22 de abril de 2014

Reseña de La maldición de Stalin: la lucha por el comunismo en la guerra mundial y la guerra fría, de Robert Gellately

En sus últimos años de vida, Iósif Stalin preparó su testamento político. De hecho, era la puesta al día de Historia del Partido Comunista (bolchevique) de la URSS: Compendio redactado en los años treinta y al que desde 1950 dedicó notables esfuerzos, dedicación y tiempo –en medio de la Guerra de Corea, la formación tutelada de las «democracias populares» en Europa del Este y Asia y los diversos choques que conforman la etapa inicial de la Guerra Fría–, y confiaba en que fuera un libro de lecciones de economía política (o de cómo concebía él dicha materia). Supervisando a un grupo de autores a su exclusivo servicio, el libro era su particular Biblia y pretendía ser la culminación de un largo proceso: Karl Marx había prefigurado los principios del socialismo, Vladimir Lenin proporcionó una «teoría de la revolución» y Stalin confiaba en quedar como el genio que le dio sentido pleno a todo ello, y, especialmente, una aplicación práctica en todo el mundo. En sus propias palabras, el libro desvelaría «cómo escapamos de la esclavitud del capitalismo; cómo transformamos la economía según los criterios del socialismo; cómo nos ganamos la amistad del campesinado; y cómo convertimos lo que poco antes era un país débil y pobre en una nación rica y poderosa» (citado en p. 455). La realidad, sin embargo, distaba de ser tan esplendorosa: si la Unión Soviética había alcanzado el «éxito», lo cierto era que se logró recurriendo a la violencia y la eliminación sistemática de «contrarrevolucionarios» de diverso tipo, condición y especialmente etiquetación: burgueses, industriales, kulaks, militares, prácticamente la globalidad de la población soviética, cuyos sacrificios en la construcción del «socialismo en un solo país» y en una «Gran Guerra Patriótica» significaron millones de muertos (alrededor de 26 tan sólo en la Segunda Guerra Mundial). Stalin murió antes de poder leer la versión definitiva del libro y, una vez desaparecido de la escena y convenientemente «denunciado» en el XX Congreso del PCUS, se dejó que pasara al olvido.

Canciones para el nuevo día (1412/641):"Build Me Up Buttercup"

The Foundations - Build Me Up Buttercup



Disco: Build Me Up Buttercup - single (1968)


11 de abril de 2014

Treme (HBO: 2010-2013): ... Do You Know What It Means To Miss New Orleans?

Treme terminó a finales de 2013: todo el mes de diciembre estuvo dedicado a la 4ª y última temporada, más corta que de costumbre: sólo 5 episodios, un regalo por parte de David Simon, alma y, junto a Eric Overmyer, creador y productor ejecutivo de la serie. Ya hace un tiempo, pues, que terminó, pero la serie continuaba en mi mente de una manera u otra, y eso me impulsaba a recordarla, del modo que fuera: visualizando algún vídeo en YouTube, colgando alguna canción en Facebook, leyendo algún artículo de prensa sobre series de televisión. Hace pocos días se emitió la última temporada en Canal Plus y el recuerdo de los últimos minutos de la temporada (y de la serie), con John Boutté poniendo la banda sonora a una larga secuencia final, me impulsa a escribir aunque sean unas pocas líneas. Unas líneas sobre Treme, la permanencia  de seguir con la lucha y el aparente paso del tiempo. 

Canciones para el nuevo día (1405/634): "Beautiful Stranger"

Madonna - Beautiful Stranger



Disco: Austin Powers: The Spy Who Shagged Me - soundtrack (1999)


10 de abril de 2014

Reseña de El mundo de Atenas, de Luciano Canfora

Este es un libro del que esperaba mucho… y me lo ha dado, aunque a su manera. Pero afortunadamente me lo ha dado. No me ha dado quizá aquello que esperaba cuando tuve noticia de su publicación o lo hojée por primera vez en la librería, y que a priori era una historia de la Atenas de los siglos V y IV a.C. que tratara de  superar el estadio de una mera contextualización o de un hilo narrativo propio de manuales universitarios, obras generales y miradas diversas sobre ese mundo de Atenas al que hace referencia el título. Podía intuirlo, de entrada, por el perfil de Luciano Canfora (n. 1942) en obras anteriores: por ejemplo, su pasión por el debate historiográfico en Ideología de los estudios clásicos (Akal, 1991) o por la voluntad de no ceñirse (o encorsetarse) a la estructura del género biográfico en Julio César: un dictador democrático (Ariel, 2000), por citar dos libros suyos leídos hace ya sus buenos años. Canfora, como buen filólogo, está más interesado en rastrear, escudriñar, escarbar y sacar paladas de arena en las fuentes clásicas, en los textos coetáneos, y no tanto en reiterarle al lector aquello que ya ha leído en otros libros sobre un tema determinado. Y en este último libro suyo traducido al castellano lo encontrará de nuevo.

Canciones para el nuevo día (1404/633): "Don't Let This Moment End"

Gloria Estefan - Don't Let This Moment End



Disco: Gloria! (1998)


9 de abril de 2014

37 Days (BBC, 2014): y Gran Bretaña fue a la guerra...

Hacía tiempo que no comentaba una serie de televisión en el blog… la galbana que a veces nos atenaza. Pero vuelvo, aunque sea con una miniserie más que con series recientes ya celebradas. Los British están conmemorando la Primera Guerra Mundial (¿os habéis enterado del centenario, por cierto?; apenas se publican uno o dos libros sobre el tema, ¿verdad?; jejejejeje…) y la BBC ha tirado la casa por la ventana. Y no sólo para este 2014 sino hasta 2018 (interludio en 2016 para celebrar el cuarto centenario de la muerte del Bardo), como podéis comprobar aquí: documentales, debates, series dramáticas, incluso programación para los jóvenes estudiantes. No son pocas las ocasiones en que uno siente envidia, rabiosa envidia, ante lo que la BBC presenta año tras año (The Hollow Crown es quizá la punta del iceberg, y ahora que Benedict Cumberbatch encarnará a Ricardo III en la segunda tanda de macroepisodios para 2016…). No podían dejar pasar de lado la conmemoración, desde luego: es uno de sus temas centrales, el que marcó un antes y un después en su imaginario colectivo. Y entre la programación está 37 Days, una miniserie de tres episodios emitida hace un mes por tierras de Albión.

Canciones para el nuevo día (1403/632): "Quiero"

Luis Miguel - Quiero



Disco: Vivo (2000)



4 de abril de 2014

Crítica de cine: El desconocido del lago, de Alain Guiraudie

El tema del cruising gay suele ser tabú en la cinematografía al uso y comercial (dejemos a un lado el cine porno). Alguna novela ha tratado el dogging, pero en relaciones heterosexuales, como La isla de los perros de Daniel Davies (Anagrama, 2010), pero lo que es la temática de esta práctica homosexual suele quedar en la nebulosa; tabú decía, pues se trata de simples contactos para mantener sexo con desconocidos, y que suele suceder en espacios ya categorizados como lavabos públicos, parques, bosques, etc. Por tanto, que una película como El desconocido del lago se acerque a esta temática podría considerarse "novedoso", sobre todo porque el director, Alain Guiraudie, lo hace de una manera "natural". ¿Y qué quiere decir esto? Pues que para mostrar con naturalidad lo que es el cruising, hay que coger el asunto con valentía y que el espectador vea lo que es. Y de este modo hay planos con lo que el género pornográfico se llama el money shot, o el plano de la eyaculación, o incluso una felación con la cámara a escasos centímetros de la "acción". De modo que si el espectador tiene reparos a este tipo de secuencias, puede sentirse más que incómodo, aunque resultan necesarias para dotar de naturalidad a la aproximación al tema. Y eso es lo que Guiraudie ha hecho, aunque sin abusar de esos planos, para los que se han contado con dobles de los actores protagonistas; de hecho, si alguien esperaba largas secuencias de sexo homosexual como en La vida de Adèle, probablemente se quedará con las ganas (si las tenía). No va a ser todo como Nymphomaniac del amigo Lars... y ahí nos escamotearon una hora y media del montaje original.