7 de julio de 2017

Crítica de cine: Llega de noche, de Trey Edward Shults

Esta crítica se publicó previamente en Fantasymundo.  

Quien esto escribe no es un seguidor del cine de terror en sus múltiples variantes. Reconoce los códigos del género, pero suelen dejarle frío; incluso los momentos de mayor yuyu a menudo le provocan la risa, mientras que suele estremecerse de pavor con cosas más mundanas. Pero le picó la curiosidad cuando tuvo noticias del estreno de esta película y se dijo “¿por qué no?”. A priori, se me dirá, esta no es una película estrictamente “de miedo” (uno podría responder que se le proporcione una definición al uso); si acaso, terror psicológico, alejado del slasher de toda la vida, y que últimamente parece vivir buenos tiempos. El horror a lo que no se puede ver pero se siente en cada poro de la piel y en cada pelo erizado. Llega de noche llega, valga la redundancia, a las salas de cine este verano con la intención de que sintamos un miedo por algo que no existe realmente o que se nutre de otros temores más primarios: el horror a una enfermedad contagiosa y letal, a que alguien entre en el sanctasanctórum de nuestro hogar y nos quiera hacer daño. Y con esos mimbres Trey Edward Shults construye un filme que funciona muy bien por la eficaz simplicidad de sus ingredientes.

Canciones para el nuevo día (2250/1479): "The Only Living Boy In New York"

Simon & Garfunkel - The Only Living Boy In New York

Disco: Bridge over Troubled Water (1970)

 

3 de julio de 2017

Reseña de El clan Wagner, de Jonathan Carr

«No podemos suprimir sin más ni más el capítulo oscuro de la historia alemana y de la historia de Bayreuth. En efecto, estoy convencido de que las lecciones que tenemos que extraer de ello son incluso más importantes que lo que Wagner quisiera decirnos en sus obras. Hemos aprendido a desconfiar de las doctrinas absolutistas de la salvación, tanto si vienen de la derecha como si vienen de la izquierda o si provienen de Bayreuth. Hemos aprendido que someterse incondicionalmente a un hombre, a una obra o a una nación es algo que irremediablemente nos conduce al abismo».
Walter Scheel, presidente de Alemania, 23 de julio de 1976, en ocasión del centenario del festival de Bayreuth. 
Entre los libros publicados en 2009, uno de los que más me llamó la atención fue esta monografía de Jonathan Carr (1942-2008), El clan Wagner (Turner), sobre la familia del Maestro de Bayreuth. Un libro que, de entrada, escapa a lo que podría ser algo tópico y archisabido sobre la influencia de la música de Wagner en el nazismo en general y en Hitler en particular. Un libro que no sólo trata de la música de Wagner, del festival de Bayreuth, de los tejemanejes de la peculiar familia del compositor (considerados, grosso modo, como algo parecido a lo que son los Kennedy en los Estados Unidos). Un libro que no se reduce a remarcar las vinculaciones de los Wagner con el nazismo y el antisemitismo. Se trata de un libro que es todo eso y mucho más. 

Canciones para el nuevo día (2246/1475): "Otherside"

Red Hot Chili Peppers - Otherside

Disco: Californication (1999) 

30 de junio de 2017

Crítica de cine: Los últimos días del artista: Afterimage, de Andrzej Wajda

El director de cine polaco Andrzej Wajda falleció en octubre de 2016 a los 90 años de edad y con su muerte desaparecía uno de los exponentes de la Escuela Nacional de Cine y Teatro de Łódź, que desde su fundación en 1948 ha contado con miembros tan egregios como Krzysztof Kieślowski y Roman Polanski, entre otros. Quizá hoy en día la obra de Wajda sea poco conocida entre el público que asiste a una sala de cine, pero los que ya peinamos algunas canas recordamos películas suyas como Danton (1983), con Gérard Depardieu en la piel del revolucionario francés, y más recientemente Katyn (2007), que recreó la matanza de miles de oficiales del Ejército polaco en 1940, tras la ocupación de la mitad oriental del país por parte de la URSS (de acuerdo con el pacto que estableciera este país con la Alemania nazi a finales de agosto de 1939). A lo largo de su carrera, tres de sus películas fueron nominadas al premio Oscar a la mejor película de habla no inglesa (Katyn fue la última) y en el año 2000 recibió un Óscar honorífico por su carrera, pero el cine de Wajda fue apreciado especialmente en Europa (son numerosos los premios que ha recibido en el Viejo Continente). La suya era una manera de hacer cine “diferente” a la hollywoodiense, “artesanal” e incluso ahondando en lo alegórico y lo simbólico; de este modo se comprometió desde sus primeras películas y hasta prácticamente su muerte por recrear la historia de Polonia desde una óptica muy personal. Sin duda, Los últimos días del artista: Afterimage es una buena muestra del tipo de cine que hacía Wajda y reconstruye el final de la vida de un artista: Władysław Strzemiński (1893-1952).

Canciones para el nuevo día (2245/1474): "How Bizarre"

OMC - How Bizarre

Disco: How Bizarre (1996) 

23 de junio de 2017

Reseña de El viajero accidental. Los primeros circunnavegadores en la era de los descubrimientos, de Harry Kelsey

El interés de los países occidentales por acaparar el comercio de las especias de las Indias, sin tener que pagar el peaje de los intermediarios otomanos y persas, estimuló desde finales del siglo XV los grandes viajes oceánicos en busca de una ruta directa hacia aquellas tierras lejanas: la costa de la India, los territorios que componían Indochina y, especialmente, el archipiélago malayo (Indonesia, Filipinas, Singapur, Malasia, Nueva Guinea…). La navegación a lo largo de la costa africana atlántica durante esa centuria (y antes) para encontrar un paso que llevara a la India fue alcanzando objetivos, al tiempo que se potenciaban otras rutas al interior de África por el oro y la trata de esclavos. El viaje del portugués Bartolomé Díaz (Bartolomeu Dias) logró doblar el Cabo de Buena Esperanza, en la punta sur africana, en 1488 e iniciaba los viajes que culminarían en 1497 con la expedición del también luso Vasco da Gama en 1497, siendo el primer europeo que logró realizar una ruta directa a la India. Entre medio, el genovés Cristóbal Colón, al servicio de la Corona castellana, se propuso alcanzar las Indias pero en camino inversamente opuesto al que realizaban los portugueses; y así, en octubre de 1492, alcanzó la isla de Guanahani (San Salvador) en las actuales Bahamas. En sus tres viajes posteriores, Colón no llegó a las Indias orientales, como bien sabemos, sino a un Nuevo Mundo para los europeos: América. La ocupación y colonización de América Central y gran parte de la del Sur en las décadas posteriores, con la conquista de los extensos territorios de aztecas (y sus vecinos) e incas, permitió a los españoles crear su propio imperio. Núñez de Balboa descubriría el océano Pacífico en 1513 y más adelante se crearían ciudades y puertos como Panamá y Acapulco, y los viajes desde la costa pacífica de América Central hacia Filipinas y China daría pie al “Galeón de Manila”, la ruta comercial que desde 1565 conectaría ambos lados del Pacífico. Pero nos estamos adelantando al dejarnos llevar por el recorrido de la historia: para entonces ya se habían descubierto los vientos que permitirían la ruta de regreso desde las Filipinas a la Nueva España; del mismo modo, el conocimiento de esas rutas transpacíficas hicieron innecesario un regreso desde Filipinas a Europa a través del océano Índico y bordeando el Cabo de Buena Esperanza, a la portuguesa. Se podría comerciar directamente desde Nueva España a Asia, y a la inversa. Como comenta Harry Kelsey en El viajero accidental. Los primeros circunnavegadores en la era de los descubrimientos (Pasado & Presente, 2017), «aquello marcó el fin de una era de circunnavegación fortuita: en adelante, quienes dieron la vuelta al mundo lo hicieron deliberadamente» (p. 182). 

Canciones para el nuevo día (2240/1469): "Got My Mind Set On You"

George Harrison - Got My Mind Set On You

Disco: Cloud Nine (1987) 

21 de junio de 2017

Reseña de Democracy: A Life, de Paul Cartledge

Quizá Democracy: A Life (Oxford University Press, 2016) sea el libro más ambicioso de Paul Cartledge, intelectualmente hablando: una historia de la democracia y, por derivación, de la historia griegas, que a su vez es una reflexión sobre las diferencias respecto al modelo democrático actual. Su análisis pivota sobre dos ejes: en primer lugar, la idea de que en la antigua Grecia no sólo hubo un modelo predominante de democracia (el más conocido), el ateniense, sino que deberíamos abrir el abanico a la “democracia” a modelos diversos en otras muchas póleis griegas; y en segundo lugar, la distinción que podemos establecer entre un ejercicio directo del poder por parte del pueblo –que sería lo que significaría realmente demokratía– en los tiempos antiguos (griegos) y la democracia representativa de los tiempos modernos. Estructurado en cinco “actos”, como una obra de teatro, el libro de Cartledge comienza con un repaso a las fuentes, tanto literarias como epigráficas, con un “guía” particular que es Aristóteles y dos de sus obras, Política y Constitución de los atenienses; un viaje a las fuentes en el que no pueden faltar Heródoto, Tucídides, Demóstenes, Esquines, Jenofonte y, por supuesto, Platón, entre otros. Al mismo tiempo se escogen unas cuantas leyes atenienses que han sobrevivido (sobre piedra), regulaciones y decretos.