Pronto llegará The Master...
[15-II-2008]
Tengo particular devoción por Paul Thomas
Anderson, que a sus 38 años ha "parido" algunas de las mejores películas
de la última década: por citar dos, Boogie nights y Magnolia,
películas corales, de gran metraje, portentosas en las historias que
cuentan (sobre todo la segunda). Ahora nos llega su quinta película, Pozos de ambición, basada en la novela Petróleo, de Upton Sinclair.
Daniel Plainview (Daniel Day-Lewis), minero ambicioso, todo un self made
man (muy propio de la mentalidad individualista de los USA), busca a
principios del siglo XX un pozo de petróleo que le enriquezca.
Acompañado de su hijo, H.W., y tras medio triunfar con algunos pozos en
el Medio Oeste estadounidense, acude a California, a la localidad de
Little Boston, donde ha oído rumores de que hay petróleo. Y empieza la
perforación, consiguiendo la autorización y el arrendamiento de las
tierras de la zona, destacando las de la familia Sunday, con uno de sus
hijos, Eli (Paul Dano, que interpreta también al hermano de Eli, Paul,
que pone a Plainview en antecedentes del asunto), un predicador
evangelista, que trata de consolidar una congregación (de la Tercera
Revelación) en esta zona. La relación entre Plainview y Eli será uno de
las luchas sordas (a veces, física) en Littel Boston. Mientras, hallan
petróleo y la ambición desmedida de Plainview llegará a sus últimas
consecuencias, si bien deberá enfrentarse, al mismo tiempo, a la
minusvalía (y la incomunicación) de su hijo.