Termina Robert Goodwin su libro parafraseando a Miguel Moya Ojanguren, director del periódico El Liberal, quien a finales de noviembre de 1898 escribió un artículo titulado “Día Nefasto” y en el que se decía:
Hoy se firmará en París el Tratado por el cual renuncia España á la posesión de Cuba, de Puerto Rico y de Filipinas. Hoy se cerrará, para siempre la leyenda da oro, abierta por Cristóbal Colón en 1492, y por Fernando de Magallanes en 1621. […] Al cabo de cuatrocientos años, volvemos de las Indias Occidentales, por nosotros descubiertas y del extremo Oriente por nosotros civilizado, como inquilinos a quienes se desahucia, como intrusos á quienes se echa, como pródigos á quienes se incapacita, como perturbadores á quienes se recluye. (El Debate, 28 de noviembre de 1898. Disponible en la hemeroteca digital de la Biblioteca Nacional).
La cita es elocuente sobre un estado de ánimo y contextualiza muy bien el sentimiento de quienes consideraban que, a finales de ese año 1898, se cerraba la etapa imperial iniciada cuatro siglos antes con el desembarco de Colón en la isla de San Salvador.