Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
¿Se están estrenando blockbusters por encima de nuestras posibilidades? Esta pregunta me la hice hace un par de días tras el pase de prensa de Men in Black: International. Repasemos el calendario: Glass (estrenada en enero), Alita: ángel de combate (febrero), Capitana Marvel (marzo), ¡Shazam! y Vengadores: Endgame (5 y 26 de abril, respectivamente), Aladdin (24 de mayo), X-Men: Fénix Oscura (7 de junio), Men in Black; International (14 de junio), Toy Story 4 (llegará el 21 de junio), Spider-Man: lejos de casa (5 de julio)… y lo que llegará en la segunda mitad del año. A estas alturas uno acaba agotado y con una saturación que, además, no permite un período de tiempo mínimo para digerir lo que se ha visto. Hace diez años, gran parte de esos blockbusters, con una promoción de semanas, por no decir meses, se habrían estrenado a lo largo de todo un año. Ahora salimos de uno de esos bombazos cinematográficos y prácticamente nos metemos en otro, y la máquina sigue en danza para seguir produciendo más y más películas que permitan que la cadena de montaje no se detenga y se sacien las exigencias (!) de un (segmento determinado del) público que (teóricamente) quiere más y más películas de este estilo. Pero, ¿realmente lo quiere, lo necesita y lo digiere?