6 de abril de 2019

Crítica de cine: Un pueblo y su rey, de Pierre Schoelle

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.

En su novela 14 de julio (Tusquets, 2019, publicada originalmente en francés en 2016), Éric Vuillard realiza un trabajo a medio camino entre la historia social y la novela histórica, con trabajo de archivo de por medio, para recrear ese día de 1789 en el que la multitud de París «asaltó» la Bastilla, fortaleza y prisión, símbolo de la opresión del Antiguo Régimen y de una monarquía absoluta que, miseria popular y ecos ilustrados mediante, estaba siendo cuestionada desde décadas atrás. La apertura de los Estados Generales en Versalles ese mes de mayo, convocados por el rey Luis XVI, que intentaba maquillar los efectos de la bancarrota del país y de la (latente) revuelta de los sectores más privilegiados de la sociedad francesa que rechazaban de plano que la factura tuviera que ser pagada con lo que hubiera en sus bolsillos, no pareció, sin embargo, augurar los sucesos que acabarían, casi cuatro años después, con la ejecución del rey en la entonces Plaza de la Revolución (hoy Plaza de la Concordia) de París. La negativa real a permitir que las votaciones en las reuniones de los Estados Generales –recordemos, formados por delegados de la nobleza (Primer Estado), el clero (Segundo Estado) y la burguesía (Tercer Estado)– se hicieran de manera personal, sino por estamento (con lo que la unión de nobleza y clero tenía siempre las de ganar), llevó a que los miembros del Tercer Estado (y parte del bajo clero y la nobleza) se juramentaran y presentaran a sí mismos como encarnación la nación francesa y convocaran una Asamblea Nacional, el 20 de junio, con el propósito de redactar una Constitución. El rey reunió tropas, los ánimos se caldearon en las semanas siguientes y un asalto popular para apoderarse de armas y pólvoras acumuladas en la Bastilla (que, paradójicamente, apenas mantenía recluidos a unos pocos prisioneros), terminó con la toma de esta fortaleza, el linchamiento de su gobernador y el inicio de su demolición. El 14 de julio, desde entonces, se convertiría en una de las fechas a conmemorar en el calendario (desde 1880 se ha convertido en el Día Nacional de Francia).

24 de marzo de 2019

Crítica de cine: Degas, pasión por la perfección, de David Bickerstaff

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.


Nota: este documental llega a las salas de cine como evento cinematográfico. Exhibidores como Yelmo, Grup Balañà y los Cines Verdi en Barcelona, lo emitirán los días 25 y/o 26 de marzo, vinculado a una programación cultural especial; consúltese también en FilmAffinity para saber en qué otros cines se emitirá.


Edgar Degas (1834-1917) –nacido en una familia acomodada simplificó el apellido De Gas para no dar una imagen de petimetre de clase bien– es conocido como “el pintor de las bailarinas” por su afición a retratar a las jovencitas (muy jóvenes, de hecho) que ensayaban entre bambalinas en la Ópera de París, teatro al que asistía con asiduidad. Pero su obra va más allá de los dibujos y cuadros que pintó sobre este tema recurrente. No le gustaba el plenairismo (o pintura al aire libre, de la que realizó escasas obras), a diferencia de otros artistas del impresionismo del que fue uno de los fundadores; en particular, despreciaba esta etiqueta y solía hacerlo con los ismos muy ismos. Se consideraba más bien un pintor “realista”, en la senda de Jean Dominique Ingres, al que admiraba por encima de todos, y de Eugène Delacroix, y no valoraba en demasía la obra de contemporáneos como Claude Monet o Édouard Manet, cuya amistad inicial en la década de 1860 acabó en furibundas desavenencias en los años siguientes.

21 de marzo de 2019

Crítica de cine: Mirai, mi hermana pequeña, de Mamoru Hosoda


Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.


No soy padre, hay muchas cosas sobre la relación entre una madre, o un padre, y sus hijos, que no entiendo (seguramente nunca entenderé). Mi hermana, que tuvo a su hijo hace unos pocos años, me dijo una vez lo mucho que, desde que era madre, entendía a mi madre (ambas tuvieron sus más y sus menos durante su adolescencia): cómo, desde su maternidad, logró sentirse más cerca de su (nuestra) madre. A menudo recordamos que de pequeños nuestros padres nos regañaban, a veces incluso mucho; luego sorprende lo fácil que se puede “olvidar” que ahora regañamos a los hijos. Esa es una de las lecciones que la madre de Kun “aprenderá” en Mirai, mi hermana pequeña, película de Mamoru Hosoda que estuvo entre los filmes de animación nominados en los últimos Oscars (no ganó, el premio fue para Spider-Man: un nuevo universo, que ya comentamos por estos lares): le dice a su madre que recuerda cómo le gritaba cuando era pequeña y ahora es ella la que le grita a Kun, un niño de cuatro años mimado y que empieza a conocer que, con la llegada de la pequeña Mirai al hogar, ya no es el rey de la casa (como dejó de serlo Yukko, el perro de la familia cuando el recién llegado fue el propio Kun); es un rey destronado y como tal empieza a sentirse y a rebelarse.

Canciones para el nuevo día (2694/1913): "Everybody Here Wants You"

Jeff Buckley - Everybody Here Wants You 

Disco: Sketches for My Sweetheart the Drunk (1998)