8 de mayo de 2018

Crítica de cine: Roman J. Israel, Esq., de Dan Gilroy

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
 
En Nightcrawler (2014), Dan Gilroy ofreció una imagen nada esperanzadora de la mediatización de la sociedad a través de la crónica de sucesos en unos informativos locales, focalizando la atención en un “suministrador” de imágenes, Louis Bloom (Jake Gyllenhaal), un parásito social que se aprovecha de la desgracia ajena para medrar personalmente. Con su segunda película como director, Roman J. Israel. Esq., Gilroy nos presenta a un personaje del todo diferente, el Roman del título (interpretado por Denzel Washington), que constantemente añade el “Esquire” a su nombre –un término de origen británico, a medio camino entre el caballero y el ciudadano común, como especifica Roman en un momento determinado del filme, y que en Estados Unidos es equivalente a abogado–, un letrado que defiende el valor del activismo social pero está anclado vitalmente en el pasado, y que verá como su mundo cambia cuando su socio en el pequeño bufete legal en el que trabaja sufre un infarto y finalmente fallece.

Canciones para el nuevo día (2467/1696): "Let's Twist Again"

Chubby Checker - Let's Twist Again

Disco: Let's Twist Again - single (1961)

 

24 de abril de 2018

Crítica de cine: Las leyes de la termodinámica, de Mateo Gil

Se podría decir que Mateo Gil ha estado a la sombra de Alejandro Amenábar, con quien ha escrito algunas de sus películas –Tesis, Abre los ojos, Mar adentro, Ágora–, ganadoras de numerosos, y nos equivocaríamos. De hecho, Gil ha tenido una trayectoria en paralelo a la de Amenábar, con una filmografía propia y en labores de guionista para otros directores; así, en 2005 Gil ganó el Goya al mejor guion adaptado por El método y en 2010 se llevó otro “cabezón” por el corto de ficción Dime que yo; premios en solitario a los que añadir los dos Goyas que comparte con Amenábar por los guiones de Mar adentro y Ágora. Pero no sólo de premios se curte un cineasta, lo hace sobre todo con sus experiencias, con las películas que ha realizado. Gil apuntó maneras con el thriller Nadie conoce a nadie (1999), su debut en las tareas de director, basada en la novela de Juan Bonilla y con unos crímenes en serie en la Semana Santa sevillana como trama principal. En 2006, y dentro del proyecto colectivo “Películas para no dormir”, presentó Regreso a Moira, que se presentó directamente en DVD, y en la senda de la serie televisiva Historias para no dormir (1966), de Narciso Ibáñez Serrador. No se conformó Gil con un solo género y en 2010 probó el western crepuscular en la muy sólida Blackthorn, con Sam Shepard en la piel de un anciano Butch Cassidy, y en 2017 volvió a cambiar, apostando por la ciencia-ficción en la también interesantísima Proyecto Lázaro, que tuvo, inmerecidamente, un discreto paso por las salas de cine. Culo inquieto, como podemos observar, Mateo Gil ha ido bebiendo de diversos géneros, que ha adaptado a su manera y estilo, y de este modo su carrera siempre ha llamado la atención (con resultados desiguales) en los últimos veinte años. Su última película, Las leyes de la termodinámica, logra justamente eso, que nos interese saber qué ha hecho con un género tan popular como el de la comedia romántica.

Canciones para el nuevo día (2457/1686): "Under My Thumb"

The Rolling Stones - Under My Thumb


Disco: Aftermath (1966)

22 de abril de 2018

Crítica de cine: Un lugar tranquilo, de John Krasinski

Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.

Para cuando acabe 2018 y llegue ese momento en el que los críticos y aficionados elaboran sus listas sobre las mejores películas del año, sospecho que Un lugar tranquilo va estar no sólo incluida en esos listados sino en un puesto muy destacado. Y es que esta película, con un presupuesto más bien modesto (unos 17 millones de dólares que, en términos hollywoodienses, es casi calderilla) pero con unas ganancias (en sus primeras dos semanas), que multiplican por diez cada dólar invertido, puede convertirse (si es que no lo está haciendo ya) en uno de los filmes más comentados este año. La respuesta en el mercado estadounidense ha sido entusiasta, tanto por parte de la crítica como de un público que ha acudido en masa a las salas de cine; y es algo digno de elogio en estos tiempos en los que todo parece “más de lo mismo”, y más en un género como el terror post-apocalíptico cada vez más cultivado. Por ello, hay que destacar positivamente que este filme aporte un soplo de aire fresco y algunas ideas muy originales, aunque luego la puesta en escena sea muy convencional. Pero,” tiquismiqueces” al margen, en la balanza de las virtudes y los deméritos, se decanta claramente su peso hacia el lado de las virtudes.