30 de diciembre de 2014

2014 (y III): un año de series de TV

2014 ha sido un año intenso en series. Empezamos con el retorno de Sherlock (BBC, 3ª temporada), continuamos con el fenómeno del año, True Detective (HBO), y la llegada de nuevas temporadas de The Americans (FX) Hannibal (NBC, en esa cadena en abierto..) y House of Cards (Netflix). A principios de primavera nos sorprendieron muy gratamente con Fargo (FX), si no el fenómeno desde luego una de las series (o LA serie) del año. Abril fue el inicio de la despedida de Mad Men y los constantes WTF de la 4ª temporada de Game of Thrones, y nos sorprendió (también favorablemente), otro estreno: Penny Dreadful (Showtime). También llegaron las segundas temporadas de Orange is the New Black (Netflix) y Orphan Black (BBC America). El verano fue también para Showtime (segundas temporadas de Masters of Sex y Ray Donovan), la BBC (The Honourable Woman, Our World War) y otra de las series destacadas: The Knick (Cinemax). Y en otoño, el regreso y a lo grande de American Horror Story: Freak Show (FX) y el estreno de otras dos series destacadas: Transparent (Amazon Instant Video) y The Affair (Showtime). Terminaron series que no seguía (Sons of Anarchy, FX y Boardwalk Empire, HBO) y otras que sí veía y ya echo de menos (The Newsroom, HBO); y nos agradó, cuando esperábamos poco pero nos picaba la curiosidad, el reset de Homeland con su 4ª temporada (Showtime). Hubo decepciones esperadas (Gotham, FOX) y series que por aquí pasaron sin pena ni gloria (Gomorra, Sky) pero que tengo pendiente; y The Fall (BBC) siguió siendo un thriller policiaco de referencia con su 2ª temporada. Y esto en cuanto a temporadas cortas o miniseries (sin olvidarnos del especial navideño de Black Mirror, que lo ha petado, aunque en mi opinión no alcanza la excelencia de las dos primeras minitemporadas): en cuanto a las series de temporada larga en las networks en abierto se confirmó el éxito de Elementary y Nashville, la agonía de Glee, mi desinterés por The Good Wife y Scandal, mi no-pico-de-nuevo de The Following y Bates Motel, y el tirón que sigue teniendo The Blacklist (yo me aparqué pronto) y Agents of S.H.I.E.L.D. (no me interesó pasados unos pocos episodios de la primera temporada).

Canciones para el nuevo día (1592/821): "That's Amore"

Dean Martin - That's Amore



Disco: Dean Martin Sings (1953)


28 de diciembre de 2014

2014 (II): un año de libros





Respecto a las lecturas (en las que se mezclan el trabajo y el placer) de este 2014, la selección seguramente será corta ante una cosecha que supera el centenar de libros leídos. Mi ámbito de lectura, predominantemente, es el ensayo histórico (ya lo sabéis) y cada vez es menor el numero de novelas que leo: voy a tiro fijo, a autores que sé que me van a gustar o me va a interesar su prosa y estilo; desecho cada vez más la enorme masa bibliográfica (por no decir desperdicio de papel) del género de la novela histórica (adocenada, reiterativa, cansina y falta de auténtico talento en muchos casos).

27 de diciembre de 2014

2014 (I): un año de cine


2014 ha sido un buen año de cine. Con menos blockbusters de calidad (palabras que no siempre suelen coincidir), más cine español (y realmente bueno), más cine europeo, más cine intimista y personal, películas de autor... Un año en el que el 21% de IVA sigue siendo una losa... pero personalmente hacía como cinco o seis años que no iba tanto a una sala de cine. Echando mano de descuentos, cupones de fidelización, promociones y ofertas, puede irse al cine... escogiendo, desde luego.

26 de diciembre de 2014

20 de diciembre de 2014

Crítica de cine: Mr. Turner, de Mike Leigh

Quizá Mike Leigh sea uno de los directores británicos de cine (y teatro, que fuera del Reino Unido se nos escapa) más interesantes de las últimas décadas. Su cine no es fácil ni se podría incluso decir que sea "entretenido" (si por tal entendemos "cine de palomitas"), pero es enormemente sensible. Sus dramas contemporáneos, con personajes atormentados, una mirada a las clases medias-bajas y una pátina de pesimismo vital en el que brota tímidamente la esperanza pueden espantar a espectadores que simplemente buscan evasión en una sala de cine. Secretos y mentiras (1996), quizá su mejor película (y una de mis favoritas), es una magnífica aproximación a una familia que, tras esos secretos y mentiras del título, buscan la felicidad y la redención por encima de todo; ideas que plantearía de nuevo en Todo o nada (2002), duro drama familiar y social que ahondaba aún más en esa aproximación al lumpen y a la desesperación. Con Mr. Turner, Leigh se aparta de sus temas habituales para acercarse a un drama histórico, un biopic peculiar y (gracias sean dadas) diferente: los últimos 25 años de vida (y obra) de John Mallord William Turner (1775-1851), el "pintor de la luz", el hombre que prefiguró en tierras británicas, y dentro del Romanticismo, la llegada del Impresionismo. Un pintor excéntrico, desagradable, obsesionado por la naturaleza y el modo en el que ésta cambia, por sus efectos en la humanidad, por la luz, por encima de todo. "El Sol es Dios", clamó antes de morir, apagándose su propia luz.