, borrosa e inconexa hasta casi la mitad del metraje. Michael Clayton (Clooney) es un "solucionador de problemas" en un prestigioso bufete neoyorquino. Se le asigna el caso de uno de los socios mayoritarios del bufete, Arthur (que lleva la defensa de una importante empresa del sector alimentario), y que de pronto enloquece (Tom Wilkinson), aunque pronto Clayton descubre que se ha pasado al lado de los demandantes.