4 de julio de 2012

Crítica de cine: Camino, de Javier Fesser

[19-X-2008]

Una película como ésta no puede dejar indiferente a nadie: muchos la odiarán, a otros les servirá para reafirmar sus creencias y opiniones, bastantes directamente no la verán. Es una película que se puede resumir en una palabra: horroriza.

Javier Fesser aborda en esta película una historia inspirada en hechos reales, pero cambiando nombres y situaciones: la historia de una niña que actualmente está en un proceso de beatificación. Tras películas como El milagro de P. Tinto y La gran aventura de Mortadelo y Filemón uno podría esperarse que el director seguiría por esa línea de fantasía y cierto surrealismo. Pero no: asume el guión y la dirección de un proyecto condenado a ser polémico, y en el que un cierto estilismo fantástico, marca de la casa, también tiene un papel importante, por no hablar de los malentendidos y las dobles verdades: vean la película y sabrán a qué me refiero con esto último. 

Canciones para el nuevo día (943/171): "Satan Your Kingdom Must Come Down"

Robert Plant & Band of Joy - Satan Your Kingdom Must Come Down



Disco:Band of Joy (2010)

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/en/7/7e/Band_of_joy.jpg

20 de junio de 2012

Reseña de Antonio y Cleopatra, de Colleen McCullough


Cuando se publicó la traducción castellana de Antonio y  Cleopatra en el otoño de 2008, comenté en otra reseña que no creía a Colleen McCullough cuando dijo al final del 6º volumen que si no terminaba tras Filipos, no lo haría nunca. Bien, en cierto modo pienso de modo parecido, aunque menos categóricamente. Cuando no pude esperar a la traducción y leí este 7º volumen en inglés, recién publicado en el Reino Unido, un año atrás, me llamó la atención que, faltando a su costumbre al final de cada toma, la autora no hubiera incluido una nota. Y quizá no lo hizo porque este tomo final no era lo que ella hubiera querido; posiblemente fue un encargo editorial, que la presionó, cinco años después de la publicación del 6º volumen, para que terminara la saga como, en teoría, debía acabar: con la victoria final de un solo hombre, Cayo Julio César Octaviano, o, mejor dicho, Imperator Caesar Divi Filius. Posiblemente para Colleen McCullough el final de El caballo de César, con la cabeza de Bruto hundiéndose en el fondo del mar Adriático, era el final lógico de una saga en la que asesinado el héroe, unas trescientas páginas atrás, con un panorama diferente y con la desaparición de todo un elenco de personajes, su aventura literaria había finalizado. Seis volúmenes, casi cinco mil páginas, un repaso a la historia romana entre los años 110 y 42 a.C., tres generaciones reconstruidas,… era suficiente. Pero faltaba el epílogo que el lector siempre busca, el final auténtico de la historia: la restauración en falso del sistema republicano y la virtual entronización de Augusto el autócrata, el único autócrata.