En este año de conmemoración del centenario del
estallido de la Primera Guerra Mundial, los libros se multiplican. Qué
os voy a contar a los que sois aficionados a la Historia y leéis sobre
el tema. No sólo la masa bibliográfica de obras generales y de episodios
determinados se amplía a cada mes que pasa (¿habrá más hasta llegar a
fin de año?), sino que incluso sobre España y la Gran Guerra se publican
diversos libros (muy interesantes); por ahora he contado cuatro
(Alianza Editorial, Galaxia Gutenberg, Cátedra y Akal). Cuando pienso en
la práctica imposibilidad de leer todo lo que se publica sobre este
tema me viene a la cabeza la programación especial que la BBC dedica a
recordar el centenario desde este 2014 (ya han empezad con un par de
series y documentales) y que llegará ¡a 2018!, con un interludio en 2016
para recordar el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare
(otra fecha a recordar). Y pienso también que en 2017 será el centenario
de la Revolución de Octubre en Rusia… Y en este 2014, que en tierras
catalanas conmemoramos otro centenario (y ya sabéis cuál), dejamos de
lado el bimilenario de Augusto, los doscientos años del Congreso de
Viena, sin olvidarnos del 75º aniversario del final de la Guerra Civil,
el centenario de la Mancomunidad de Cataluña… Saturación es la palabra
que siento cuando observo esa masa bibliográfica sobre la Gran Guerra; y
eso que apenas he leído el libro de Margaret Macmillan, el de Eduardo
González Calleja y Paul Aubert sobre España y el conflicto… y ahora el
libro de Álvaro Lozano, La Gran Guerra (1914-1918) (Marcial Pons, 2014), otra obra general…
que sin embargo considero muy recomendable.
31 de mayo de 2014
30 de mayo de 2014
29 de mayo de 2014
28 de mayo de 2014
27 de mayo de 2014
26 de mayo de 2014
Crítica de cine: A 20 pasos de la fama, de Morgan Neville
En un concierto, en la grabación de un disco, en la música en general, desde los años sesenta del pasado siglo XX y hasta la actualidad, las y los backup singers (o background singers), es decir, las y los coristas son una pieza esencial; quizá ahora no tanto, y especialmente en tiempos en los que la música, ya sea en vivo o en discos grabados, no pase por sus mejores momentos comerciales. Y quizá ahora oigamos hablar menos del coro que acompaña a un artista, que graba discos con él, que le acompaña musicalmente, que consigue que su música llegue a cotas de popularidad y excelencia. Con este documental, ganador del Oscar en este 2014 (y recogiendo el testigo de otra pieza documental, Searching for Sugar Man), el periodista musical Morgan Neville nos acerca a un mundo de personas, artistas de la cabeza a los pies, que en muchas ocasiones oímos pero en los que pocas veces nos fijamos. Y lo hace con un excelente documental de hora y media, A 20 pasos de la fama, que desde ya recomiendo muy encarecidamente; sobre todo si se es amante de la buena música, la que no pasa de moda, la que ha dado forja a la industria musical que a menudo deja de lado a esos peones esenciales en la partida de ajedrez musical.
23 de mayo de 2014
Lo que sólo Daenerys ha visto: una pincelada en torno a los desnudos en Game of Thrones
Muchas veces una charla en petit comité puede llevar a
reflexionar un poco sobre algunas cuestiones que tienes en la cabeza y de
las que, a poco que pienses en ellas, comienzan a surgir ideas, matices y
conclusiones. Una de ellas es la desnudez en Game of Thrones; una
entrevista-charla con unas alumnas de Comunicación Audiovisual de la
Universitat Pompeu Fabra te lleva a reflexionar en voz alta sobre la
desnudez masculina y/o femenina, en las diferencias respectivas, en lo
que significa en sí y en lo que subyace detrás de mostrar un cuerpo más o
menos desnudo en pantalla. Game of Thrones puede permitirse el lujo de
ser una serie generosa con el desnudo: primero por el perfil de una
cadena como HBO (en Showtime o Starz sería lo mismo), y después porque
básicamente el contenido erótico forma parte del
ADN literario de la saga: las novelas de George R.R. Martin son
sexualmente muy explícitas, juegan con los roles sexuales desde el
primer momento y le dan un significado real a plantear las secuencias
sobre sexo en el papel. La serie convierte en necesarias las muchas
secuencias de personajes parcial o totalmente desnudos, ya sea de frente
o de espaldas. La cuestión quizá sea matizar en cuanto qué diferencias
hay en cuanto a mostrar un desnudo integral femenino y uno masculino. Y
la respuesta es evidente, de entrada: difícilmente veremos muchas
secuencias de desnudos masculinos integrales (algunas hemos visto… pero
ya hace un par o tres de temporadas), mientras que el desnudo femenino
completo (aunque también perfectamente encuadrado y “photoshopeado”) se
repetirá a menudo.
Crítica de cine: Hermosa juventud, de Jaime Rosales
Anoche fui invitado a una "sesión a ciegas". La película era Hermosa juventud de Jaime
Rosales, presentada estos días en el Festival de Cine de Cannes dentro
de la sección "Una cierta mirada". Hablar de Jaime Rosales es hablar de
un cine comprometido socialmente, aunque sin populismos ni demagogias, y
alejado de las multisalas (aunque, con la desaparición de los cines a
la antigua usanza, también acabe siendo su espacio, aunque diría que lo
será en los complejos de versión original). Un cine que no busca
"entretener" sin más sino inducir a la reflexión y mostrar a personajes
en situaciones cotidianas; un acercamiento del objetivo de la cámara a
esa cotidianeidad, pero también a los silencios que a menudo la
acompañan (fuera de la aparatosa sonoridad de mastodónticas películas
palomiteras), a planos fijos (y subjetivos) en los que no sucede "nada"
pero que ambientan un momento, a diálogos en ocasiones escasos, a
actitudes de gente normal... o quizá no tanto (Las horas del día, su ópera prima, sobre un asesino en serie en Barcelona, por ejemplo; o Tiro en la cabeza, una película que no buscaba la polémica pero ponía el acento en las actitudes humanas). La soledad
fue la gran sorpresa de los Premios Goya 2008, llevándose el premio
grande una película que estaba a años luz de lo que habitualmente se
premia, alejada de la comercialidad per se y únicamente per se, y con un
desarrollo narrativo interesante, con el juego de pantallas y los
silencios a los que en cierto modo nos tiene acostumbrados. A falta de
haber visto Sueño y silencio, su anterior propuesta, ayer pude contemplar esta Hermosa juventud, que llega a las salas de cine el próximo 30 de mayo.
Canciones para el nuevo día (1435/664): "You Only Live Twice"
James Bond Opening Songs Week (y V):
Nancy Sinatra - You Only Live Twice
22 de mayo de 2014
21 de mayo de 2014
Canciones para el nuevo día (1433/662): "Nobody Does It Better"
James Bond Opening Songs Week (III):
Carly Simon - Nobody Does It Better
Disco: The Spy Who Loved Me (1977)
20 de mayo de 2014
Canciones para el nuevo día (1432/661): "A View to a Kill"
James Bond Opening Songs Week (II):
Duran Duran - A View to a Kill
Disco: A View to a Kill - soundtrack (1985)
19 de mayo de 2014
Canciones para el nuevo día (1431/660): "Licence To Kill"
James Bond Opening Songs Week (I):
Gladys Knight - Licence To Kill
Disco: Licence To Kill - soundtrack (1989)
18 de mayo de 2014
Crítica de cine: 10.000 km, de Carlos Marques-Marcet
"Tú no quieres estar conmigo, quieres que yo esté contigo".
Esta es una historia de nuestro tiempo. Así ha definido el director Carlos Marques-Marcet a su película en la promoción de las últimas semanas, y lo reiteró en la sala de cine a la que acudí ayer por la tarde-noche, y en la que estaba presente junto a uno de los dos actores protagonistas, David Verdaguer (un plus para ir a una sala de cine: que el equipo de la película esté allí para poder charlar un rato sobre lo que acabamos de ver). Una película que en muchos sentidos no sería igual si no tuviera ese cuadro visual: el juego de pantallas en los ordenadores portátiles, la impronta de la tecnología para visualizar una relación a distancia. Hace años se habría hecho con cartas, después con el e-mail como elemento de comunicación; ahora podemos mantener esa relación vía Skype, pero ¿es posible que en una era tecnificada, con móviles de última generación y aplicaciones diversas, la distancia no sea el olvido? 10.000 km nos acerca a preguntas como esa y al mismo tiempo muestra la erosión de una pareja. Y todo en formato 2.0 (o incluso 3.0).
Esta es una historia de nuestro tiempo. Así ha definido el director Carlos Marques-Marcet a su película en la promoción de las últimas semanas, y lo reiteró en la sala de cine a la que acudí ayer por la tarde-noche, y en la que estaba presente junto a uno de los dos actores protagonistas, David Verdaguer (un plus para ir a una sala de cine: que el equipo de la película esté allí para poder charlar un rato sobre lo que acabamos de ver). Una película que en muchos sentidos no sería igual si no tuviera ese cuadro visual: el juego de pantallas en los ordenadores portátiles, la impronta de la tecnología para visualizar una relación a distancia. Hace años se habría hecho con cartas, después con el e-mail como elemento de comunicación; ahora podemos mantener esa relación vía Skype, pero ¿es posible que en una era tecnificada, con móviles de última generación y aplicaciones diversas, la distancia no sea el olvido? 10.000 km nos acerca a preguntas como esa y al mismo tiempo muestra la erosión de una pareja. Y todo en formato 2.0 (o incluso 3.0).
16 de mayo de 2014
15 de mayo de 2014
14 de mayo de 2014
Garrett Walker o el rey desnudo en House of Cards
Quizá uno de los aspectos más interesantes de la
segunda temporada de House of Cards –o, mejor dicho, la segunda parte de
la primera, pues en realidad es una macrotemporada de 26 episodios
dividida en dos tandas– sea la mirada sobre la presidencia de Garrett
Walker (Michel Gill). La serie de Beau Willimon, remake USA de la serie
británica de los primeros años 90 (y a su vez basada en las novelas de
Michael Dobbs), tiene a Frank Underwood (Kevin Spacey) como protagonista
prácticamente omnipresente, con esa pose a lo Ricardo III dirigiéndose
al espectador, rompiendo la cuarta a la pared y permitiendo que
conozcamos de primera mano qué piensa en cada momento; una idea que ya
era presente en la serie británica y en la que Ian Richardson tenía una
presencia escénica más intensa aún que la de Spacey. Lo interesante de
la versión estadounidense es la apertura del objetivo hacia otros
personajes y situaciones, de manera lógica, por otro lado: la
omnipresencia del primer ministro en el Reino Unido y del nº 10 de Downing Street
como centro de poder, en muchas ocasiones por delante del Parlamento de
Westminster, es relativa en el caso norteamericano por el propio
funcionamiento de la vida política, con un Capitolio (Cámara de
Representantes y Senado) que ejerce un contrapeso efectivo a la acción
ejecutiva de la Casa Blanca… hasta el punto de que el obstruccionismo de
proyectos de leyes es algo habitual en el Congreso, frustrando los
programas de los presidentes y estableciéndose una lucha feroz en la que
los líderes de la mayoría (republicana o demócrata) parlamentaria deben
sacar los machetes y desbrozar su camino con toda la fuerza de la que
sean capaces. Algo a lo que Underwood, el House Majority Whip de la
primera temporada (y durante varias legislaturas) está más que
acostumbrado… aunque en la segunda, al alcanzar el cargo de
vicepresidente, delegará con resultados desiguales para sus propias
ambiciones… y la Administración Walker.
Canciones para el nuevo día (1428/657): "El secreto de las tortugas"
Maldita Nerea & Delinqüentes - El secreto de las tortugas
Disco: Es un secreto...no se lo digas a nadie (2009)
13 de mayo de 2014
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