5 de marzo de 2013

14 de febrero de 2013

13 de febrero de 2013

Canciones para el nuevo día (1103/331): "Impossible Dream"

Musicals Week (III):
Brian Stokes Mitchell - The Impossible Dream




Disco: The Man of La Mancha -- Broadway Revival Cast - soundtrack (2002)

Man of La Mancha

12 de febrero de 2013

Canciones para el nuevo día (1102/330): "I Dreamed a Dream"

Musicals Week (II):
Anne Hathaway - I Dreamed a Dream 



Disco: Les Misérables: Highlights from the Motion Picture - soundtrack (2012)


Les Misérables: Highlights from the Motion Picture

7 de febrero de 2013

Reseña de La doctrina del shock: el auge del capitalismo del desastre, de Naomi Klein

«Sólo una crisis –real o percibida– da lugar a un cambio verdadero. Cuando esa crisis tiene lugar, las acciones que se llevan a cabo dependen de las ideas que flotan en el ambiente. Creo que ésa ha de ser nuestra función básica: desarrollar alternativas a las políticas existentes, para mantenerlas vivas y activas hasta que lo políticamente imposible se vuelva políticamente inevitable.»Milton Friedman, Capitalismo y libertad (1962)

Milton Friedman (1912-2006) murió un año después del desastre del Katrina en Nueva Orleáns, una catástrofe no imprevista ni inevitable que sacudió a la gran superpotencia norteamericana, el primer país del mundo, un lugar donde parecía que algo como aquello podía ocurrir. Pero ocurrió y fue un shock. Un shock posterior a una grave crisis, una de esas crisis que Friedman creía que podían ser «una oportunidad» para hacer tabula rasa y empezar de nuevo. ¿Empezar qué? Empezar un liberalismo económico liberado de las trabas que el Estado keynesiano posterior a 1929 había creado para poner coto al libre mercado salvaje. Pero el Katrina no fue sino una de las más recientes crisis que se han sufrido en el mundo contemporáneo. Como denuncia la canadiense Naomi Klein (n. 1970), desde el golpe de estado de Pinochet en Chile, en 1973, se han venido sucediendo crisis y estados de shock constante, en las cuales el liberalismo económico a ultranza (o neoliberalismo, o neoconservadurismo), «oportunidades» de oro para destruir el Estado del bienestar, para seguir los postulados de la Escuela de Chicago (de la que Friedman fue el principal gurú) y para crear un nuevo mundo, una tabula rasa, en la que, consciente o inconscientemente, millones de personas pagaron los platos rotos.