7 de abril de 2021

Reseña de Memorial de los libros naufragados. Hernando Colón y la búsqueda de una biblioteca universal, de Edward Wilson-Lee

Nota: esta reseña parte de la lectura del original, The Catalogue of Shipwrecked Books. Young Columbus and the Quest for a Universal Library (William Collins, 2018).

En el epílogo de este libro, Edward Wilson-Lee “convierte” a Hernando Colón en un “precursor” de Google Books (se podría añadir también que de Internet Archive) por la labor que hizo el hijo del Almirante con la biblioteca que acumuló y creó en su casa en Sevilla: organizar la gran Biblioteca Universal, el receptáculo de todos los saberes del mundo, en sus diversas lenguas y creencias religiosas. Por desgracia, la mayor parte de esa biblioteca –que llegó a acumular entre 15.000 y 20.000 volúmenes y se convirtió en una de las más grandes, si no la más grande, en el primer tercio del siglo XVI– se perdió en los decenios y siglos posteriores a la muerte de Hernando en 1539, ya fuera por catástrofes naturales (inundaciones), por la venta de parte de sus activos o por la negligencia de los herederos de Colón. Sea como fuere, de esa riquísima biblioteca, que no sólo incluía libros sino también imágenes y partituras musicales impresas, apenas se conservan algo menos de 4.000 volúmenes [es la cifra que proporciona el autor] en la Catedral de Sevilla, que es donde actualmente está ubicada; se perdió para siempre la colección de imágenes que Hernando persiguió por talleres impresores, así como el legado que recibiera de su padre, el Almirante: los cuadernos de bitácora originales de sus viajes, de los que hoy quedan copias gracias a transcripciones posteriores –de Bartolomé de las Casas, por ejemplo–. También desaparecieron, si no se perdieron, las páginas del Libro de los Epítomes, la obra que debía ser síntesis y a la vez punto de partida para elaborar una gran obra de síntesis a modo de los modernos abstracts: un resumen sobre lo esencial de un libro para que el lector se haga una idea del mismo y decida si continúa con la lectura completa o queda satisfecho con ello; y también repertorios bibliográficos y registros para clasificar los libros según una sistematización que sería la base de sistemas de catalogación bibliográfico posteriores (y actuales), como el CDU o el Thesaurus.

Canciones para el nuevo día (3222/2441): "Edge of Seventeen"

Stevie Nicks - Edge of Seventeen



Disco: Bella Donna (1981)

24 de marzo de 2021

Reseña de Alaric The Goth: An Outsider's History of the Fall of Rome, de Douglas Boin

En 2018 Marcial Pons Ediciones de Historia publicó Alarico (365/370–410 A.D.): la integración frustrada de Javier Arce, una monografía que, como el autor incide en el prólogo, «no es una biografía de Alarico» (p. 15), y que comparte much(ísim)os aspectos con el libro que comentamos en este reseña: Alaric The Goth: An Outsider's History of the Fall of Rome de Douglas Boin (W.W. Norton, 2020). El volumen de Boin, de una brevedad similar (272 páginas, descuéntense notas y bibliografía) al de Arce (184 páginas, que se quedan en poco más de 150 de texto), tampoco parece propiamente una «biografía» del personaje, a quien se «utiliza» como excusa para realizar una amplia mirada al Imperio Romano entre, aproximadamente, las décadas de 370 y 410 de nuestra era. Si acaso, Alarico aparece en este libro como un «inmigrante», un hombre a quien los romanos habrían etiquetado como un «refugiado», un profugus; un inmigrante en una época de xenofobia, fanatismo y violencia. Y no anda nada desencaminado Boin al respecto. 

Canciones para el nuevo día (3217/2436): "Never Going Back Again"

 Fleetwood Mac - Never Going Back Again



Disco: Rumours (1977)

19 de marzo de 2021

10 de marzo de 2021

Crítica de cine: Entre nosotras, de Filippo Meneghetti

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.

Dos mujeres maduras bailan agarradas en un local mientras se escucha a Petula Clark cantar una versión en italiano (“Sul carro mio”) de su hit “I Will Follow Him”.* Ambas comparten un momento de intimidad rodeados de personas que no las conocen y es de las pocas veces que pueden mostrarse cómo son delante de un mundo que, por muy en el siglo XXI que estemos, no imagina una relación de amor entre mujeres si no son jóvenes. Pues Madeleine, “Mado”, (Martine Chevallier) y Nina (Barbara Sukowa) son pareja en secreto desde hace más de veinte años. Un amor secreto, pues Mado estuvo casada con alguien que no la trataba bien y no se atrevió, ya viuda, a decir a sus hijos, Anne (Léa Drucker) y Frédéric (Jérôme Varanfrain), que su vecina de rellano, la misteriosa señora Dorn, es su pareja; que ambas prácticamente viven juntas de puertas para adentro, manteniendo la ficción de que sólo son amigas cuando Mado recibe visitas; que han decidido vender sus casas e irse a vivir a Roma lo que les queda de vida; y que sí, que se aman apasionadamente, aunque nadie más lo sepa. Pero Mado no se atreve a dar el paso definitivo –vender el piso y confesar a sus hijos sus planes–, lo cual resulta incomprensible para una Nina que no rinde cuentas a nadie y que no tiene ataduras en esa ciudad francesa en la que siempre estuvo de paso. Pero cuando Mado sufre una embolia, pierde el habla y queda medio paralizada, todo se irá al traste y Nina se las verá y deseará para poder estar cerca de su amada: nunca un rellano será una distancia tan enorme para ambas.