Al final de La red social
(2010), una de las abogadas del equipo legal que representa a Mark
Zuckerberg (Jesse Eisenberg) en las diversas demandas que el cofundador
de Facebook tiene abiertas le dice: "No eres un gilipollas, Mark, pero
te empeñas en serlo". Uno no puede evitar pensar en aquella película en
algunos momentos de Steve Jobs,
película dirigida por Danny Boyle, que en breve llegará a las
carteleras españolas (anoche asistí a un preestreno en una céntrica sala
barcelonesa) y que comparte con aquella otra al mismo guionista: Aaron
Sorkin. Este hecho ya es en sí mismo una aliciente, o al menos lo es
para mí: Sorkin me seduce siempre, ya sea como guionista de otra
películas (Algunos hombres buenos, El presidente y Miss Wade, Moneyball, etc.), o en series de televisión como El Ala Oeste de la Casa Blanca y The Newsroom.
Quien se acerque a una sala de cine desde el 1 de enero de 2016 para
ver esta aproximación a la biografía de Jobs ya sabe de entrada lo que
va encontrarse: un toma y daca dialéctico muy sorkiniano, un estilo ágil
en el guion y un producto que deja huella (para bien o para mal). Y más
con Steve Jobs como tema a tratar. ¿Biopic al estilo de Jobs
(Joshua Michael Stern, 2013), que aun siendo una interesante
película pasó bastante desapercibida? No, no lo es. Basada en la
biografía de Walter Isaacson (publicada en castellano por Debate y
posteriormente por DeBolsillo), Sorkin escoge tres momentos de la vida
del hombre que fundó, junto a otro Steve (Wozniak) y Ronald Wayne,
Apple, la gran empresa multinacional que ha revolucionado el mundo de la
informática y el entretenimiento en las últimas cuatro décadas. Tres
momentos, tres años, de hecho, que jalonan la vida de un tipo que, en
esencia, podía parecer e incluso ser tan gilipollas como Zuckerberg.
18 de diciembre de 2015
17 de diciembre de 2015
16 de diciembre de 2015
15 de diciembre de 2015
14 de diciembre de 2015
Crítica de cine: La novia, de Paula Ortiz
Puede suponer una osadía trasladar un texto
teatral a la gran pantalla y hacerlo en un siglo XXI que parece haber
olvidado el valor de la palabra. La palabra que Federico García Lorca
convirtió en imagen —cuchillo, caballo y luna—, en pensamiento y en
color (rojo sangre). La palabra de quien, ya fuera en verso o en prosa,
mostró en Bodas de sangre la
tragedia del alma humana, el miedo y el deseo en un mismo cuerpo, lo
atávico y lo "actual", lo sensitivo y lo sensorial. No me pongo
nostálgico (mucho menos "carca"), pero en estos tiempos en los que el
cine en muchas ocasiones no es más que un receptáculo visual que acaba
por estomagar incluso al espectador entregado, volver a los clásicos es
toda una aventura; y se podría decir que lo es más al tratar de
trasladar al lenguaje cinematográfico un texto como el de Lorca, tan
"literario" pero al mismo tiempo tan evocador. Un texto en el que junto a
la palabra se evoca la imagen —cuchillo, sangre, caballo, barro, luna,
penumbra—, y en el que la propia cadencia de los versos, de la rima
asonante, comulga con la propia imagen, de manera que ambos elementos,
como la pasión que ata a la Novia y a Leonardo, se unen de manera
inextricable. Alegorías al margen, reivindicar a Lorca desde una
pantalla de cine, decía, supone toda una proeza. Y una alegría para los
sentidos.
12 de diciembre de 2015
11 de diciembre de 2015
10 de diciembre de 2015
9 de diciembre de 2015
7 de diciembre de 2015
4 de diciembre de 2015
3 de diciembre de 2015
2 de diciembre de 2015
1 de diciembre de 2015
30 de noviembre de 2015
29 de noviembre de 2015
Reseña de Star Wars. Filosofía rebelde para una saga de culto, coordinado por Carl Silvio y Tony M. Vinci
Apenas un mes antes del estreno mundial de Star
Wars. Episodio VII: El renacer de la fuerza (J.J. Abrams, 2015), llega a
las librerías un libro muy en la línea de Errata Naturae de realizar
“estudios culturales” alrededor de un fenómeno audfiovisual
(habitualmente series de televisión, como los volúmenes dedicados a The
Wire, Los Soprano, Breaking Bad, Juego de Tronos, The Walking Dead, True
Detective o Mad Men); un tipo de literatura “académica” que va más allá
de una lectura fan y que en los países anglosajones tiene un nicho de
mercado que, por ahora, Errata Naturae ha logrado copar con interesantes
libros procedentes del otro lado del charco. Si acaso el libro sobre la
serie de Matthew Weiner, Mad Men o la fragilidad de los sueños en
Madison Avenue, coordinado por Raquel Crisóstomo y Enric Ros (2015) sea
un caso ligeramente aparte: en lugar de traducir artículos o libros
publicados en Estados Unidos, el editor encargó a los coordinadores
reunir a un equipo de autores españoles (de los que orgullosamente formé
parte) para analizar, desde diversas perspectivas, una serie con un
sello tan personal y con una mirada tan compleja como la de (una parte
de) la sociedad estadounidense en los años sesenta del siglo XX, en
Nueva York y alrededor de una agencia de publicidad. Con Star Wars.
Filosofía rebelde para una saga de culto (primeras páginas en la web de la editorial), coordinado por Carl Silvio y
Tony M. Vinci, Errata Naturae se apunta otro tanto y sobre una serie de
películas tan populares y que tanto han calado en el imaginario
colectivo desde que se estrenara la primera película (la cuarta
siguiendo el orden narrativo de la saga) en 1977. El subtítulo del
volumen captura parte del contenido: sí, hay mucha filosofía en las
películas de George Lucas, pero una somera mirada al índice de
contenidos ya le permite al lector captar la esencia de un libro que,
reiteramos, tiene más que ver con los “estudios culturales” que con un
volumen dedicado exclusivamente a la filosofía en una serie de
televisión (como se ha hecho con Los Simpson, House o Perdidos, además
de las citadas anteriormente).
27 de noviembre de 2015
26 de noviembre de 2015
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