Las
comparaciones son siempre odiosas... y cuando
Kenneth Branagh realizó el remake (que no es tanto...) de Sleuth,
la
película de Joseph L. Mankiewicz basada en la obra teatral de Anthony
Shaffer, hubo ya incluso críticas antes de su estreno. Criticas
infundadas, desde luego, pues de Branagh se podía esperar que haría una
película digna, con guión del premio Nobel de Literatura Harold Pinter
(que tiene un breve cameo en una pantalla de televisión). Y lo hizo. A
costa de recibir palos, pues, ¿qué hay mejor que la película de
Mankiewicz, con actorazos como Laurence Olivier y Michael Caine, un
guión endiabladamente atrevido y ágil? Pero, ¿por qué no?
¿Por qué no ofrecer una versión diferente de una misma materia prima?
Dos hombres, una casa, una querella entre ambos, una disputa que
resolver, un juego que va más allá de lo que se espera... y dos finales
diferentes.¿Por qué no regresar a ese texto e indagar?
Pues ambas películas sí, parten de
la obra de Shaffer, pero difieren en
la puesta en escena. Para empezar, el guión de la versión de 1972 es más
dilatado aunque al mismo tiempo más sencillo: es un toma y daca entre
Andrew Wyke (Olivier) y Milo Tindall (Caine), entre el marido despechado
que trata de vengarse y de humillar al amante de su esposa, y el joven
que no se limita a ser un pelele en sus juegos. Porque la cosa va de
juegos: juegos detectivescos, dobles mensajes, intenciones diversas y un
resultado final que marca a los dos personajes. En la versión de 2007,
de metraje más corto y diría que más ágil, el toma y daca tiene varias
fases ("tú ganaste el primer set, te dije hace un rato que yo iba 3 a 0
en el segundo, pero podemos decir que estamos empatados a un set...
¿quién ganará el set definitivo?"). Pero no todo es el guión: Olivier
encarna a un Wyke que va a por todas, mientras que el Wyke de Caine en
la versión de 2007 es más contenido, al borde de la derrota y
finalmente... bueno, eso lo dejo para cuando la veáis. Tampoco es igual
el Milo Tindall de ambas versiones: en 1972 Caine se sobreponía de la
primera humillación, mientras que en ese sentido Jude Law queda más
sobreactuado en la versión de 2007. Se podría decir que, de ambas
versiones, quien acaba ganando siempre es Michael Caine... como actor; y
eso que Laurence Olivier es mucho Laurence Olivier...
Pero queda también la puesta en escena. La casa de Andrew Wyke está llena de autómatas y cachivaches en la versión de 1972; puestos allí al servicio del ego de un Wyke/Olivier que se las cree saber todas. Son sus figuras, sus "ayudantes" para desconcertar al invitado/enemigo Milo/Caine. Las cosas cambian en la versión de 2007: el uso de las tecnologías por parte de Wyke/Caine le sirven para poner en jaque a Milo/Law, para burlarse de él, al tiempo que para seducirle. Pantallas, cámaras de vigilancia que convierten su fortín en un Gran Hermano, proyectores, un ascensor para subir al dormitorio... todo controlado por un Wyke soberbio pero más vulnerable. La mansión de 1972 es más de época, la casa de 2007 es un refugio tecnificado. En ambos espacios se mueven los dos actores, en ese toma y daca constante. Es interesante que el elemento teatral de la obra de Shaffer está muy presente en ambas versiones: en la de 1972 Wyke tiene imágenes de pequeños teatrillos que escenifican algunas de sus novelas; en la versión de 2007 la casa se erige en un escenario más intenso y dominante. Que tanto Olivier como Branagh provengan del teatro no es casual... y nadie le negará a Mankiewicz las infuencias del medio en su película. Mientras, Branagh juega con planos cenitales y una fotografía que perfila con más detalle a los personajes.
Imposible decir cuál de las dos películas es mejor, si el original de 1972 o el remake de 2007... básicamente porque son muy diferentes. En el guión de Pinter asoman otras intenciones que en el de Shaffer: Wyke/Caine es más sibilino y juega la carta de la seducción respecto Milo/Law, con un componente homoerótico siempre subyacente. Wyke/Caine es más primario, obsesivo y arrogante y Milo/Caine tiene más aristas que Milo/Law. Se dilatan las dos largas secuencias de la película de 1972, mientras que en la versión de 1972 el set definitivo es más ágil... y al mismo tiempo directo.
Dos magnificas películas, cada cual a su manera.
Pero queda también la puesta en escena. La casa de Andrew Wyke está llena de autómatas y cachivaches en la versión de 1972; puestos allí al servicio del ego de un Wyke/Olivier que se las cree saber todas. Son sus figuras, sus "ayudantes" para desconcertar al invitado/enemigo Milo/Caine. Las cosas cambian en la versión de 2007: el uso de las tecnologías por parte de Wyke/Caine le sirven para poner en jaque a Milo/Law, para burlarse de él, al tiempo que para seducirle. Pantallas, cámaras de vigilancia que convierten su fortín en un Gran Hermano, proyectores, un ascensor para subir al dormitorio... todo controlado por un Wyke soberbio pero más vulnerable. La mansión de 1972 es más de época, la casa de 2007 es un refugio tecnificado. En ambos espacios se mueven los dos actores, en ese toma y daca constante. Es interesante que el elemento teatral de la obra de Shaffer está muy presente en ambas versiones: en la de 1972 Wyke tiene imágenes de pequeños teatrillos que escenifican algunas de sus novelas; en la versión de 2007 la casa se erige en un escenario más intenso y dominante. Que tanto Olivier como Branagh provengan del teatro no es casual... y nadie le negará a Mankiewicz las infuencias del medio en su película. Mientras, Branagh juega con planos cenitales y una fotografía que perfila con más detalle a los personajes.
Imposible decir cuál de las dos películas es mejor, si el original de 1972 o el remake de 2007... básicamente porque son muy diferentes. En el guión de Pinter asoman otras intenciones que en el de Shaffer: Wyke/Caine es más sibilino y juega la carta de la seducción respecto Milo/Law, con un componente homoerótico siempre subyacente. Wyke/Caine es más primario, obsesivo y arrogante y Milo/Caine tiene más aristas que Milo/Law. Se dilatan las dos largas secuencias de la película de 1972, mientras que en la versión de 1972 el set definitivo es más ágil... y al mismo tiempo directo.
Dos magnificas películas, cada cual a su manera.
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