Con X-Men: la batalla final
(2006) el universo de estos personajes de cómic parecía finiquitado:
muertos el profesor Xavier, Jean Grey y Scott, con la cura para la
mutación como una alternativa que, voluntaria (Pícara) o
involuntariamente (Mística, Magneto aparentemente...) y con un nuevo
escenario de plena y por fin pacífica convivencia entre humanos y
mutantes, las tramas parecían acabadas. Luego vinieron las precuelas con
Lobezno y, en 2011, el reboot de la saga con X-Men: primera generación,
que era volver a los personajes en sus orígenes. Para entonces, las
viejas caras habían sido sustituidas por nuevos rostros en los
personajes ya conocidos: Michael Fassbender como el joven Erik
Lehnsheer/futuro Magneto, James McAvoy como Charles Xavier, Jennifer
Lawrence como Raven/Mística (estableciéndose una relación muy cercana
entre los tres personajes), Nicholas Hoult como Hank McCoy... Quedaba
por conocer los personajes del futuro, pues nos trasladábamos al pasado,
a 1962 y la crisis de los misiles de Cuba. Con un malvado Sebastian
Shaw (Kevin Bacon) como elemento que daba alas a los mutantes del
pasado, y que tenía mucho que ver con Erik, la película de Mattew Vaughn
nos deparó un interesante reinicio, algo alejado de la esencia que
planteara Bryan Singer con las dos películas seminales de 2000 y 2002.
Doble pasado para una misma serie: los mutantes de Singer que
recordábamos como algo que ha había sucedido, y el salto atrás en el
tiempo con algunos de esos personajes cuatro décadas atrás. El único
personaje que faltaba para llenar el vacío entre ambos períodos/mundos
era Lobezno (Hugh Jackman), que tenía un momento hilarante en la
película de Vaughn. Ahora que Singer vuelve a sentarse en la silla de
director (en la película de 2006 fue productor ejecutivo, controlando
los hilos desde lejos), y tras la espantá de 2006, es precisamente Lobezno el elemento central de la nueva pelíciula, X-Men: días del futuro pasado.
9 de junio de 2014
6 de junio de 2014
5 de junio de 2014
4 de junio de 2014
Reseña de Tutankhamón. Vida y muerte de un faraón, de Christiane Desroches Noblecourt
No hay duda de que la figura de Nebjeperura
Tutankamón (c.1336-1327 a.C.) sigue despertando un enorme interés en el
lector aficionado a la egiptología. Hace un año y medio reseñaba el libro de Joyce Tyldesley sobre este faraón, una obra que aunando rigor y
amenidad nos acercaba a la etapa final de la dinastía XVIII, al período
amarniano y a la vida de este personaje, rastreando con detalle las
numerosísimas evidencias que Howard Carter encontrara en las
excavaciones en el Valle de los Reyes en 1922, y que luego catalogaría y
comentaría en tres volúmenes de un enorme valor historiográfico.
Comentaba entonces que el libro de Tyldesley constituía un atractiva
apuesta para el lector interesado en la materia, pues suponía una
actualización respecto a obras anteriores, destacando para el lector en
español obras como Todo Tutankamón. El rey. La tumba. El tesoro real de
Nicholas Reeves, el gran especialista sobre el tema (2001; edición
original en inglés de 1990), y Tutankhamón: vida y muerte de un rey niño
de Christine El Mahdy (2002; edición original inglesa de 1996). Y
mencionaba también Vida y muerte de un faraón. Tutankhamen de Christiane
Desroches Noblecourt (1989; edición original inglesa de 1963), editado
por primera vez en castellano por la editorial Noguer en 1964. Y hete
aquí que Editorial Confluencias rescata el libro de Mme. Desroches
Noblecourt, bajo el título Tutankamón. Vida y muerte de un faraón, en una
excelente y muy visual edición, y con la exquisita traducción de José
Miguel Parra, destacado egiptólogo español.
3 de junio de 2014
2 de junio de 2014
Crítica de cine: Viva la libertà, de Roberto Andò
Viva la libertà
es una película que parece tópica. El punto de partida es incluso
manido: la figura de dos personas iguales pero diferentes, ya sean
hermanos gemelos como en este caso, o individuos que no se conocen de
nada y que casualmente comparten la misma fisonomía, y que ya hemos
visto en películas como Dave, presidente por un día o Espérame en el cielo. Incluso tiene reminiscencias literarias, como en El príncipe y el mendigo de Mark Twain, y más si pensamos en la figura del Doppelgänger,
del doble, del doctor Jekyll y el señor Hyde y que en cierto modo
sobrevuela esta película. Lo interesante es darle la vuelta de tuerca a
la suplantación de un personaje por otro con una lectura en clave
política, que a priori parece también un retrato de la política italiana
(trascendiendo la geografía y erigiéndose en un reflejo del desencanto
social respecto a los políticos que vivimos hoy en día), para añadirle
el elemento discerniente: el político de turno, en el que nadie confía,
desaparece para regresar con la actitud vital de un filósofo; y un
filósofo que para más señas sufre un trastorno bipolar y acaba de salir
de un manicomio. No me negarán que la reflexión de fondo es más que
interesante...
1 de junio de 2014
Reseña de La Guerra de Troya, de Eric H. Cline
Ya son muchos los libros que sobre Troya puede
encontrar el lector interesado en las librerías (si no los han
descatalogado). Hace un año comentábamos acá el libro de Michael Wood,
En busca de la guerra de Troya (Crítica), una puesta al día sobre la
cuestión troyana para un público general. Y ayer, paseando por Barcelona
en un agradable día primaveral y con final en la librería La Central de
la mallorquina calle barcelonesa, encontré este libro entre las
novedades. Un libro breve, al estilo de las “short histories” o las “a
very short introduction” que suelen abundar en el mercado anglosajón y
que por aquí son más bien escasas o apuntaladas bajo el epígrafe “breve
historia de”, en el que encuentras de todo un poco pero con desigual
calidad. Con La Guerra de Troya (Alianza Editorial), Eric H. Cline,
profesor en la George Washington University en la capital estadounidense y colaborador en numerosos
documentales, consigue sintetizar la cuestión troyana para el lector
profano pero interesado, a la par que actualizar datos (la edición
original es de 2013) y plantear algunas preguntas, muestra de que el
tema troyano sigue de candente actualidad.
31 de mayo de 2014
Reseña de La Gran Guerra (1914-1918), de Álvaro Lozano
En este año de conmemoración del centenario del
estallido de la Primera Guerra Mundial, los libros se multiplican. Qué
os voy a contar a los que sois aficionados a la Historia y leéis sobre
el tema. No sólo la masa bibliográfica de obras generales y de episodios
determinados se amplía a cada mes que pasa (¿habrá más hasta llegar a
fin de año?), sino que incluso sobre España y la Gran Guerra se publican
diversos libros (muy interesantes); por ahora he contado cuatro
(Alianza Editorial, Galaxia Gutenberg, Cátedra y Akal). Cuando pienso en
la práctica imposibilidad de leer todo lo que se publica sobre este
tema me viene a la cabeza la programación especial que la BBC dedica a
recordar el centenario desde este 2014 (ya han empezad con un par de
series y documentales) y que llegará ¡a 2018!, con un interludio en 2016
para recordar el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare
(otra fecha a recordar). Y pienso también que en 2017 será el centenario
de la Revolución de Octubre en Rusia… Y en este 2014, que en tierras
catalanas conmemoramos otro centenario (y ya sabéis cuál), dejamos de
lado el bimilenario de Augusto, los doscientos años del Congreso de
Viena, sin olvidarnos del 75º aniversario del final de la Guerra Civil,
el centenario de la Mancomunidad de Cataluña… Saturación es la palabra
que siento cuando observo esa masa bibliográfica sobre la Gran Guerra; y
eso que apenas he leído el libro de Margaret Macmillan, el de Eduardo
González Calleja y Paul Aubert sobre España y el conflicto… y ahora el
libro de Álvaro Lozano, La Gran Guerra (1914-1918) (Marcial Pons, 2014), otra obra general…
que sin embargo considero muy recomendable.
30 de mayo de 2014
29 de mayo de 2014
28 de mayo de 2014
27 de mayo de 2014
26 de mayo de 2014
Crítica de cine: A 20 pasos de la fama, de Morgan Neville
En un concierto, en la grabación de un disco, en la música en general, desde los años sesenta del pasado siglo XX y hasta la actualidad, las y los backup singers (o background singers), es decir, las y los coristas son una pieza esencial; quizá ahora no tanto, y especialmente en tiempos en los que la música, ya sea en vivo o en discos grabados, no pase por sus mejores momentos comerciales. Y quizá ahora oigamos hablar menos del coro que acompaña a un artista, que graba discos con él, que le acompaña musicalmente, que consigue que su música llegue a cotas de popularidad y excelencia. Con este documental, ganador del Oscar en este 2014 (y recogiendo el testigo de otra pieza documental, Searching for Sugar Man), el periodista musical Morgan Neville nos acerca a un mundo de personas, artistas de la cabeza a los pies, que en muchas ocasiones oímos pero en los que pocas veces nos fijamos. Y lo hace con un excelente documental de hora y media, A 20 pasos de la fama, que desde ya recomiendo muy encarecidamente; sobre todo si se es amante de la buena música, la que no pasa de moda, la que ha dado forja a la industria musical que a menudo deja de lado a esos peones esenciales en la partida de ajedrez musical.
23 de mayo de 2014
Lo que sólo Daenerys ha visto: una pincelada en torno a los desnudos en Game of Thrones
Muchas veces una charla en petit comité puede llevar a
reflexionar un poco sobre algunas cuestiones que tienes en la cabeza y de
las que, a poco que pienses en ellas, comienzan a surgir ideas, matices y
conclusiones. Una de ellas es la desnudez en Game of Thrones; una
entrevista-charla con unas alumnas de Comunicación Audiovisual de la
Universitat Pompeu Fabra te lleva a reflexionar en voz alta sobre la
desnudez masculina y/o femenina, en las diferencias respectivas, en lo
que significa en sí y en lo que subyace detrás de mostrar un cuerpo más o
menos desnudo en pantalla. Game of Thrones puede permitirse el lujo de
ser una serie generosa con el desnudo: primero por el perfil de una
cadena como HBO (en Showtime o Starz sería lo mismo), y después porque
básicamente el contenido erótico forma parte del
ADN literario de la saga: las novelas de George R.R. Martin son
sexualmente muy explícitas, juegan con los roles sexuales desde el
primer momento y le dan un significado real a plantear las secuencias
sobre sexo en el papel. La serie convierte en necesarias las muchas
secuencias de personajes parcial o totalmente desnudos, ya sea de frente
o de espaldas. La cuestión quizá sea matizar en cuanto qué diferencias
hay en cuanto a mostrar un desnudo integral femenino y uno masculino. Y
la respuesta es evidente, de entrada: difícilmente veremos muchas
secuencias de desnudos masculinos integrales (algunas hemos visto… pero
ya hace un par o tres de temporadas), mientras que el desnudo femenino
completo (aunque también perfectamente encuadrado y “photoshopeado”) se
repetirá a menudo.
Crítica de cine: Hermosa juventud, de Jaime Rosales
Anoche fui invitado a una "sesión a ciegas". La película era Hermosa juventud de Jaime
Rosales, presentada estos días en el Festival de Cine de Cannes dentro
de la sección "Una cierta mirada". Hablar de Jaime Rosales es hablar de
un cine comprometido socialmente, aunque sin populismos ni demagogias, y
alejado de las multisalas (aunque, con la desaparición de los cines a
la antigua usanza, también acabe siendo su espacio, aunque diría que lo
será en los complejos de versión original). Un cine que no busca
"entretener" sin más sino inducir a la reflexión y mostrar a personajes
en situaciones cotidianas; un acercamiento del objetivo de la cámara a
esa cotidianeidad, pero también a los silencios que a menudo la
acompañan (fuera de la aparatosa sonoridad de mastodónticas películas
palomiteras), a planos fijos (y subjetivos) en los que no sucede "nada"
pero que ambientan un momento, a diálogos en ocasiones escasos, a
actitudes de gente normal... o quizá no tanto (Las horas del día, su ópera prima, sobre un asesino en serie en Barcelona, por ejemplo; o Tiro en la cabeza, una película que no buscaba la polémica pero ponía el acento en las actitudes humanas). La soledad
fue la gran sorpresa de los Premios Goya 2008, llevándose el premio
grande una película que estaba a años luz de lo que habitualmente se
premia, alejada de la comercialidad per se y únicamente per se, y con un
desarrollo narrativo interesante, con el juego de pantallas y los
silencios a los que en cierto modo nos tiene acostumbrados. A falta de
haber visto Sueño y silencio, su anterior propuesta, ayer pude contemplar esta Hermosa juventud, que llega a las salas de cine el próximo 30 de mayo.
Canciones para el nuevo día (1435/664): "You Only Live Twice"
James Bond Opening Songs Week (y V):
Nancy Sinatra - You Only Live Twice
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