17 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (V): 17 de octubre de 1986 - designación de Barcelona como sede de los Juegos Olímpicos de 1992

Un 17 de octubre de 1986 el Comité Olímpico Internacional (CIO, por sus siglas en francés) hizo pública en Lausanne la designación de Barcelona como sede de los Juegos de la XXV Olimpiada de verano en 1992. Eran las 13:28 horas del mediodía cuando Juan Antonio Samaranch, presidente del CIO, anunció –“À la ville de… Barcelona”– que la capital catalana había logrado el triunfo final en las diversas fases de votaciones, tras una pugna con las ciudades de Ámsterdam, Belgrado, Birmingham, Brisbane y París. La Ciudad Condal cumplía, en el quinto intento –tras los fracasos previos para las ediciones de 1924, 1936, 1940 (que no se celebraron a causa de la Segunda Guerra Mundial) y 1972, esta última ocasión en candidatura compartida con Madrid, algo que el CIO rechazó–, el sueño de organizar unas Juegos Olímpicos y el acontecimiento fue mucho más que la excusa para cambiar la fachada de la urbe y emprender la construcción de una serie de obras y equipamientos que se necesitaban. Barcelona, pues, entraba en una nueva era.

Canciones para el nuevo día (1540/769): "Cleopatra (Antony and Cleopatra's Love)"

Alex North - Cleopatra (Antony and Cleopatra's Love)



Disco: Cleopatra: Original Motion Picture Soundtrack (2001 [1963])

16 de octubre de 2014

Reseña de El surgimiento de la cultura burguesa: personas, hogares y ciudades en la España del siglo XIX, de Jesús Cruz Valenciano

La muerte de Isidoro Álvarez, presidente de El Corte Inglés, hace unas semanas me hizo pensar en que desaparecía un estilo de empresario que ya no se estila: un hombre hecho a sí mismo que entró a trabajar muy joven en la empresa de su tío, Ramón Areces, compaginando el oficio con la carrera de Económicas y Ciencias Empresariales. Álvarez, como un Mr. Selfridge español de la segunda mitad del siglo XX, fue un devoto católico pero con mentalidad empresarial protestante. Un hombre que trabajaba casi cada día (obligando a sus directivos a hacer prácticamente lo mismo), y que solía presentarse, sin anunciarse previamente, en las diversas tiendas de sus grandes almacenes para observar de cerca cómo funcionaban y cómo atendían los dependientes a la clientela, una de sus obsesiones. Pensar en El Corte Inglés, por otro lado, lleva a recordar la expansión de la empresa desde los años del “desarrollismo”, en la década de 1960, y en la creación de una marca propia: desde siempre El Corte Inglés ha simbolizado un tipo de tiendas pensadas para todas las capas sociales, pero con una mentalidad y una cultura del consumo aptas para un estamento social determinado. 

Canciones para el nuevo día (1539/768): "Lola"

The Kinks - Lola



Disco: Lola Versus Powerman and the Moneygoround, Part One (1970)



15 de octubre de 2014

Reseña de Yo soy Espartaco: rodar una película, acabar con las listas negras, de Kirk Douglas

En 1947 diez guionistas y directores de Hollywood fueron incluidos en una «lista negra», tras declarar ante el Comité de Actividades Antiestadounidenses (HUAC, por sus siglas en inglés), presidido por el senador John Parnell Thomas. Se negaron a declarar si formaban entonces o habían formado parte del Partido Comunista y, sobre todo, se negaron a delatar a nadie. Acusados de obstruccionismo a la justicia, fueron condenados a diversas penas de prisión. Fue el inicio de la «caza de brujas» que continuaría el senador Joseph MacCarthy en los años posteriores y que acabaría afectando a diversas esferas del poder, hasta que las acusaciones del macartismo llegaron a límites insospechados durante la Administración Eisenhower. McCarthy se cavó su propia tumba política, fue reprobado por el Senado y al cabo de unos años moriría alcoholizado. Pero para entonces las «listas negras» de víctimas del macartismo eran lo suficiente grandes como para provocar sonrojo, incomodidad y, aún así, silencio. Nadie quería hablar de ella ni mencionar la posibilidad de eliminarlas. Hollywood las seguía manteniendo y eso significaba que no se podía contratar a quiénes estuvieran en ellas. Y estar en ellas significaba ser un paria para la industria, sí, pero también afectaba a familiares (esposas e hijos). Se impedía a hombres y mujeres de talento poder trabajar en Hollywood y ganarse la vida. Se rompieron matrimonios y familias ante la tensión causada y nadie nunca pidió perdón por encarcelar a personas que simplemente se negaron a ser censurados o a delatar a nadie por motivos políticos. La paranoia anticomunista fue una lacra y una herida que costó años (probablemente décadas) en restañar. Uno de los afectados, incluido en los llamados Diez de Hollywood, fue Dalton Trumbo.

Canciones para el nuevo día (1538/767): "Llença't "

Lax'n'Busto - Llença't 

 


Disco: Llença't (2008)

14 de octubre de 2014

13 de octubre de 2014

Reseña de Domiciano. Dominus et Deus, de Lindsey Davis

Mencionar a Lindsey Davis inevitablemente nos lleva a hablar de Marco Didio Falco, su gran personaje, sobre el que ha escrito veinte novelas (la última, Némesis, publicada en 2011) y a quien ha dado un merecido descanso en los últimos años… probablemente como consecuencia de un drama personal: la muerte de Richard, su Falco de carne y hueso, quien le inspiraba y le acompañaba en sus múltiples viajes, quien era más que un asistente personal, quien era capaz de bajar a las alcantarillas de Roma para echar un vistazo y contarle cómo eran. Así lo contaba en Marco Didio Falco. La guía oficial (Edhasa, 2011), y también anticipaba un cambio de aires. Por un lado, con una novela ambientada en la guerra civil inglesa del siglo XVII (Rebeldes y traidores, Edhasa, 2012); luego con una incipiente nueva saga histórico-detectivesca protagonizada por Albia, la hija adoptiva de Falco, que transcurre durante el reinado de Domiciano y de la que Edhasa ha publicado el primer volumen (Los idus de abril, 2014; el segundo, Enemies at Home, es de suponer que se publicará castellano en 2015). En 2013 su habitual editorial española publicó Domiciano. Dominus et Deus (título original: Master and God), que en cierto modo evoca el estilo de las novelas falquianas pero que supone un cambio de tercio. Pues el reinado de Domiciano es el período que trata esta novela y sobre el que hay mucho que decir.

Canciones para el nuevo día (1536/765): "Starman"

David Bowie - Starman



Disco: The Rise and Fall of Ziggy Stardust and the Spiders from Mars (1972)



12 de octubre de 2014

Crítica de cine: Perdida, de David Fincher

Cuando hace un tiempo comencé a tener algunas noticias sobre esta película pensé que la vería por una razón: que David Fincher está tras la cámara. No me llamaba excesivamente la atención la trama, basada en una novela de éxito de Gillian Flynn que la propia autora ha adaptado para el guion de la película, y que me sonaba a thriller actual más o menos vistoso. Tampoco me picaban la curiosidad los actores. Me interesaba saber qué podía hacer Fincher con una historia que parece, sabe, huele y casi camina como una telemovie de esas que emite Antena 3 en la sobremesa de los fines de semana. Qué iba a hacer con una historia que, también me da la sensación, a él tampoco le debe decir gran cosa pero que, cinematográficamente hablando, tiene mucho potencial. A la hora de mirar sesiones en la cartelera sabes que la película dura casi hora y media y te haces a la idea de que quizá el metraje sea excesivo y probablemente contraproducente... pero te pica el gusanillo de la curiosidad de saber cómo Fincher llenará esos 149 minutos y qué te va a mostrar. Quizá con otro director mi curiosidad no sería tanta, aunque las expectativas podían verse defraudadas. Me pasó con Zodiac en su primer visionado: denso, largo, complejo en las tramas... y sin embargo es un señor peliculón que se disfruta mucho mejor en un segundo y posteriores visionados. ¿Podría suceder lo mismo con esta Perdida que, ya lo anticipo, se me ha hecho larga como película pero que aporta interesas reflexiones en esos 149 minutos?

10 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (IV): 10 de octubre de 19 d.C. - muerte de Germánico

Un 10 de octubre de 19 d.C. falleció en Antioquía Gayo (aunque es dudoso el praenomen) Julio César Germánico, hijo de Nerón Claudio Druso y Antonia la Menor (hija de Marco Antonio), nieto de Livia (esposa del emperador Augusto), sobrino del emperador Tiberio, esposo de Agripina la Mayor (nieta de Augusto), padre del futuro emperador Gayo Julio César (conocido popularmente como Calígula) y hermano del también futuro emperador Claudio. Todo queda en casa, si tenemos que echar un vistazo a la familia endogámica del fallecido, un personaje que autores de finales del siglo I y principios del II como Suetonio y Tácito presentaron con una muy favorable imagen (en contraposición a la de la mayoría de sus parientes) y quien, visto con perspectiva, probablemente (y como todo hijo de vecino) tenía sus luces y sus sombras. Germánico estaba destinado a comandar legiones, como su padre, desde que nació. La muerte de Druso en Germania, en el año 9 a.C., le cogió con seis años de edad, pero para entonces ya estaba prometido a su prima Agripina, hija de Marco Vipsanio Agripa, el más estrecho colaborador de Augusto, y de la hija de éste, Julia la Mayor. Con este matrimonio se estrechaban las relaciones de las de por sí ya conectadas familias Julia (la de Augusto, aunque fuera por adopción) y Claudia (doblemente, pues Livia se había casado en un primer matrimonio con su primo Tiberio Claudio Nerón, padre de Tiberio y Druso). Con el matrimonio de Julia y Tiberio, a la muerte de Agripa (13/12 a.C.), Augusto y Livia seguían estrechando esas relaciones, creándose lo que con el tiempo se conocería como la dinastía Julia-Claudia. No fue el único matrimonio político entre ambas familias: Livia Julia, hermana de Germánico, se casaría con Druso el Joven, hijo de Tiberio, formalmente un Julio tras ser adoptado por Augusto, después de que este perdiera a sus herederos, los cuñados del propio Tiberio, Gayo y Lucio – quoniam atrox fortuna Gaium et Lucium filios mihi eripuit–, y habiendo sido desterrada la madre de éstos (y su repudiada esposa), Julia. La historia de los Julio-Claudios es larga de contar. Por entonces el que quedó apartado fue Claudio, el hermano tartamudo y cojo de Germánico, y con quien nadie contaba.

Canciones para el nuevo día (1535/764): "The Informant! (The Raid)"

Marvin Hamlisch - The Informant! (The Raid)



Disco: The Informant! - soundtrack (2009)


7 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (III): 7 de octubre de 1571 - victoria cristiana (y pírrica) en Lepanto

Un 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla de Lepanto, en el golfo del mismo nombre entre el Peloponeso y el Épiro, en Grecia, entre las flotas de la Liga Santa y el Imperio otomano. Una batalla que en sí tuvo pocas consecuencias decisivas: como manifestó el gran visir Sokullu Mehmet al embajador veneciano en el invierno siguiente a la batalla, «al arrebataros Chipre os hemos cortado un brazo. Al derrotar a nuestra flota simplemente nos habéis afeitado la barba. Un brazo, una vez cortado, no vuelve a crecer, pero una barba rapada crece más fuerte gracias a la cuchilla». Y no le faltaba la razón… aunque a medias.

Canciones para el nuevo día (1532/761): "Breakfast at Tiffany's (The Big Blow Out)"

Henry Mancini - Breakfast at Tiffany's (The Big Blow Out)



Disco: Breakfast at Tiffany's - soundtrack (1962)




6 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (II): 6 de octubre de 105 a.C. - desastre romano en Arausio

Un 6 de octubre de 105 a.C. tuvo lugar el mayor desastre militar romano desde la batalla de Cannae en la Segunda Guerra Púnica: la derrota y masacre de Arausio (moderna Orange, en la Provenza), frente a una coalición de pueblos germánicos formada por cimbros y teutones, así como otros pueblos menores. Todo empezó con la migración de los cimbros desde sus tierras originales en la península de Jutlandia (actual Dinamarca), inundadas y baldías, unos quince o veinte años atrás, en busca de nuevos territorios en los que asentarse. Junto con los teutones, un pueblo vecino, se inició la migración hacia el sur, y por el camino fueron añadiéndose otros pueblos, como los ambrones. Llegaron hasta la zona del Danubio y en la confluencia del río Sava lucharon contra los escordiscos, a los que vencieron. Desde aquí, siguiendo el Danubio, se dirigieron hacia el oeste, entrando en territorio de los boyos, en la actual Hungría (futura provincia romana de la Panonia). Los boyos los rechazaron, Vagaron por territorio de los escordiscos, en el valle del río Sava, a quienes vencieron, y posteriormente se dirigieron hacia el noroeste, en territorio de los tauriscos, en la futura provincia romana de Noricum. Los tauriscos mantenían lazos de amistad con Roma y pidieron ayuda en el año 113 a.C.; un ejército consular al mando de Gneo Papirio Carbón fue enviado a la zona para detener y rechazar el avance cimbro-teutón, pero en la batalla de Noreia los romanos fueron derrotados con contundencia, aunque no se destruyó el ejército romano, que pudo retirarse (ayudó que los germanos detuvieron su avance por superstición: una tormenta les impulsó a detenerse, pues temían, como muchos galos y germanos, a los rayos). La derrota en tierras de paso hacia Italia fue un claro aviso para Roma, que sin embargo poco después se metió de lleno en la guerra contra Yugurta de Numidia. Ayudó a destensar la situación (por el momento) el hecho de que cimbros y teutones se dirigieran hacia el oeste, la Galia, en lugar de aprovechar la situación y descender hasta Italia, que era el temor de Roma: que pudiera repetirse una invasión desde el norte de Italia, ahora pacificada (Galia Cisalpina) como hicieran los galos casi tres siglos atrás. Pero, ¿desaparecieron los cimbros y los teutones del escenario? Luego volvemos a ello.

Canciones para el nuevo día (1531/760): "The Firm (Memphis Stomp)"

Dave Grusin - The Firm (Memphis Stomp)



Disco: The Firm - soundtrack (1993)


5 de octubre de 2014

Teatro: Victòria d'Enric V, de William Shakespeare (versión y dirección de Pau Carrió)

Aquellos que me conocéis sabéis que con pocas cosas soy un fan desatado o incluso un mitómano, si se puede emplear esta palabra para esta ocasión; y probablemente moveréis la cabeza de aburrimiento cuando me oís mencionar o comentar un libro determinado, una película concreta o una obra de teatro en particular. En cierto modo, Enrique V de William Shakespeare reúne estos elementos –es un texto escrito y representado en innumerables ocasiones en el teatro, ha sido filmado varias veces, destacando para mí, por encima de ninguna, la versión de Kenneth Branagh (1989) e incluso se ha rodado para la televisión, como fue el caso del cuarto y último episodio de esa intensa Henriad que es The Hollow Crown (BBC, 2012)–, y me fascina por todo ello por su capacidad para trascender medios y erigirse en una obra de arte universal. “What a piece of work is a man…”, escribió el Bardo en Hamlet, y qué obra de teatro perfecta es Enrique V, representada por primera vez en 1599, y que recoge/reconstruye/recrea una de esas gestas que pasan a la historia y uno de los momentos más gloriosos de la propia historia inglesa: la victoria de Enrique V (1386-1422), contra todo pronóstico y en inferioridad de condiciones, en Agincourt (25 de octubre de 1415), como clímax de una tradicional cabalgada en el norte de Francia y frente a lo más granado de la caballería francesa; una batalla en la que murió el delfín (heredero al trono) de Francia y fue capturada parte de la nobleza de sangre del reino (comenzando por Carlos, duque de Orleans, sobrino del rey francés). Esta es la base de Victòria d'Enric V (Teatre Lliure de Barcelona, sede de Gràcia, hasta el 26 de octubre de 2014; de gira en noviembre).

4 de octubre de 2014

Crítica de cine: Los tontos y los estúpidos, de Roberto Castón

En Otel·lo, el joven director Hammudi Al-Rahmoun Font nos cuenta el rodaje de la obra de Shakespeare y lo hace asumiendo él mismo el papel de Yago, manipulando a los actores para conseguir captar una emoción y un estado de ánimo concretos, y logrando un soberbio ejercicio de reflexión para el espectador acerca de qué hay de ficción y qué de realidad, cuál es el rol del director/actor y hasta dónde es capaz de llegar alguien para alcanzar un objetivo. Es inevitable pensar en esta película cuando uno se sienta en la butaca y ve Los tontos y los estúpidos de Roberto Castón, que se desarrolla también en un día de rodaje de una película... pero desde otros puntos de vista. La película de Castón parte de una situación muy diferente: fallaron las ayudas y subvenciones y no se logró reunir el presupuesto necesario para realizar la película que Castón tenía escrita, así que se vio "obligado" a cambiarla. Así, lo que iba a ser una película más o menos convencional se convirtió en un juego metanarrativo a diversas bandas, en unos escenarios mínimos, con una escenografía y atrezzos también muy reducidos, y con un cambio sustancial de la trama. Roberto Álamo interpreta a un director de cine, y voz en off, que controla los ensayos y el rodaje de la película, sólo que los actores (Nausícaa Bonnin, Cuca Escribano, Aitor Beltrán, Josean Bengoetxea y Vicky Peña, entre otros) interpretan a los personajes, a unos actores ensayando y a sí mismos. Tres niveles de interpretación que nos traslada a la ficción, el ensayo de la ficción y la realidad.