5 de agosto de 2019
3 de agosto de 2019
Crítica de cine: Rojo, de Benjamín Naishtat
Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
Hay ocasiones (y no son pocas) en que uno siente envidia del cine argentino por mostrar, con más o menos tapujos, episodios espinosos de su historia, en este caso la asonada de 1976 que dio paso a la dictadura militar que se mantendría hasta 1983. Un caso (de muchos) es Roma –no confundir con la reciente (y magnífica) película mexicana de Alfonso Cuarón–, filme de Adolfo Aristarain (2004), que nos situaba en la juventud de un futuro escritor en aquel país en las décadas de los años sesenta y setenta. Sobre las consecuencias del gobierno de la Junta Militar, y las desapariciones, me viene también a la cabeza Kamchatka (Marcelo Piñeyro, 2002). Y, desde este lado del charco, mencionaría también Los condenados (Isaki Lacuesta, 2009), que indaga en el concepto de la memoria histórica en relación con aquel luctuoso capítulo de la historia argentina (y que, en cierto modo, simboliza el de otros países hispanoamericanos en aquella época). Desde aproximaciones muy diferentes, estos tres filmes (espolón de proa de muchos más, desde luego) indagan en el camino que condujo al golpe de estado de marzo de 1976. De otra manera lo hace Benjamín Naishtat con Rojo, presentada en la edición de 2018 del Festival de Cine de San Sebastián y que, con cierto retraso, llega a las salas españolas.
2 de agosto de 2019
Canciones para el nuevo día (2790/2009): "This Guitar (Can't Keep From Crying)"
George Harrison - This Guitar (Can't Keep From Crying)
1 de agosto de 2019
31 de julio de 2019
Reseña de Nein! Standing Up to Hitler 1935-1944, de Paddy Ashdown, con la colaboración de Sylvie Young
Nota: la lectura de este libro se realizó en noviembre de 2018.
Cuando hace algo más de un año tuve noticias de este libro, Nein! Standing Up to Hitler 1935-1944 (William Collins, 2018). buscando entre las novedades que Amazon UK anunciaba para aquel otoño, me picó la curiosidad. Al principio pensé que sería «otro» libro sobre el atentado de Stauffenberg contra Hitler en julio de 1944; y al leer los primeros capítulos, en los que se presenta a los tres grandes protagonistas de este libro (son muchos los actores que participan, pero estos tres siempre están presentes a lo largo de sus páginas), es decir, Carl Goerdeler, Ludwig Beck y Wilhelm Canaris, mis impresiones iniciales se enfriaron aún más. Sobre Canaris, el almirante y director de la Abwehr, el servicio de inteligencia militar alemán, entre 1935 y 1944, se ha escrito mucho en particular —en castellano, por ejemplo, contamos con El enigma del almirante Canaris: historia del jefe de los espías de Hitler de Richard Bassett (Crítica, 2006; original en inglés de 2005)—; Beck y Goerdeler, el militar retirado y quien fuera alcalde de Leipzig hasta 1935, respectivamente, aparecen habitualmente en obras diversas sobre el Reich nazi. “Temí” pues, que el libro de Ashdown fuera más de lo mismo en relación con un tema como el del nazismo que, reconozcámoslo, “vende” mucho. Pero al cabo de apenas cien páginas ya estaba atrapado por una obra que, reconoce el autor, no aporta nada radicalmente nuevo, pero (afirmamos) lo cuenta todo muy bien.
30 de julio de 2019
29 de julio de 2019
28 de julio de 2019
Crítica de cine: La mirada de Orson Welles , de Mark Cousins
Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
¿Qué diría Orson Welles si supiera que después de su muerte Estados Unidos tuvo un presidente negro y que ahora se sienta en el Despacho Oval otro que se cree Charles Foster Kane? ¿Qué diría ante elementos de la tecnología, cámaras y teléfonos móviles, que permiten hacer películas con una facilidad inimaginable en su época? ¿Qué diría quien siempre tuvo una fascinación por la imagen al respecto de que la vida es cada vez más visual en estos tiempos actuales? ¿Qué diría ante Internet, la “magia negra” moderna, y qué películas habría rodado al respecto? ¿Cómo, en última instancia, vería ahora el mundo Orson Welles? Son algunas preguntas que Mark Cousins se plantea –y que le plantea directamente al propio personaje– al inicio de La mirada de Orson Welles, documental presentado en el Festival de Cannes de 2018 y que, por fin, llega a nuestras salas; cierto que en muy pocas, de hecho: en Barcelona sólo se emite en una de las salas de los cines Verdi). Un documental que llega en un momento dulce en cuanto al género y a "miradas" de cine: al que sobre Ingmar Bergman presenta y codirige Margarethe von Trotta, y que se estrenó hace una semana, añadiremos, el próximo 2 de agosto, el que Peter Bogdanovich ha realizado sobre Buster Keaton... y que comentaremos en su momento.
26 de julio de 2019
25 de julio de 2019
24 de julio de 2019
23 de julio de 2019
Crítica de cine: Entendiendo a Ingmar Bergman, de Margarethe von Trotta, Felix Moeller y Bettina Böhler
Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
Ingmar Bergman (1918-2007) es EL director de cine sueco por antonomasia. Por supuesto, hubo un cine antes y después de él, y sobre todo durante su propia vida, y sería injusto obviar la obra de otros muchos cineastas del país escandinavo. Cierto es que, si le preguntamos al común de los mortales con cierta curiosidad por el cine, su nombre sería el primero que le vendría a la cabeza al respecto de cineastas suecos. “Sí, hombre, el de El séptimo sello, la partida de ajedrez con la muerte, ¡esa la ponían mucho en el cine club de la facu!”, dirían muchos, “¡Fresas salvajes!”, responderían otros. “¡El manantial de la doncella!”, sugeriría alguien. “¡Fanny y Alexander, que antes la ponían mucho por televisión!”, terciaría alguien. “¡Persona! ¡Cómo no podéis mencionar Persona!”, se rasgaría alguno las vestiduras. La disputa, hasta cierto punto gafapasta, quizá acabaría con un duelo a las doce junto a los Carmelitas Descalzos, o puede que a la una detrás del Luxemburgo, si la cosa va muy apurada. Sea como fuere, Ingmar Bergman fue uno de los grandes cineastas de la historia (ganador de tres Oscars en la categoría de mejor película de habla no inglesa y varias nominaciones más en la dirección y el guion original), y su obra ha influido en otros tantos, realizando también una notable carrera como director de teatro, su otra gran pasión. Cine y teatro formaban parte de un mismo todo para Bergman y nutrieron una vida que, en lo personal, también fue compleja: casado en cinco ocasiones, mantuvo también largas relaciones con algunas de las actrices habituales de sus películas (Liv Ullmann y Bibi Andersson, por ejemplo), y tuvo nueve hijos. La vida y la obra de Bergman merecían no uno, sino muchos documentales.
22 de julio de 2019
19 de julio de 2019
18 de julio de 2019
17 de julio de 2019
Crítica de Apolo 11, de Todd Miller
Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
El 16 de julio de 1969, a las 9:32 hora de Houston (13:32 horas UTC), la misión Apollo 11 despegó desde la plataforma 39 del centro espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Un millón de personas, aproximadamente, se habían trasladado a la zona y, a varios kilómetros de distancia, observaron el lanzamiento de la nave formada por el módulo de mando (Columbia), en el que viajaban los tres astronautas de la misión –el comandante de la misión Neil Armstrong, el piloto del módulo de mando Michael Collins y el piloto del módulo lunar (Eagle) Edwin E. “Buzz” Aldrin–, el módulo de servicio, el citado módulo lunar y el cohete Saturn V (que constaba de tres fases), el cohete más potente de la historia y equivalente a 180 millones de caballos de vapor. El conjunto de la nave, de 111 metros de altura y casi 3.000 toneladas de peso, se elevó sin problemas; tres minutos después se desprendió la primera fase del cohete y se encendió la segunda; a los nueve minutos del despegue se separó esta segunda fase y se produjo la ignición de la tercera; a los once minutos (9:43 horas) se apagaron el motor de la tercera fase y la nave entró en la órbita terrestre, donde se mantuvo durante dos horas y media (y realizó dos vueltas al planeta), tiempo necesario para comprobar que todos los sistemas funcionaban a la perfección. A las dos horas y cuarenta cinco minutos del despegue (12:22 horas), la nave encendió el motor de la tercera fase del Saturn V y mantuvo la ignición durante seis minutos para poder establecer la trayectoria correcta hacia la Luna. Todo salió según lo previsto y se realizó la maniobra de transposición: el Apollo 11 se liberó de la tercera fase del Saturn V, giró sobre sí mismo y se acopló al módulo lunar en forma de araña y que previamente se había sacado de su “envoltorio” (operación que habremos visto en películas como Apollo 13 [Ron Howard, 1995], por ejemplo), entre las 13:01 y las 13.49 horas. El Apollo 11 abandonó la órbita terrestre e inició un viaje de tres días hasta la Luna, a 380.000 kilómetros de distancia.
16 de julio de 2019
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