21 de junio de 2017
20 de junio de 2017
19 de junio de 2017
16 de junio de 2017
15 de junio de 2017
Reseña de El despertar del alma. Dioniso y Ariadna: mito y misterio, de David Hernández de la Fuente
Es extensa la bibliografía sobre Dioniso: como
mito, como símbolo, como argumento literario y poético; quizá no tanto
Ariadna, pero ambos personajes han sido analizados desde la filosofía
(no sólo Nietzsche “mediante”) y la historia del pensamiento griego
antiguo: lo dionisiaco y salvaje en “lo griego”; el salvador y el amigo
del hombre; el dios del vino, el “promotor” de los simposios, el dios de
los “misterios” (con permiso de Deméter, Perséfone y Eleusis); la
divinidad que junto a Zeus da “nombre” a lo divino, al dios; el dios del
teatro y sus inspirador. Dioniso, como afirma el autor de esta
monografía, es el dios más polifacético del panteón griego, el que
“nació dos veces”, el dios de Platón, el que fue asimilado a la figura
de Cristo en el mundo tardoantiguo, el que sería recuperado desde el
siglo XVIII, el Ochocientos sobre todo, con Hölderlin, Nietzsche y
otros, el reelaborado y reinterpretado por Otto, Burkert, Frazer,
Kerényi, Detienne, Vernant… y una larga serie de autores que David
Hernández de la Fuente sigue, recoge y comenta en un ambicioso libro que
rastrea el mito, la ritualidad y la recepción de Dioniso en la historia
cultural (occidental), con el añadido de que su análisis incluye a
Ariadna: la figura durmiente de Naxos que, al despertar, se vio
abandonada por su amado (Teseo) y fue “rescatada” por Dioniso, para
después morir, bajar a los infiernos (katábasis) y subir a los cielos
(anábasis) de mano de Dionisos.
14 de junio de 2017
13 de junio de 2017
12 de junio de 2017
Reseña de Stalin and the Scientists: A History of Triumph and Tragedy, 1905-1953, de Simon Ings
Este es un libro extenso sobre la ciencia en
Rusia en prácticamente la primera mitad del siglo XX; de hecho, el
período entre la crisis del régimen zarista desde 1905 y la muerte de
Stalin en 1953, con un capítulo que analiza un legado en los años
posteriores a la muerte del líder soviético. De entrada, es un libro que también da pie
a una cierta confusión no necesariamente forzada: la palabra scientists
remite a científicos en general y uno esperaría que en sus páginas se
tratara el desarrollo de la ciencia en sus múltiples variedades, ya sea
desde la biología, la medicina, la ingeniería, la física y la química,
los proyectos para crear la bomba RDS-1, que sería la respuesta
soviética en 1949 a la bomba atómica estadounidense lanzada sobre
Hiroshinma y Nagasaki en agosto de 1945. Uno pensaría también que el
libro trataría la represión estalinista contra los científicos, la
paranoia de Stalin en sus años finales contra los médicos judíos, las
purgas previas de los años treinta (en campos como la geología, por
ejemplo), los aportes científicos soviéticos durante la Segunda Guerra
Mundial… y en cierto modo sí se tratan en este volumen, aunque de manera
algo desigual. Pero no, este libro no trata sobre la ciencia soviética en general, sino más bien en particular. De hecho, gran parte del libro lo protagoniza el paradigma de la "ciencia soviética": Trofim Lysenko (1898-1976).
9 de junio de 2017
8 de junio de 2017
Reseña de The Dawn of Christianity. People and Gods in a Time of Magic and Miracles, de Robert Knapp
¿Hasta qué punto el cristianismo es una religión
“original”? Sí, es una pregunta “trampa”, pues de entrada sabemos que fue una religión
lo suficientemente “nueva”, “seductora” e in cluso "revolucionaria" como para lograr reunir, en
apenas unas décadas, numerosos seguidores en ciudades y lugares del
Mediterráneo oriental, que fueron aumentando paulatinamente en los dos
siglos siguientes: Se abriría un período de clandestinidad y persecución
hasta que fue tolerado como culto religioso por el Edicto de Milán del
año 313 y protegido especialmente por los emperadores romanos; en el año
380, mediante el Edicto de Tesalónica, el cristianismo se convertiría
en la religión “oficial” del Imperio romano, aunque aún tardaría siglos
en arrinconar para siempre los cultos paganos.
Quizá la pregunta adecuada sería qué tenía el cristianismo que
ofrecer a la gente de la segunda mitad del siglo I (o desde la muerte de
su carismático líder, Jesús de Nazaret, en torno al año 30) como para
que abandonara sus creencias previas, ya fuera el judaísmo en el caso de
la población de Judea y alrededores, ya fueran los cultos politeístas
(“paganos”, si se prefiere la jerga cristiana, o “gentiles” según los
judíos). La creencia en que habría algo más allá de la muerte, en un
“cielo” para los justos y píos y un “infierno” para los que no lo eran,
rompía con la mayor parte del, por así llamarlo, establishment judío
que, al margen de los fariseos (que sí creían en la inmortalidad del
alma), no concebía una “vida” más allá de la terrenal, aunque en cierto
modo los acercaba a algunos cultos politeístas.
7 de junio de 2017
6 de junio de 2017
Reseña de Hijos de nazis, de Tania Crasnianski
* Esta reseña parte de un informe de la edición francesa del libro.
Los principales jerarcas de la Alemania nazi,
Adolf Hitler al margen, también eran padres de familia y tuvieron hijos.
Ellos fueron capturados y se enfrentaron a la justicia en los procesos
de Núremberg en algunos casos (Hermann Göring, Hans Frank, Albert Speer,
Rudolf Hess) y en otros procesos (Rudolf Höss); otros se suicidaron al
ser capturados (Heinrich Himmler) o huyendo de un Berlín ocupado por los
rusos (Martin Bormann); y otros huyeron con éxito y vivieron escondidos
en el extranjero (Josef Mengele). Todos tuvieron hijos y estos vivieron
de una manera u otra con el estigma de un apellido y el recuerdo
constante de unos crímenes. Otros niños no tuvieron esa suerte: Joseph
Goebbels no permitió que sus hijos sobrevivieran al fin del Reich nazi y
los hizo morir, «dulcemente», y en connivencia con su esposa, dándoles
cápsulas de cianuro. Hijos de nazis (La esfera de los libros, 2017), obra de la abogada penalista Tania Crasnianski, se centra en
los hijos supervivientes de destacados líderes nazis. Hijos que en
algunos casos vivieron en su infancia el régimen nazi y la guerra, y que
en la posguerra vivieron con un apellido que para el mundo entero los
delataba como hijos de asesinos y perpetradores del Holocausto.
Crasnianski ha investigado en libros, artículos, diarios, cartas y
entrevistas a estos hijos de nazis, para poder indagar en cómo el
estigma les ha marcado de diversas maneras y cómo algunos han
reivindicado el recuerdo paterno y otros han tratado de superarlo.
5 de junio de 2017
2 de junio de 2017
1 de junio de 2017
Reseña de El rey de Nemi. El juicio de Calígula, de Sandra Parente
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