En el tercer episodio de la tercera temporada de
Los Simpson (FOX: 1988-), titulado “Cuando Ned Flanders fracasó”, el protagonista de la serie, que siempre le ha tenido ojeriza a su «vecinillo», fantasea con el fracaso de la tienda para zurdos que éste ha abierto en el centro comercial de Springfield: primero lo imagina andrajoso y con los bolsillos vacíos, después llorando ante su negocio cerrado y finalmente ve una tumba con su nombre; en ese momento se dice a sí mismo que su deleite es excesivo (too far, en el original) y vuelve a la imagen de Flanders lamentándose ante la persiana de su negocio arruinado (
secuencia en YouTube). Se complace maliciosamente –pues esa es la definición que da el
Diccionario de la RAE para «regodearse»–, pero sin pasarse demasiado; a fin de cuentas, tampoco es plan de desearle la muerte a nadie, pero si a esa persona le pasa alguna pequeña desgracia, pues, oye, no hay mal que por bien no venga y además me alegra el día.