12 de octubre de 2014

Crítica de cine: Perdida, de David Fincher

Cuando hace un tiempo comencé a tener algunas noticias sobre esta película pensé que la vería por una razón: que David Fincher está tras la cámara. No me llamaba excesivamente la atención la trama, basada en una novela de éxito de Gillian Flynn que la propia autora ha adaptado para el guion de la película, y que me sonaba a thriller actual más o menos vistoso. Tampoco me picaban la curiosidad los actores. Me interesaba saber qué podía hacer Fincher con una historia que parece, sabe, huele y casi camina como una telemovie de esas que emite Antena 3 en la sobremesa de los fines de semana. Qué iba a hacer con una historia que, también me da la sensación, a él tampoco le debe decir gran cosa pero que, cinematográficamente hablando, tiene mucho potencial. A la hora de mirar sesiones en la cartelera sabes que la película dura casi hora y media y te haces a la idea de que quizá el metraje sea excesivo y probablemente contraproducente... pero te pica el gusanillo de la curiosidad de saber cómo Fincher llenará esos 149 minutos y qué te va a mostrar. Quizá con otro director mi curiosidad no sería tanta, aunque las expectativas podían verse defraudadas. Me pasó con Zodiac en su primer visionado: denso, largo, complejo en las tramas... y sin embargo es un señor peliculón que se disfruta mucho mejor en un segundo y posteriores visionados. ¿Podría suceder lo mismo con esta Perdida que, ya lo anticipo, se me ha hecho larga como película pero que aporta interesas reflexiones en esos 149 minutos?

10 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (IV): 10 de octubre de 19 d.C. - muerte de Germánico

Un 10 de octubre de 19 d.C. falleció en Antioquía Gayo (aunque es dudoso el praenomen) Julio César Germánico, hijo de Nerón Claudio Druso y Antonia la Menor (hija de Marco Antonio), nieto de Livia (esposa del emperador Augusto), sobrino del emperador Tiberio, esposo de Agripina la Mayor (nieta de Augusto), padre del futuro emperador Gayo Julio César (conocido popularmente como Calígula) y hermano del también futuro emperador Claudio. Todo queda en casa, si tenemos que echar un vistazo a la familia endogámica del fallecido, un personaje que autores de finales del siglo I y principios del II como Suetonio y Tácito presentaron con una muy favorable imagen (en contraposición a la de la mayoría de sus parientes) y quien, visto con perspectiva, probablemente (y como todo hijo de vecino) tenía sus luces y sus sombras. Germánico estaba destinado a comandar legiones, como su padre, desde que nació. La muerte de Druso en Germania, en el año 9 a.C., le cogió con seis años de edad, pero para entonces ya estaba prometido a su prima Agripina, hija de Marco Vipsanio Agripa, el más estrecho colaborador de Augusto, y de la hija de éste, Julia la Mayor. Con este matrimonio se estrechaban las relaciones de las de por sí ya conectadas familias Julia (la de Augusto, aunque fuera por adopción) y Claudia (doblemente, pues Livia se había casado en un primer matrimonio con su primo Tiberio Claudio Nerón, padre de Tiberio y Druso). Con el matrimonio de Julia y Tiberio, a la muerte de Agripa (13/12 a.C.), Augusto y Livia seguían estrechando esas relaciones, creándose lo que con el tiempo se conocería como la dinastía Julia-Claudia. No fue el único matrimonio político entre ambas familias: Livia Julia, hermana de Germánico, se casaría con Druso el Joven, hijo de Tiberio, formalmente un Julio tras ser adoptado por Augusto, después de que este perdiera a sus herederos, los cuñados del propio Tiberio, Gayo y Lucio – quoniam atrox fortuna Gaium et Lucium filios mihi eripuit–, y habiendo sido desterrada la madre de éstos (y su repudiada esposa), Julia. La historia de los Julio-Claudios es larga de contar. Por entonces el que quedó apartado fue Claudio, el hermano tartamudo y cojo de Germánico, y con quien nadie contaba.

Canciones para el nuevo día (1535/764): "The Informant! (The Raid)"

Marvin Hamlisch - The Informant! (The Raid)



Disco: The Informant! - soundtrack (2009)


7 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (III): 7 de octubre de 1571 - victoria cristiana (y pírrica) en Lepanto

Un 7 de octubre de 1571 tuvo lugar la batalla de Lepanto, en el golfo del mismo nombre entre el Peloponeso y el Épiro, en Grecia, entre las flotas de la Liga Santa y el Imperio otomano. Una batalla que en sí tuvo pocas consecuencias decisivas: como manifestó el gran visir Sokullu Mehmet al embajador veneciano en el invierno siguiente a la batalla, «al arrebataros Chipre os hemos cortado un brazo. Al derrotar a nuestra flota simplemente nos habéis afeitado la barba. Un brazo, una vez cortado, no vuelve a crecer, pero una barba rapada crece más fuerte gracias a la cuchilla». Y no le faltaba la razón… aunque a medias.

Canciones para el nuevo día (1532/761): "Breakfast at Tiffany's (The Big Blow Out)"

Henry Mancini - Breakfast at Tiffany's (The Big Blow Out)



Disco: Breakfast at Tiffany's - soundtrack (1962)




6 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (II): 6 de octubre de 105 a.C. - desastre romano en Arausio

Un 6 de octubre de 105 a.C. tuvo lugar el mayor desastre militar romano desde la batalla de Cannae en la Segunda Guerra Púnica: la derrota y masacre de Arausio (moderna Orange, en la Provenza), frente a una coalición de pueblos germánicos formada por cimbros y teutones, así como otros pueblos menores. Todo empezó con la migración de los cimbros desde sus tierras originales en la península de Jutlandia (actual Dinamarca), inundadas y baldías, unos quince o veinte años atrás, en busca de nuevos territorios en los que asentarse. Junto con los teutones, un pueblo vecino, se inició la migración hacia el sur, y por el camino fueron añadiéndose otros pueblos, como los ambrones. Llegaron hasta la zona del Danubio y en la confluencia del río Sava lucharon contra los escordiscos, a los que vencieron. Desde aquí, siguiendo el Danubio, se dirigieron hacia el oeste, entrando en territorio de los boyos, en la actual Hungría (futura provincia romana de la Panonia). Los boyos los rechazaron, Vagaron por territorio de los escordiscos, en el valle del río Sava, a quienes vencieron, y posteriormente se dirigieron hacia el noroeste, en territorio de los tauriscos, en la futura provincia romana de Noricum. Los tauriscos mantenían lazos de amistad con Roma y pidieron ayuda en el año 113 a.C.; un ejército consular al mando de Gneo Papirio Carbón fue enviado a la zona para detener y rechazar el avance cimbro-teutón, pero en la batalla de Noreia los romanos fueron derrotados con contundencia, aunque no se destruyó el ejército romano, que pudo retirarse (ayudó que los germanos detuvieron su avance por superstición: una tormenta les impulsó a detenerse, pues temían, como muchos galos y germanos, a los rayos). La derrota en tierras de paso hacia Italia fue un claro aviso para Roma, que sin embargo poco después se metió de lleno en la guerra contra Yugurta de Numidia. Ayudó a destensar la situación (por el momento) el hecho de que cimbros y teutones se dirigieran hacia el oeste, la Galia, en lugar de aprovechar la situación y descender hasta Italia, que era el temor de Roma: que pudiera repetirse una invasión desde el norte de Italia, ahora pacificada (Galia Cisalpina) como hicieran los galos casi tres siglos atrás. Pero, ¿desaparecieron los cimbros y los teutones del escenario? Luego volvemos a ello.

Canciones para el nuevo día (1531/760): "The Firm (Memphis Stomp)"

Dave Grusin - The Firm (Memphis Stomp)



Disco: The Firm - soundtrack (1993)


5 de octubre de 2014

Teatro: Victòria d'Enric V, de William Shakespeare (versión y dirección de Pau Carrió)

Aquellos que me conocéis sabéis que con pocas cosas soy un fan desatado o incluso un mitómano, si se puede emplear esta palabra para esta ocasión; y probablemente moveréis la cabeza de aburrimiento cuando me oís mencionar o comentar un libro determinado, una película concreta o una obra de teatro en particular. En cierto modo, Enrique V de William Shakespeare reúne estos elementos –es un texto escrito y representado en innumerables ocasiones en el teatro, ha sido filmado varias veces, destacando para mí, por encima de ninguna, la versión de Kenneth Branagh (1989) e incluso se ha rodado para la televisión, como fue el caso del cuarto y último episodio de esa intensa Henriad que es The Hollow Crown (BBC, 2012)–, y me fascina por todo ello por su capacidad para trascender medios y erigirse en una obra de arte universal. “What a piece of work is a man…”, escribió el Bardo en Hamlet, y qué obra de teatro perfecta es Enrique V, representada por primera vez en 1599, y que recoge/reconstruye/recrea una de esas gestas que pasan a la historia y uno de los momentos más gloriosos de la propia historia inglesa: la victoria de Enrique V (1386-1422), contra todo pronóstico y en inferioridad de condiciones, en Agincourt (25 de octubre de 1415), como clímax de una tradicional cabalgada en el norte de Francia y frente a lo más granado de la caballería francesa; una batalla en la que murió el delfín (heredero al trono) de Francia y fue capturada parte de la nobleza de sangre del reino (comenzando por Carlos, duque de Orleans, sobrino del rey francés). Esta es la base de Victòria d'Enric V (Teatre Lliure de Barcelona, sede de Gràcia, hasta el 26 de octubre de 2014; de gira en noviembre).

4 de octubre de 2014

Crítica de cine: Los tontos y los estúpidos, de Roberto Castón

En Otel·lo, el joven director Hammudi Al-Rahmoun Font nos cuenta el rodaje de la obra de Shakespeare y lo hace asumiendo él mismo el papel de Yago, manipulando a los actores para conseguir captar una emoción y un estado de ánimo concretos, y logrando un soberbio ejercicio de reflexión para el espectador acerca de qué hay de ficción y qué de realidad, cuál es el rol del director/actor y hasta dónde es capaz de llegar alguien para alcanzar un objetivo. Es inevitable pensar en esta película cuando uno se sienta en la butaca y ve Los tontos y los estúpidos de Roberto Castón, que se desarrolla también en un día de rodaje de una película... pero desde otros puntos de vista. La película de Castón parte de una situación muy diferente: fallaron las ayudas y subvenciones y no se logró reunir el presupuesto necesario para realizar la película que Castón tenía escrita, así que se vio "obligado" a cambiarla. Así, lo que iba a ser una película más o menos convencional se convirtió en un juego metanarrativo a diversas bandas, en unos escenarios mínimos, con una escenografía y atrezzos también muy reducidos, y con un cambio sustancial de la trama. Roberto Álamo interpreta a un director de cine, y voz en off, que controla los ensayos y el rodaje de la película, sólo que los actores (Nausícaa Bonnin, Cuca Escribano, Aitor Beltrán, Josean Bengoetxea y Vicky Peña, entre otros) interpretan a los personajes, a unos actores ensayando y a sí mismos. Tres niveles de interpretación que nos traslada a la ficción, el ensayo de la ficción y la realidad.

3 de octubre de 2014

Efemérides historizadas (I): 3 de octubre de 52 a.C. - rendición de Alesia ante César

Un 3 de octubre de 52 a.C. el caudillo galo Vercingétorix se rendía al procónsul romano Gayo Julio César a los pies de las murallas del oppidum de Alesia, tras un asedio por partida doble –primero de la ciudad por parte de los romanos, y después de éstos por parte de un ejército galo que acudía al rescate de los sitiados– que duró varias semanas y cuya resolución fue el canto del cisne de la rebelión que había empezado a principios de aquel año. Una rebelión que, por primera vez, trataba de presentar unidos a los diversos pueblos o tribus de la Galia frente al conquistador romano. Todo empezó con las consecuencias de la rebelión del belga Ambiórix en el otoño del año 54 a.C., que causó la destrucción de una legión, al mando de los legados Lucio Aurunculeyo Cota y Quinto Titurio Sabino, que salieron engañados del campamento de Aduatuca y fueron masacrados en el bosque. Otro legado, Quinto Tulio Cicerón, fue asediado en su campamento cerca de la actual Namur, hasta que fue rescatado por César.

Canciones para el nuevo día (1530/759): "Heaven Must Missing an Angel"

Tavares - Heaven Must Missing an Angel



Disco: Sky High! (1976)

28 de septiembre de 2014

Crítica de cine: La entrega, de Michaël Roskam

Algunas de las novelas de Dennis Lehane han dado pie a interesantes películas, como Mystyc River de Clint Eastwood (2003), Adiós, pequeña, adiós, debut como director de Ben Affleck en 2007, y Shutter Island de Martin Scorsese en 2010. Pero hasta ahora Lehane, que ha formado parte del equipo de guionistas de The Wire (y ha logrado algunos premios) y ha escrito algún episodio de Boardwalk Empire, no había escrito un guión para cine. La entrega es un relato que escribiera hace años pero que no avanzó más allá del primer capítulo (con todo, acaba de ser reeditado en castellano por Salamandra): un hombre solitario, Bob Saginowski, encuentra un cachorro de pitbull en un cubo de basura y conoce a Nadia, una mujer que guarda mucho miedo; al mismo tiempo, Bob trabaja de camarero en el bar de su primo Marv, que tiempo atrás lo vendiera a mafiosos chechenos y que en la actualidad es utilizado como "buzón de entrega" de dinero destinado a ser blanqueado. Y todo ello transcurre en el Brooklyn obrero, un mundo que suele estar al margen de escenarios más habituales de Lehane como es Boston y la mafia irlandesa de Massachussets. Ese capítulo se quedó ahí, pero Lehane siguió pensando en Bob, el perro y el buzón de entrega. Quizá no había una novela en esas páginas, pero podía salir una película. Y cuando se le ofreció la oportunidad, Lehane la aprovechó para escribir un guión potente y algo complejo, dando más importancia a Marv y destacando el protagonismo de Bob. Había película, se buscó un buen director (el belga Michaël Roskam), un buen plantel de actores: el ya consagrado Tom Hardy como Bon, el gran James Ganfolfini como Marv en su último papel y Noomi Rapace, aka Lisbeth Salander, como Nadia. El resultado es una película que se estrena con cierto retrado pero que, para empezar, ya le ha dado a Dennis Lehane un premio: ayer por la tarde, el premio a mejor guión en el Festival de San Sebastián.

26 de septiembre de 2014

Crítica de cine: La isla mínima, de Alberto Rodríguez

Es inevitable pensar en la serie televisiva True Detective cuando ya han pasado unos quince minutos de metraje y estás cómodamente sentado en la butaca de la sala del cine y absorbido por una atractiva trama. Y sí, son muchas las coincidencias argumentales: dos policías, muy diferentes entre sí, que investigan la desaparición de dos adolescentes, pronto convertida en asesinato; un paraje de marismas e islas que llegan hasta más allá del horizonte; un mundo de miseria y agricultura de subsistencia, acompañada de contrabando de tabaco y droga entre cosecha y cosecha, y en el que el tiempo parece haberse detenido; y, por último, una atmósfera opresiva en el que el crimen forma parte del ecosistema local, pegajoso, asfixiante y con muchas caras. Pero las coincidencias son eso, meras coincidencias, pues el guión de Alberto Rodríguez y Rafael Cobos llevaba en un cajón desde hace un tiempo y la serie de HBO se estrenó cuando prácticamente se había terminado el rodaje de La isla mínima. Lo que está claro, sin embargo, es que con su sexta película Alberto Rodríguez firma su mejor cinta y se consolida como un director de género, el del crimen en la gran pantalla, con el que se siente cómodo. Y nosotros, como espectadores, también.

Canciones para el nuevo día (1525/754): "Les Misérables (Do You Hear The People Sing?)"

Bueno, no es exactamente un score...

Otra Semana Hoy Me Como El Mundo A Ritmo De Estos Scores (y V):
Cast de Les Misérables - Les Misérables (Do You Hear The People Sing?)


 

Disco: Les Misérables: Highlights from the Motion Picture Soundtrack (2012)