Sinceramente, esta es una película personal de
descarte: es decir, ya que estaba por el cine, ya que había dos
películas con las que me había comprometidor a ir acompañado y ya que tengo que matar el tiempo hasta la
noche, bueno, pues eso... a ver qué me cuentan.... o a ver si me toman demasiado el pelo. Y he de reconocer que si va uno con esas
expectativas (o más bien la ausencia de ellas, por mínimas que sean), pues igual se pasa un
rato entretenido con un producto que, si no fuera por el actor/productor
que anda detrás de todo el meollo, sería considerado directamente una
película de serie B. ¿Recuerdan a Charles Bronson? ¿Y a personajes como
Mike Hammer? Pues un poco de todo tiene este mejunje. Y hasta te
sorprende un poco... probablemente sin pretenderlo. He de decir que no me arrepiento de haber ido a ver esta película, pero en realidad yo quería ver Django desencadenado o Lincoln... o Amor, pero no la programaban en esos cines. En fin...
Detrás de Jack Reacher hay un escritor de novelas de género (¿de cuál?)
llamado Lee Child. Tropecientas novelas, por cierto, así que a Tom
Cruise le ha dado por producir y protagonizar una de ellas (¿será el
inicio de una nueva franquicia, a lo Misión: Imposible?),
da igual cuál e incluso si es la primera, la del medio o la última.
Cruise ha fichado a Christopher McQuarrie, guionista capaz de hilvanar
maravillas como Sospechosos habituales y de bodrios como The Tourist,
le ha encargado el guión y lo ha puesto tras la cámara. Para
entendernos, el susodicho Jack Reacher es un justiciero muy peculiar, ex
policía militar, investigador y salvapatrias local a lo Renegado
(¿recuerdan esa serie?), todo testosterana, ni una sola sonrisa,
echando mano de su físico portentoso (lo tiene algo crudo Tom Cruise al
respecto... déjenlo a la imaginación del espectador) y soltando frases
más o menos graciosas y dejando caer nombres de jugadores de béisbol
para despistar. Por lo demás, un tipo de lo más plano a nivel de
personaje.
La trama de la película, en cambio, está algo por encima de la catadura
moral de Reacher, iniciándose como un (sorprendentemente) más que
interesante thriller, que gana especialmente cuando no anda Reacher por
medio. Quizá si uno se toma el producto con demasiada seriedad se podrá
decir "pues tampoco es para tanto"; pero lo cierto es que cuando la
película no se toma demasiado en serio al protagonista y trata de
indagar un poco en la trama, la cosa tiene buena pinta. Y entretiene,
con un ritmo que parece acelerado y que, curiosamente, no lo es... y no
aburre (a pesar de sus dos horas de duración). Una buena persecución en
coche por el centro de Pittsburgh, una primera media hora mejor que el
resto del metraje, un Robert Duvall que siempre da gusto verle, una
música algo extraña (te da la sensación de ser un descarte de Los Vengadores
mezclada con lo peorcito de James Horner, y lo curioso es que pega poco
con el producto en sí), una protagonista femenina sosaina, un villano
en la piel de un no menos sorprendente Werner Herzog (que le habrán
comentado a este señor para dejar la dirección a un lado y asumir este
rol...), un Richard Jenkins desaprovechado, y un final... bueno, lo dejo
ahí.
El resultado es una película sorprendente para lo que a priori es, sin
muchas sutilezas morales, cortita en cuanto a tratamiento de personajes,
correosa en cuanto a la mezcla de thriller con ciertos toques de
acción, y una apuesta no demasiado ambiciosa. Como producto de consumo
rápido pero no del todo indigesto te tomas esta película. ¿Amenazarán
con más entregas? Todo es posible...
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