10 de noviembre de 2021

Reseña de The Secular Enlightenment, de Margaret C. Jacob

Puede parecer una cierta redundancia titular un libro "La Ilustración secular", pues ya el propio concepto de la Ilustración, prácticamente por definición, remite a lo secular. Pero el volumen tiene un planteamiento que nos obliga a reconsiderar las cosas desde otro(s) punto(s) de vista o con más matices. Así, la autora comienza el libro, en el prólogo, con toda una declaración de intenciones sobre lo que se refiere cuando habla de Ilustración «secular»:

«La Ilustración fue un movimiento de ideas y prácticas del siglo XVIII que hizo del mundo secular su punto de partida. Esto no negaba necesariamente el significado o una percepción emocional de la religión, pero gradualmente desplazó la atención de las cuestiones religiosas a otras seculares. La búsqueda de respuestas en términos seculares –incluso en muchas cuestiones religiosas– expandió enormemente la esfera de lo secular, al incrementar el número de personas con una educación, e hizo de ello un marco de referencia primordial. En el mundo occidental, el arte, la música, la ciencia, la política e incluso las categorías del espacio y el tiempo habían experimentado un proceso gradual de secularización en los siglos XVI y XVII; la Ilustración se construyó sobre este proceso y lo convirtió en una causa intelectual internacional. Al afirmar esta expansión de la secularidad, no trato de minimizar las muchas manifestaciones religiosas que hallamos en esta época: este libro no declara que la religión estuviera en camino de ser erradicada como una mala bacteria que espera ser eliminada por un antibiótico deísta o ateo» (p. 1, traducción propia, así en las demás citas).

Canciones para el nuevo día (3363/2582): "14th Street"

Rufus Wainwright - 14th Street



Disco: Want One (2003)


30 de octubre de 2021

Crítica de cine: Verano del 84, de François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.

Cuánto daño hace la nostalgia ochentera por culpa de Stranger Things (Netflix: 2016-); y “cuán gritan esos malditos” estoy tentado de decir bien alto muchas veces a tenor del hype que esta serie (y similares) provocan en la redes sociales. Lo cierto, sin embargo, es que la serie de Netflix no deja de apelar a un segmento muy marcado de sus suscriptores, aquellos que crecieron (crecimos) en la década de los años ochenta y disfrutaron (disfrutamos) de películas como Los Goonies (Richard Donner, 1985), El Club de los Cinco (John Hughes, 1985), Los Cazafantasmas (Ivan Reitman, 1984),… entre otras muchas películas. Y lo cierto es que el revival ochentero ya llegó antes: cómo no mencionar el efecto evocador de aquella década (de hecho, finales de la anterior) en Súper 8 (J.J. Abrams, 2011). Desde luego, los veinteañeros actuales ven Stranger Things con otros ojos, sin la carga testimonial que los que ya estamos en la cuarentena añadimos a la serie, y les gustará, pero probablemente no les llegará tanto como a nosotros (bueno, a los otros nostálgicos: no pasé de la primera temporada y tampoco me pareció una serie que fuera para TANTO). Pero lo ochentero se ha puesto de moda y “volver” a aquella década se ha convertido en un ejercicio de recreación casi “histórica” en películas y series de televisión. Quizá por ello una película como Verano del 84 (François Simard, Anouk Whissell y Yoann-Karl Whissell, 2018) pueda llegar a las salas de cine y despertar una cierta curiosidad, levantar alguna suspicacia y sorprender cuando te pensabas que la cosa iba por caminos muy trillados.*

22 de octubre de 2021

Reseña de Doce césares: la representación del poder desde el mundo antiguo hasta la actualidad, de Mary Beard

Nota: esta reseña parte del original Twelve Caesars: Images of Power from the Ancient World to the Modern, publicado por Princeton University Press en octubre de 2020 y en paralelo a la traducción castellana.

Mary Beard impartió una serie de conferencias, «Twelve Caesars: Images of Power from Ancient Rome to Salvador Dalí», en Washington, DC en la primavera de 2011 –en el marco de las A.W. Mellon Lectures in the Fines Arts en la National Gallery of Art de la capital estadounidense–*, en las que analizó las imágenes modernas de los emperadores romanos: los Doce Césares en la senda de Suetonio, de Gayo Julio César a Domiciano. Se interesó por el hecho de que los artistas desde el Renacimiento eligieron a estos césares de diversas maneras, a menudo al dictado de los intereses estéticos y políticos de poderosos mecenas, y cómo éstos –emperadores, reyes, príncipes y duques– los “imitaron” y buscaron su propio reflejo en el arte, y en cómo humanistas, anticuarios, eruditos y arqueólogos modernos han estudiado su imagen, desde el espejo del pasado, para reflejar actitudes del presente (y a la inversa). De aquellas conferencias había de surgir un libro y he aquí que, una década después y con otras obras importantes de por medio, llegó finalmente un volumen en el que la autora, como menciona en sus primeras páginas, plasma su interés “no sólo (…) en los emperadores por sí mismos o en los artistas que los han recreado, sino también en el resto de nosotros que [los] miramos” (Prólogo).

Canciones para el nuevo día (3350/2569): "Kiss You Off"

Scissor Sisters - Kiss You Off



Disco: Ta-Dah (2006)