1 de junio de 2014

Reseña de La Guerra de Troya, de Eric H. Cline

Ya son muchos los libros que sobre Troya puede encontrar el lector interesado en las librerías (si no los han descatalogado). Hace un año comentábamos acá el libro de Michael Wood, En busca de la guerra de Troya (Crítica), una puesta al día sobre la cuestión troyana para un público general. Y ayer, paseando por Barcelona en un agradable día primaveral y con final en la librería La Central de la mallorquina calle barcelonesa, encontré este libro entre las novedades. Un libro breve, al estilo de las “short histories” o las “a very short introduction” que suelen abundar en el mercado anglosajón y que por aquí son más bien escasas o apuntaladas bajo el epígrafe “breve historia de”, en el que encuentras de todo un poco pero con desigual calidad. Con La Guerra de Troya (Alianza Editorial), Eric H. Cline, profesor en la George Washington University en la capital estadounidense y colaborador en numerosos documentales, consigue sintetizar la cuestión troyana para el lector profano pero interesado, a la par que actualizar datos (la edición original es de 2013) y plantear algunas preguntas, muestra de que el tema troyano sigue de candente actualidad.

El librito (apenas ciento cincuenta páginas de texto que se leen en un par de horas) se estructura en tres partes: el relato de la guerra de Troya en el imaginario griego y algunas pinceladas en torno a la recepción en los ámbitos vecinos (hititas y pueblos de la Anatolia antigua); las fuentes literarias, tanto griegas como hititas; y los resultados de las excavaciones en el yacimiento de Hisarlik, de Heinrich Schliemann y Wilhelm Dörpfeld en el último tercio del siglo XIX a Carl Blegen en los años treinta del siglo XX y los trabajos del equipo Tubingen-Cincinatti dirigido por Manfred Korfmann entre 1988 y 2005, grosso modo. El resultado es un amenísimo volumen, de placentera lectura y que quizá no aporte demasiado al lector avezado en la materia, pero que se erige en libro muy recomendado para interesados y lectores dispuestos a bucear en la cuestión troyana pero que quieren caminar sobre arenas que no sean movedizas. Y eso que, decía, hay mucho libro sobre el tema. Ya en obras generales, y también de formato reducido, el lector puede optar por La guerra de Troya de Michael Siebler (Booket) o Troya de Dieter Hartel (Acento Editorial), con el ligero inconveniente de que ya ha pasado más de una década desde su publicación. Ligero inconveniente, pues para un aficionado ajeno a los debates historiográficos y a la discusión sobre materiales arqueológicos, le puede resultar prescindible un ensayo sobre estratos, cerámica o puntas de flecha. Al libro de Wood que mencionaba al principio hay que añadir obras como Troya y Homero: hacia la resolución de un enigma de Joachim Latacz (Destino), La guerra de Troya: más allá de la leyenda de Carlos Moreu (Oberón) o La guerra de Troya de Barry Strauss (Edhasa), enfocadas también hacia un lector no especializado; este último tiene las numerosas publicaciones en inglés o alemán, muchas de ellas vinculadas al Project Troia que dirigiera Korfmann o a los resultados anuales publicados en la publicación periódica Studia Troica. Quizá la sensación que le quede a un lector como servidor es que la práctica totalidad de las obras publicadas en castellano dan vueltas sobre lo mismo, aportan algunos matices en función de las excavaciones de Korfmann, y cuestiones más específicas sobre alguna evidencia arqueológica determinada.
 
Reconsstrucción de  Troya I-IX, según Christoph Haussner (Project Troia).

Cline no va a despejar más dudas generales, si acaso a plantear cuestiones concretas. Superando ya el estadio de la discusión sobre la existencia o no de la guerra de Troya y de la fiabilidad de Homero al respecto (sí, pero con matices), quizá el futuro de la cuestión troyana no sea buscar respuestas contundentes y definitivas, sino trazar un mapa lo más amplio posible de un período, el final de la Edad del Bronce en el Mediterráneo oriental, con Troya no como epicentro sino como un espacio más en un mundo que ya desde mediados del siglo XIII a.C. daba signos de agotamiento. La puntilla serían las invasiones de los llamados «Pueblos del Mar», el desplome de sociedades del Bronce en el egeo y el Levante asiático, el colapso de estados como el hitita en Anatolia y el final del Reino Nuevo egipcio. ¿En qué lugar queda Troya/Wilusa en ese panorama? ¿Hubo una invasión de aqueos o de Ahhiyawa, dirigidos por un Agamenón? De hecho, ¿hubo una sola guerra de Troya? A tenor de las referencias en el Ciclo Troyano literario, en documentos hititas y luvitas y en las evidencias arqueológicas, Cline considera más plausible (aunque con los preceptivos interrogantes) la idea de una serie de «guerras de Troya», varios episodios durante algunos decenios. Troya VIi, excavada por Blegen y reevaluada posteriormente, y Troya VIIa, con los trabajos de Korfmann, pertenecerían a episodios diferentes: una ciudad destruida por un terremoto y la otra por una destrucción humana/incendio provocado por una guerra. El Ciclo Troyano plantearía, más allá de la Ilíada, al menos tres invasiones aqueas: la de Heracles contra Laomedonte, la de un grupo de aqueos en el territorio circundante (y que el poema homérica desarrolla en algunos de sus cantos), quizá nueve años antes del ataque final, y los episodios de la Ilíada y sus continuaciones (perdidas, apenas recuperadas en fragmentos), que apenas supondrían unos meses, no los diez años de la tradición. Conjugar los diversos elementos no es la tarea de Cline, que los expone, pero plantea la duda razonable de una sucesión de conflictos previos a la destrucción final. De cualquier manera, Latacz ya planteó la posibilidad de mirar la cuestión troyana no desde la óptica griega, sino desde la del interior hitita, algo que también desarrolla Wood en su reciente/reeelaborado libro.

Sea como fuere, la cuestión troyana sigue viva y el lector encontrará en el pequeño pero jugoso volumen de Cline pistas e interpretaciones en función de las diversas aristas del poliedro que llamamos Troya. No tenemos por qué llegar a conclusiones (probablemente nunca las alcancemos), pero lo que nos depara su breve ensayo es una interesante mirada de conjunto y una serie de hilos de Ariadna de los que tirar. O simplemente dos deliciosas horas de lectura en una tarde primaveral…

7 comentarios:

Hagakure dijo...

Atractivo libro. Me atrae eso que comentas de la óptica hitita.

Un saludo.

Oscar González dijo...

Un "librito" que vale la pena...

Clodoveo11 dijo...

Supongo que a quienes hemos seguido la polémica en inglés de la web de Project Troia no nos añadirá nada en concreto... y con ello me refiero al curso de los hallazgos en 2005/13. Si lo veo por ahí le echaré una ojeada.

Oscar González dijo...

Supones bien. De todos modos, siendo una "a very short introduction" el público objetivo es otro...

Clodoveo11 dijo...

Para cuando leas (y comentes) el libro de Cline de 1177 te recomiendo repasar las críticas y debate sobre el mismo en Amazon (http://www.amazon.com/1177-B-C-Civilization-Collapsed-Turning-ebook/dp/B00GU1JHIY/ref=cm_cr_pr_product_top/176-7201287-0901703), a mi entender muy reveladores. No es que suela guiarme por ellas (como dices, hay que leer el libro y después opinar), pero resultan significativas.

A ver qué opinas del libro, porque es un tema muy interesante con abundancia de datos pero que, no sé porqué (aparte de la dificultad propia de hacerlo en Hª Antigua) nunca se articulan unas hipótesis coherentes (Sobre todo con los "Pueblos del Mar" de marras). Vamos, en mi opinión.

Saludetes

Oscar González dijo...

Si de algo no suelo hacer caso es de reseñas anónimas en Amazon... Vamos, hasta que no lea el libro ni pierdo el tiempo en leerlas.

Clodoveo11 dijo...

Yo tampoco, pero alguna (sobre todo la del tipo con web) me ha parecido aleccionadora, y con cierto sentido común respecto a un tema en que siempre se gira en torno a topicazos incomprobados (como eso de la "economía redistributiva" o el "comercio de regalos"). Veremos, porque el libro es carete para comprarlo sin más y a ciegas.

Otro salute.