24 de septiembre de 2013

Crítica de cine: Jobs, de Joshua Michael Stern

Que Steve Jobs era un genio, ya nos había quedado claro. Que además fuera un tipo para darle de comer aparte, también. Y que además fuera un mesías de la informática... pues ¿en qué mundo sin iPod, iPad, iPhone, iMac, idetodo vives, colega? (bueno, yo no tengo nada de eso y vivo tan campante). Jobs fue un ipo revolucionario, sin duda uno de los personajes más influyentes de las últimas décadas. De tanto en tanto aparecen genios que se convierten en catalizadores del cambio y de la innovación tal que incluso te hacen preguntarte qué sería del mundo sin ellos. Cualquiera que escriba con un ordenador personal ya peude responder a esa pregunta. Por tanto, ante un personaje que cultivó una imagen sobre sí mismo y que murió prematuramente, ya tardaba en llegar la película. Hay varios proyectos en danza, uno de ellos con guión de Aaron Sorkin que esperaremos con notable interés. Y ahora nos a llegado este Jobs, interpretado y encarnado por Ashton Kutcher (sin duda, da el pego en cuanto al físico). 

Canciones para el nuevo día (1262/491): "Que nadie"

Manuel Carrasco ft. Malú - Que nadie



Disco: Inercia (2008)

Manuel Carrasco: Inercia - portada mediana

23 de septiembre de 2013

Reseña de Carpe diem: lecciones de vida con Horacio, de Harry Eyres

Cuando te acercas a los clásicos en la juventud y primera adultez, no es precisamente Horacio uno de esos poetas que consigan atraparte de entrada. Esos años vitales requieren poemas y poetas más impactantes, y sin duda Catulo consigue darte esa dosis de pasión, procacidad y provocación. Catulo, con sus odi et amo, vivamus Lesbia mea o incluso pedicabo ego vos et irrumabo –dejo en manos del lector el placer culpable de buscar la traducción exacta de este último verso–, me decía por entonces mucho más que Horacio con su dulce et decorum est pro patria mori. Y, sin embargo, el sureño, bajo, regordete y a priori más “aburguesado” Horacio te recordaba aquello de carpe diem, mientras el norteño, moreno y excesivo Catulo podía conducirte a la desesperación producida por el despecho amoroso y la rabia que era incapaz de reprimir. Con el paso de los años, la impulsividad de la juventud se atempera y entonces te das cuenta de que Horacio te aporta más de lo que entonces pensabas e, inevitablemente, surgen en tus labios versos que recordabas de toda la vida: nunc est bibendum, beatus ille qui procul negotiis… Y quien pudiera parecerte un poeta al servicio de o incluso vendido al poder, en realidad era un soñador permanente, un inconformista reluctante y un tipo que te invitaba a beber una copa de vino, recordándote constantemente que debes disfrutarla.

Canciones para el nuevo día (1261/490): "Love is the only way"

Macaco - Love is the only way



Disco: El murmullo del fuego (2012)

http://macaco.es/wp-content/themes/macaco_2012/images/macaco-el-murmullo-del-fuego.jpg

20 de septiembre de 2013

Reseña de Imperios del mar: la batalla final por el Mediterráneo, 1521-1580, de Roger Crowley

Recordamos la batalla de Lepanto (7 de octubre de 1571), la gran victoria de la  Liga Santa cristiana contra el Imperio otomano, «la más memorable y alta ocasión que vieron los pasados siglos, ni esperan ver los venideros», en palabras de una de sus combatientes, un joven Miguel de Cervantes. Pero lo cierto es que, más allá de los fastos, fue una «victoria sin consecuencias», una batalla que no decidió un cambio perdurable en el mar Mediterráneo. Se llegó a unas costosas tablas para los imperios y potencias en liza. Venecia fue la primera en retirarse del combate, con un tratado de paz que la dejaba definitivamente sin Chipre y con un futuro incierto (Creta, por ejemplo). El imperio otomano se giró hacia su retaguardia y una guerra con Persia apartó su mirada del Mediterráneo, al menos por un tiempo. La monarquía hispánica de Felipe II, que realmente no había tenido una estrategia clara en lo que pronto dejaría de ser su mare nostrum, tenía otros asuntos perentorios a los que dedicar su atención (Flandes, la guerra con Inglaterra, el control del Nuevo Mundo). Pronto Lepanto sería engrandecido por unos y obviado por otros, y su eco quedaría en la memoria colectiva. En cierto modo, la guerra que condujo a esa batalla fue la última contienda a gran escala en un mar que pronto dejaría de ser el centro del mundo; en apenas unas décadas, las disputas se trasladarían a otros ámbitos y el Mediterráneo, el mar Blanco como lo denominaban los turcos, ya no sería el escenario en el que los imperios del mar lucharían por un dominio que iba más allá de lo territorial y, por supuesto, lo religioso. 

Canciones para el nuevo día (1260/489): "She's Got the (Woo-Hoo)"

Sugar Ray - She's Got the (Woo-Hoo)


Disco: Music for Cougars (2009)

13 de septiembre de 2013

Reseña de Heydrich: el verdugo de Hitler, de Robert Gerwarth

Hay personajes que crean una mitología propia a su alrededor. El período nazi está lleno ellos, pero sin duda uno de los que llaman más la atención, y que curiosamente reciben menos atención editorial, es Reinhard Heydrich (1904-1942). Alto, rubio, nariz imponente, aspecto ario por los cuatro costados según los cánones raciales del nacionalsocialismo (compárese con Hitler, Himmler, Goebbels y una amplia plétora de gerifaltes nazis). «El ángel rubio», «la bestia rubia», «el carnicero de Praga»… su sola presencia ya provoca curiosidad. Combinaba una resolución ejecutiva con una ausencia de piedad, una fanatismo casi religioso con una dureza que los checos sintieron en apenas sus nueve meses como Protector del Reich de Bohemia y Moravia. Y su muerte a los treinta y ocho años alimentó leyendas de todo tipo, incluyendo aquella que decía que Himmler, su colaborador más íntimo y con quien mantuvo una relación que iba mucho más allá de la de subordinado al Reichsführer de las SS, se alegró de su muerte. Falso, probablemente Himmler lamentó más que nadie la muerte de su más estrecho colega. No en balde, como ya recordamos en la reseña de HHhH de Laurent Binet (Seix Barral, 2011), Heydrich era conocido como Himmlers Hirn heisstn Heydrich, es decir, «el cerebro de Himmler se llama Heydrich». 

Canciones para el nuevo día (1255/484): "Someday"

Sugar Ray's Week ( y V): Someday



Disco: 14:59 (1999)

12 de septiembre de 2013

Reseña de Humanidad e inhumanidad: una historia moral del siglo XX, de Jonathan Glover

John Milton (Al Pacino) en Pactar con el diablo (Taylor Hackford, 1997; desde minuto 1:12) 
El siglo XX fue el siglo del horror, parafraseando de algún modo al histriónico personaje que encarna Al Pacino y que, a su vez, no deja de ser un trasunto del mismo diablo. Ha sido el siglo más mortífero de la Historia, suele decirse: dos guerras mundiales, diversos genocidios, la caída del hombre desde su esfera moral hacia los horrores del infierno. La ética quedó por el camino que conduce a las trincheras de la Primera Guerra Mundial, Auschwitz, las purgas estalinistas, Hiroshima, el Gran Salto Adelante de Mao, My Lai, Pol Pot, Yugoslavia y Ruanda, por citar algunas de las pesadillas y terrores que se vivieron en el siglo que comenzó con la idea de que el ser humano había aceptado la autoridad de la moral, una ley que había que aceptar y obedecer. Recogiendo las palabras de Lord Acton en una conferencia en Cambridge en 1895 –«las opiniones cambian, las costumbres mudan, los credos surgen y caen, pero la ley moral está escrita en las tablillas de la eternidad»–, se podría decir que el pensamiento de Immanuel Kant –«el cielo estrellado sobre mí y la ley moral dentro de mí» (ambas citas en p. 17)–, se podía creer en 1900 acerca del progreso moral y en el retroceso de la barbarie. Del Mal, podríamos argüir. Hoy en día, avanzando en un siglo XXI mucho menos ingenuo que el inicio de la centuria anterior, el recuerdo de los cien años anteriores deja bien claro que la perversión del desafío filosófico de Friedrich Nietzsche había llevado al abandono de la ética y, especialmente, de la moral. 

Canciones para el nuevo día (1254/483): "Words to me"

Sugar Ray's Week (IV): Words to me



Disco: Sugar Ray (2001)

9 de septiembre de 2013

Canciones para el nuevo día (1251/480): "Fly"

Tenía ganas de dedicarle una semana a este grupo californiano...

Sugar Ray's Week (I):
Sugar Ray ft. Super Cat - Fly



Disco: Floored (1997)