13 de septiembre de 2014

Crítica de cine: El hombre más buscado, de Anton Corbijn

A estas alturas de la película no hay que explicarle a nadie quién es John Le Carré y lo que ha significado para la literatura del género "de espías". Hace poco tuvimos la oportunidad de revisar El topo, basada en una de sus novelas de "guerra fría", con el Circus y Smiley en danza. Una película sosegada, muy pausada, lenta incluso se podría decir, en la que trama se construye poco a poco, se cocina con mimo y se llega a un desenlace de altura. Con El hombre más buscado, película basada en otra novela de Le Carré (y coproducida en parte por él y sus dos hijos), volvemos al cine de espías... pero los tiempos han cambiado. Lo que fue el Circus en la serie de Smiley y lo que significó la pugna entre los dos bloques durante el período de la guerra fría, ha quedado reducido a un pasado romantizado tras los atentados del 11-S y el cambio de paradigma: el enemigo ya no es el soviético, sino el terrorista islamista radical de diverso pelaje, más anónimo en sus métodos, más ruidoso en sus acciones y más imprevisible en su modus operandi. La CIA fracasó con la previsión de Nueva York (o su fracaso fue no lograr que sus informes llegasen a influir en las decisiones del Despacho Oval y el Pentágono) y el panorama se radicalizó por todas partes. La saga Bourne nos mostraba un juego de espías más físico que propio de servicios de inteligencia. Con sus novelas posteriores al 11-S, Le Carré juega con personajes que van a la deriva, sin tener nada claro cómo moverse en un terreno desconocido y mucho más complejo que el clásico gato contra el ratón de apenas unos decenios atrás...

12 de septiembre de 2014

11 de septiembre de 2014

8 de septiembre de 2014

6 de septiembre de 2014

Crítica de cine: Jersey Boys, de Clint Eastwood

A sus 84 años Clint Eastwood ya no está en el cénit de su carrera (diez años hace ya de Million Dollar Baby, su indiscutible última gran película), pero tras la cámara sigue teniendo la pasión de quien está en la flor de la vida. Y puesto que está ahí, o gracias a ello, se puede permitir el lujo (o el capricho) de realizar una película que, a priori, no es de su género. A priori... pero no olvidemos al autor de Bird, al compositor de scores para muchas de sus películas, incluso al actor que se lanzó a cantar en La leyenda de la ciudad sin nombre. Así pues, ¿Clint Eastwood ha decidido hacer un musical? ¡Pues bien por él! Y así ha cogido una oferta para dirigir una versión cinematográfica de una obra que lleva ocho años en Broadway sobre Frankie Valli y los Four Seasons, un cantante con una voz unica de falsete y el grupo que formó (o en el que formó parte) de música muy de los años sesenta. Y el resultado es Jersey Boys, una curiosa película con la que Eastwood parece decir "eh, no me entierren antes de tiempo" que aún tengo mucho que decir. De hecho, resulta incluso enternecedor que en una secuencia de la película los personajes tengan el televisor encendido y aparezca de pronto la imagen de un joven Clint Eastwood en aquellos años sesenta.

30 de agosto de 2014

Crítica de cine: Locke, de Steven Knight

Estamos acostumbrados a un cine blockbusterizado, en el que importa cuántas toneladas de coches, aviones, edificios incluso, deben cargarse en la gran pantalla para que sueltes un "oooooh" y te dejen sin aliento. Películas de presupuesto tan mastodóntico como las expectativas que hay sobre ellas o sobre el taquillaje que deben conseguir para ser un éxito, un fracaso... o algo indiferente. El cine tiene la capacidad de sorprenderte, para bien o para mal, y también de dejarte frío; y ésto último es lo que peor que le puede pasar a una película: que ni fu ni fa, que sí pero no, que oye, sabes qué, que me he quedado igual. La magia que tiene el cine es que no provoca indiferencias, sino entusiasmos u odios, y eso es algo muy injusto. Por ello, sabes cuándo algo no es ni te deja indiferente. Si a ello añadimos que esa magia no necesita de demasiados alardes, de espectaculares secuencias ni que se vea en pantalla la millonada que se han gastado para rodar algo que finalmente te deje indiferente... y que me sucedió hace unos días con Guardianes de la galaxia: aburrido me quedé en una sala de cine, viendo algo que a los veinte minutos ya me hacía removerme en la butaca. Ni trama, ni personajes, ni mucho menos efectos especiales me llamaron la atención; si acaso, saber que Ned el Pastelero de Pushing Daisies era, bajo esa capa de maquillaje, el villano de turno, y un soundtrack de canciones que al menos paliaba el grado de tedio que se me echaba encima. Por eso, cuando una película que aparentemente no es gran cosa, con un sólo actor en la pantalla, conduciendo por la noche para llegar a Londres y mientras mantiene una serie de llamadas telefónicas que van a cambiar radicalmente su vida; cuando ves que en 80 minutos, prácticamente en el tiempo real en el que sucede la trama, se puede contar una gran historia; cuando en los primeros minutos de la película has quedado atrapado... en ese momento sabes que la magia del cine no necesita apabullarte con la grandeza de la vacuidad. Con una historia aparentemente sencilla, un actor, un coche en movimiento y una autopista tiene suficiente.

29 de agosto de 2014

28 de agosto de 2014

Oliver Stone y el revisionismo histórico: La historia no contada de Estados Unidos

«El origen de todos nuestros errores es el miedo. Movidas por el viento grandes naciones se han comportado como bestias acorraladas pensando sólo en la supervivencia» (Henry Wallace).
Oliver Stone: la historia no contada de Estados Unidos es un proyecto para repasar, en diez episodios, la historia de este país desde 1939 y hasta 2012. En los primeros minutos del episodio inicial, Stone explica qué motivaciones hay tras esta serie documental: considerándose un estudioso de la Historia, quiere narrar aquella historia que, en su opinión, no se cuenta en las clases a los jóvenes. Una historia de héroes y de otros que no lo fueron, aunque fueron etiquetados como tales. Una historia del miedo y de la pérdida. El miedo, continuando con la línea de argumentación que mostraba Michael Moore en su documental Bowling for Columbine (2002), ha llevado al pueblo estadounidense a ser la nación más armada del planeta y a concebir el mundo como un lugar de enfrentamiento, antes que de encuentro y colaboración. En el final del 4º episodio, Stone incide en esta idea: «¿Por qué ese miedo? Se ha dicho que como americanos somos un pueblo de inmigrantes en un nuevo país. Gente que de una forma u otra ha escapado de la persecución, la pobreza y el miedo; y aunque separado de todos por dos grandes océanos, seguimos siendo presa de ese miedo que no cesa, incluso nuestros hijos y nietos. A los norteamericanos se nos ha inculcado y nos hemos enamorado del mito de volver a empezar con una nueva pureza en una nueva tierra; el mito de la excepcionalidad americana en una nueva Jerusalén, la ciudad de la colina. Entonces, ¿es necesario exagerar el miedo a la persecución del exterior, del extranjero corrupto que siempre representa la maldad de lo antiguo? […] El miedo y la incertidumbre son dos elementos inevitables en la vida humana desde el principio de los tiempos; y se deben aceptar como aceptamos el nacimiento y la muerte». Y la pérdida de los valores fundacionales y de la esperanza de una nación que volvió a abrirse al mundo, tras la etapa aislacionista posterior a la Primera Guerra Mundial, pero esta vez con la idea de dominarlo frente al enemigo comunista.

Canciones para el nuevo día (1504/733): "Lonesome Day"

Bruce Sprinsteen's Week (IV): Lonesome Day



Disco: The Rising (2002)


25 de agosto de 2014

Our World War (BBC, 2014): la Gran Guerra en primerísimo plano

Dentro de su programación especial dedicada a la Primera Guerra Mundial –prevista hasta 2018; si es que cuando los British se ponen manos a la obra…–, y tras otras miniseries como 37 Days (el camino, desde la muerte del archiduque austro-húngaro, hacia las declaraciones de guerra de finales de julio y agosto de 1914, y The Crimson Field (un grupo de enfermeras en primera línea), la BBC estrenó hace dos semanas Our World War: miniserie de tres episodios que recoge experiencias reales de combate de soldados británicos durante la guerra. Tres episodios, por desgracia sólo tres, de una calidad altísima que escoge tres momentos bélicos: las batallas de Mons (23 de agosto de 1914), del Somme (julio de 1916) y de Amiens (agosto de 1918), aunque desde puntos de vista y enfoques muy particulares. Así, el primer episodio se centra en la defensa de un puente (y posterior retirada) a cargo de un grupo de batallón británico que subestimó la capacidad ofensiva de los alemanes en el canal de Mons; el segundo episodio nos narra las desventuras de un batallón de soldados de Manchester –los Manchester Pals («camaradas»)– en un flanco del Somme y tocando el espinoso tema de la deserción; y el último episodio acompaña a la tripulación de un tanque durante la ofensiva de Amiens, que desbarataría las defensas de los alemanes en el frente franco-belga. Se trata, pues, de la guerra en el frente occidental desde el punto de vista y protagonizada por soldados británicos. Soldados que sobrevivieron (algunos) y dejaron por escrito sus recuerdos de aquella guerra, de «nuestra guerra mundial». Y qué pena que sean sólo tres episodios…

Canciones para el nuevo día (1501/730): "Glory Days"

Bruce Springsteen's Week (I): Glory Days



Disco: Born in the U.S.A. (1984)