Muchas veces una charla en petit comité puede llevar a
reflexionar un poco sobre algunas cuestiones que tienes en la cabeza y de
las que, a poco que pienses en ellas, comienzan a surgir ideas, matices y
conclusiones. Una de ellas es la desnudez en Game of Thrones; una
entrevista-charla con unas alumnas de Comunicación Audiovisual de la
Universitat Pompeu Fabra te lleva a reflexionar en voz alta sobre la
desnudez masculina y/o femenina, en las diferencias respectivas, en lo
que significa en sí y en lo que subyace detrás de mostrar un cuerpo más o
menos desnudo en pantalla. Game of Thrones puede permitirse el lujo de
ser una serie generosa con el desnudo: primero por el perfil de una
cadena como HBO (en Showtime o Starz sería lo mismo), y después porque
básicamente el contenido erótico forma parte del
ADN literario de la saga: las novelas de George R.R. Martin son
sexualmente muy explícitas, juegan con los roles sexuales desde el
primer momento y le dan un significado real a plantear las secuencias
sobre sexo en el papel. La serie convierte en necesarias las muchas
secuencias de personajes parcial o totalmente desnudos, ya sea de frente
o de espaldas. La cuestión quizá sea matizar en cuanto qué diferencias
hay en cuanto a mostrar un desnudo integral femenino y uno masculino. Y
la respuesta es evidente, de entrada: difícilmente veremos muchas
secuencias de desnudos masculinos integrales (algunas hemos visto… pero
ya hace un par o tres de temporadas), mientras que el desnudo femenino
completo (aunque también perfectamente encuadrado y “photoshopeado”) se
repetirá a menudo.
Melisandre y el desnudo natural mientras habla con la reina Selyse. |
No hay más que recordar el último episodio hasta ahora emitido de la
serie (4x07, “Mockingbird”), en el que el espectador recordará dos
escenas con desnudos, aunque muy diferentes entre sí: por un lado, Melisandre (Carice van Houten) en la bañera mientras charla con la esposa de Stannis; y por el otro, tras un intento de cortejo inicial de Daenerys, vemos al mercenario Daario Naharis (Michiel Huisman) quitándose la ropa y mostrarse completamente desnudo… pero de espaldas al espectador. En el caso de
Melisandre, la hemos visto desnuda integralmente, aunque la manera de
mostrarla no haya sido completa: en la bañera se le veían los
pechos, mientras hablaba con la reina, pero en el momento de hacer el
gesto de levantarse para salir del agua –y cuando el espectador quizá
esperaba un desnudo frontal–, la cámara ha cambiado el encuadre para ver
su desnudez de otra manera, procurando la fotografía y la iluminación
que el pubis apenas fuera vislumbrado. Eso sí, el desnudo es total, los
pechos son (naturalmente, es decir de forma natural) visibles y el
personaje abunda en una manera ya habitual de mostrar su
desnudez (como vimos en episodios de temporadas anteriores). En el caso
de Daario, la escena empieza con un intento de cortejo de la
Khaleesi, que esta corta enseguida. Pero posteriormente la
conversación lleva a Daenerys a querer tener sexo con el
mercenario, aunque siempre desde una posición de poder: ella sentada, él
de pie, le exige que se desnude; de frente, Daario se quita la
camisola, mostrando un pecho liso y un abdomen bien marcado, para
quitarse después la prenda que hace las funciones de pantalones (casi
parece una falda); pero si el espectador esperaba un desnudo masculino
frontal, se ha tenido que conformar viendo como la cámara enfocaba desde
atrás, dejando Daario caer la prenda inferior y mostrando la espalda,
los glúteos y las piernas; y precisamente un lado posterior de su
anatomía bien definida, casi esculpida, seguramente tras horas en el gimnasio
(nunca veremos una desnudez fea en la serie). Las diferencias entre
ambas secuencias son evidentes: mientras que la desnudez de Melisandre
es natural y casual (está en una bañera), y manteniendo una
conversación con la esposa de Stannis –sabiendo ésta que la sacerdotisa
ha mantenido relaciones sexuales con su marido, pero sin necesidad de explicitarlo–, todo
ello de una manera neutra; por su parte, en el caso de Daario y la Khaleesi hay una
evidente tensión sexual: la conversación entre ambos personajes tiene
mucho que ver con la imagen que Daenerys tiene de Daario (es un mercenario arrogante y en ocasiones brutal, pero dotado de
algo que podríamos decir que es carisma que hace que el tipo le caiga bien), para luego plantear un contacto sexual de manera muy sutil.
Daario le pide que le deje hacer lo que él mejor sabe hacer, ella
acepta, se sirve una copa de vino y le dice que se quite la ropa. Vemos a
Daario desnudo de espaldas y la mirada de Daenerys fija en lo que el
espectador no puede ver, su pene, y durante unos segundos se deleita en
la contemplación, copa en mano.
Daario Naharis: dos actores, un mismo personaje... dos visiones diferentes de un desaforado/moderado sex-appeal. |
Lo interesante en ambos casos es el matiz, el cambio respecto a
secuencias de desnudos en capítulos (y temporadas) anteriores: mientras
que el desnudo de Melisandre es natural y sin que su cuerpo se convierta en un
objeto sexual,
en el caso de Daario es evidente el alto contenido erótico de su
desnudo, pero con un cambio en cuanto a quién es el observador (y que goza con la observación) y quién el objeto del deseo: ahora es Daenerys, la mujer, no Daario, el hombre, pero este a su
vez también disfruta de su condición de objeto sexual, de su exhibición
ante la Khaleesi, que es lo que buscaba desde que se conocieron. En
temporadas anteriores, y a veces de bastante gratuita (pero nunca
innecesariamente, a diferencia de otras series: el sexo es importante en
esta serie), era el personaje o rol masculino de turno quien gozaba
contemplando de la desnudez femenina; en menos ocasiones, gozando de la
desnudez masculina. Había siempre más mujeres desnudas que hombres, y en
general el espectador gozaba de la desnudez de unos y otros, integral o
parcialmente. Tendría que repasar capítulos, sobre todo de la primera
temporada, pero diría que hemos visto muchos pubis femeninos pero muy
pocos masculinos, y de hecho no recuerdo (y vagamente) más que un pene
mostrado directamente a la cámara (y no era de un personaje principal; Theon, de hecho, lo cual resulta irónico: el hombre que muestra su pene es "castigado" más adelante con la pérdida del mismo); a
diferencia de series como Spartacus (Starz, 2010-), donde el festival
de carne masculina era generoso y abundante desde el principio, en Game
of Thrones el desnudo masculino integral ha sido minoritario,
diluyéndose progresivamente hasta ser prácticamente invisible (quizá el
momento más cercano a ver un cuerpo masculino integral, pero no visto
frontalmente, sea en el inicio de esta cuarta temporada, con las orgías
sexuales de Oberyn Martell [Pedro Pascal] en sus aposentos en King’s
Landing). Por tanto, el desnudo de Daario Naharis, aunque sea de
espaldas, es una novedad. Lo curioso del asunto es que Michiel Huisman
no tiene esa sexualidad desbordante (e incluso vulgar) que desprendía el
actor que interpretó al personaje en la tercera temporada, Ed
Skrein, faltándole incluso la melena desbocada que el personaje luce en
anteriores episodios (¿es como una emasculación a lo Sansón?); de hecho,
para quienes hemos visto a Huisman como Sonny en Treme (desharrapado, borracho/colocado y
sucio a menudo) o como Liam en Nashville (canellesco pero con un cierto encanto hipster y alternativo), ver al actor interpretando a
un personaje con esa testosterona que le sale por los poros resulta
extraño. Y más extraño pudo ser contemplar que debajo de su ropa Huisman
muestra un cuerpo fibrado y musculado (sin pasarse, eso sí: las
sesiones de gimnasio han sido suaves), que la Khaleesi
sólo goza y en exclusiva para sí. Una Khaleesi, recordemos, a la que vimos desnuda en
varias ocasiones en la primera temporada (ya no después, erigida en reina indiscutible y ejerciendo el poder, quizá el personaje femenino de la serie que mejor lo ostente), pero quizá sin el simbolismo redentor de su segundo nacimiento, al final de la primera temporada: un desnudo que
evocaba la Venus de Botticelli, con Danerys teñida de gris (como el mármol de una estatua clásica) y la mano
tratando de ocultar su pubis. Un desnudo que no tenía un cariz
sexual, que contemplábamos como el nacimiento verdadero de una reina, de
la Mother of Dragons, y que no escondía miedo, inocencia y pudor, al
tiempo que era reverenciada por Jorah y los dothrakis; una figura
prácticamente divinizada y susceptible de ser adorada como tal, como en el final de la tercera temporada ("¡Mhysa, mhysa!"). Sentimientos de pudor e inocencia que parecen
estar ausentes en esta Khaleesi que ahora, más madura y sabedora de tener y ejercer el poder, mira embelesada a un Daario
desnudo que se exhibe sin pudor. Dario es a sabedor a su vez de lo que significa exhibirse y de lo que puede conseguir asumiendo la condición de objeto sexual que un hombre, por definición, no debe tener en una serie como Game of Thrones, pues el rol masculino debe ejercer el poder y tomar sexualmente lo que se desea... y eso es algo que justamente ahora logra Daenerys. Inversión de roles, pues, sólo con un desnudo.
Khaleesi/Venus de Botticelli. |
Me preguntaban las alumnas que me han entrevistado/con las que he
charlado si hay una distinción entre los desnudos masculinos y femeninos
en Game of Thrones. Es evidente que sí, y de hecho el desnudo en la
serie significa mucho más que mostrar el cuerpo sin ropa. En muchas
ocasiones, el desnudo y la propia concepción del cuerpo son una forma de
mostrar poder, de adquirirlo o perderlo, y especialmente en el caso de
los personajes masculinos. Ya no vemos tantos desnudos como en la
primera temporada, pero es evidente que Oberyn Martell desprende
autoridad y poder, y no es un óbice para ello que lo percibamos como un
personaje con un enorme carisma sexual. Jaime Lannister (Nikolaj
Coster-Waldau) tenía un enorme sex-appeal en las primeras dos
temporadas, incluso cuando estaba embarrado, encadenado y sucio en manos
de los Stark; un carisma sexual que parece haber perdido en esta cuarta
temporada, con un corte de pelo que lo afea, un color de piel cetrino, y
la pérdida de la mano como un trauma que afecta a su propia
masculinidad. Pero para traumas y emasculaciones, los de Theon Grevjoy
(Alfie Allen), cuya castración lo ha convertido en un no-hombre,
percibido incluso así por unos espectadores que nunca han tenido
simpatía por el personaje, a diferencia del otro personaje emasculado, lord Varys (Conleth Hill). A Theon le hemos visto desnudo y sin embargo
no emanaba el poder o la autoridad que despiertan un Oberyn Martell, ni
es (ni será) algo más que un objeto sexual como Daario: le falta precisamente el falo, la vara del poder; un poder que Varys ejerce (o trata de alcanzar) desde la sombra y sin jugar directamente la carta de la sexualidad. Robb Stark (Richard
Madden) emanaba encanto, pero no tanto sexualidad: la relación con
Talisa en la segunda y tercera temporadas era lo más cercano a un
romance de corte amoroso que hemos visto en una serie en la que el sexo
es primario y en ocasiones salvaje; incluso las secuencias de sexo entre
ambos tienen un punto de ternura que no tienen las de Jamie y Cersei
Lannister (Lena Headey), especialmente si tenemos en cuenta la cuasi
violación de esta por su hermano/amante en la capilla ardiente de
Joffrey (y que tanta polémica ha despertado); una secuencia en la que Jaime trata de recuperar el poder que ha perdido (¿con la mano?), mientras que Cersei, que siempre ha tenido el poder, en ese momento parece no tenerlo; de hecho, es curioso que Cersei no haya aparecido desnuda en la serie, siendo quizá el único personaje femenino de cierta importancia que no lo ha hecho. Quizá Kit Harington
desprenda sexualidad, pero lo que es su personaje, Jon Snow, a excepción
del “momento jacuzzi” con Ygritte (Rose Leslie) en la tercera
temporada, más bien despierta poco atractivo sexual… y más vistiendo el
uniforme de la Night’s Watch en prácticamente todos los momentos en los
que aparece en pantalla. Y en el caso de Sansa (Sophie Turner), encarnación de la virginidad, resultaría chocante que se la viera desnuda: no es ella objeto del deseo sexual, aunque en la segunda temporada estuviera en peligro de ser violada en una revuelta en King's Landing. Nos queda la masculinización de Arya (Maisie Williams), la negación de su propia feminidad y, por tanto, la imposibilidad de verla desnuda. Sorprendería verla desnuda también, algo que sí esperamos de Shae (Sibel Kekilli) o de las prostitutas del burdel de Petyr Baelish (Aiden Gillen), objetos sexuales per se y, por tanto, definidas por su propia desnudez.
Lo que sólo Daenerys ha visto (y en exclusiva) en el cuerpo de Daario Naharis nos permite ver el rol de los desnudos en una serie como Game of Thrones. De la desnudez gratuita (pero necesaria) de las primeras temporadas hemos pasado a una desnudez más significativa, sutil incluso, analizable desde puntos de vista diversos y que nos permite ver nuevos roles de comportamiento en una serie tan abiertamente sexual como ésta. Pero quizá sólo sea algo momentáneo… ¿o quizá no?
Lo que sólo Daenerys ha visto (y en exclusiva) en el cuerpo de Daario Naharis nos permite ver el rol de los desnudos en una serie como Game of Thrones. De la desnudez gratuita (pero necesaria) de las primeras temporadas hemos pasado a una desnudez más significativa, sutil incluso, analizable desde puntos de vista diversos y que nos permite ver nuevos roles de comportamiento en una serie tan abiertamente sexual como ésta. Pero quizá sólo sea algo momentáneo… ¿o quizá no?
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