7 de abril de 2017

Crítica de cine: Life, de Daniel Espinosa

Crítica publicada previamente en Fantasymundo.

Como bien sabemos, la ciencia-ficción enfocada a mirar más allá de nuestro mundo es un género recurrente en el cine y en los últimos años hemos asistido a buenas muestras de ella: la belleza y el peligro del vacío en Gravity (Alfonso Cuarón, 2013); la búsqueda de nuevos mundos que poblar ante la certeza del final de la Tierra en Interstellar (Christopher Nolan, 2014) o el contacto con una especie extraterrestre que llega a nuestro planeta en La llegada (Arrival) (Denis Villeneuve, 2016). Sobre este último aspecto, y como ya comentamos en la crítica correspondiente, Hollywood ha hecho muchas variaciones, con la dicotomía esencial entre el contacto amistoso y aquel más peliagudo, violento y… letal. En este último caso, apartándonos de los Independence Day de turno, en ocasiones el género espacial se mezcla con el thriller, el terror o incluso el gore. E inevitablemente el espectador potencial de esta película pensará en Alien: el octavo pasajero de Ridley Scott (1979) como espejo en el que se ha mirado Life del director sueco de origen chileno Daniel Espinosa. Y es que la odisea de la teniente Ripley y del bicho alienígena siempre está ahí, latente.

Canciones para el nuevo día (2185/1414): "La curva del Morrot"

Gato Pérez - La curva del Morrot

Disco: Romesco (1979)

 

31 de marzo de 2017

Crítica de cine: Mañana empieza todo, de Hugo Gélin

Crítica publicada previamente en Fantasymundo.

Desde Tres solteros y un biberón (Coline Serreau, 1985), cada cierto tiempo se realizan películas sobre padres que hasta entonces no les pasaba por la cabeza hacerse cargo de la crianza de un hijo o una hija. Son hombres egoístas, workaholics o simplemente inmaduros e irresponsables que de un día para otro se encuentran con un bebé en el felpudo ante la puerta de su casa y deben lidiar con una situación que les supera en todos los sentidos. De aquella película francesa –que tuvo una secuela en 2003–, Hollywood, siempre a la caza de historias que contar y adaptar a su propio imaginario, hizo un remake, Tres hombres y un bebé (Leonard Nimoy, 1987), que también tuvo su secuela unos pocos años después (Tres hombres y una pequeña dama, 1991). Por el camino llegaron películas con padres irresponsables al cuidado de adolescentes problemáticas, como Mi padre, mi héroe (Gérard Lauzier, 1991), con Gérard Depardieu al frente y que se prestó para interpretar el mismo papel en un remake en coproducción franco-estadounidense, Mi padre, ¡qué ligue! (Steve Miner, 1994), con una jovencísima Katherine Heigl en el rol de la despendolada chiquilla. Tuvimos a padres coraje como el que interpretó Roberto Benigni en La vida es bella (1999) o también el torturado progenitor en cuya piel se metió Will Smith en la película En busca de la felicidad (Gabriele Muccino, 2006), siendo el niño al que cuidar su propio hijo Jaden. Y he aquí que nos llega Mañana empieza todo (Hugo Gélin, 2016), con Omar Sy al frente como un niño grande al que le cae la responsabilidad de cuidar de una hija de la que ni sabía la existencia. Y curiosamente esta vez se trata de un remake francés de una película, No se aceptan devoluciones (Eugenio Derbez, 2013), de la que calca argumento adaptándolo a la realidad franco-británica. 

Canciones para el nuevo día (2180/1409): "Love Me Two Times"

The Doors - Love Me Two Times

 Disco: Strange Days (1967)

20 de marzo de 2017

Crítica de cine: Los Hollar, de John Krasinski

Crítica publicada previamente en Fantasymundo.

De tanto en tanto llegan a la gran pantalla dramedias de bajo-mediano presupuesto, y a menudo ligadas a un cierto espíritu “independiente”, que se alejan del ya sobado concepto de la comedia romántica (¿sigue vivo este subgénero o Katherine Heigl y Ashton Kutcher les dieron la estocada final?). Suelen ser historias con una cierta fórmula repetitiva en la que Chico/Chica Que Vive En La Gran Ciudad recibe una llamada que le hace volver al Pueblo o la Pequeña Ciudad en la que se crio por un asunto de familia. El Regreso Temporal, en medio de una Crisis Personal/Profesional, sirve de excusa para que el Protagonista, generalmente en la Treintena o rozando ya los Cuarenta, apriete el botón de la Nostalgia y recuerde los añejos Glory Days, o ponga el disco con los temas que suelen asociárseles: la Juventud, el Instituto, la Chica/el Chico del Instituto, los Sueños que no llegaron o la Realidad que deslució esos Sueños, etc.).La comedia se tiñe en algún momento de drama, pero queda un Optimismo y un cierto Buen Rollo Vital, quizá una Esperanza, que al final son siempre las cosas  que te sueles quedar. La Familia suele erigirse en el núcleo de la narración, o mejor dicho, la Familia como Refugio Emocional, los Amigos del Pasado como Ancla que nos mantiene aferrados a ese Pasado, quedando para los últimos minutos de la película la Partida hacia la Gran Ciudad tras el Momento Catártico Que Lo Soluciona/Explica Todo.