Apenas un mes antes del estreno mundial de Star
Wars. Episodio VII: El renacer de la fuerza (J.J. Abrams, 2015), llega a
las librerías un libro muy en la línea de Errata Naturae de realizar
“estudios culturales” alrededor de un fenómeno audfiovisual
(habitualmente series de televisión, como los volúmenes dedicados a The
Wire, Los Soprano, Breaking Bad, Juego de Tronos, The Walking Dead, True
Detective o Mad Men); un tipo de literatura “académica” que va más allá
de una lectura fan y que en los países anglosajones tiene un nicho de
mercado que, por ahora, Errata Naturae ha logrado copar con interesantes
libros procedentes del otro lado del charco. Si acaso el libro sobre la
serie de Matthew Weiner, Mad Men o la fragilidad de los sueños en
Madison Avenue, coordinado por Raquel Crisóstomo y Enric Ros (2015) sea
un caso ligeramente aparte: en lugar de traducir artículos o libros
publicados en Estados Unidos, el editor encargó a los coordinadores
reunir a un equipo de autores españoles (de los que orgullosamente formé
parte) para analizar, desde diversas perspectivas, una serie con un
sello tan personal y con una mirada tan compleja como la de (una parte
de) la sociedad estadounidense en los años sesenta del siglo XX, en
Nueva York y alrededor de una agencia de publicidad. Con Star Wars.
Filosofía rebelde para una saga de culto (primeras páginas en la web de la editorial), coordinado por Carl Silvio y
Tony M. Vinci, Errata Naturae se apunta otro tanto y sobre una serie de
películas tan populares y que tanto han calado en el imaginario
colectivo desde que se estrenara la primera película (la cuarta
siguiendo el orden narrativo de la saga) en 1977. El subtítulo del
volumen captura parte del contenido: sí, hay mucha filosofía en las
películas de George Lucas, pero una somera mirada al índice de
contenidos ya le permite al lector captar la esencia de un libro que,
reiteramos, tiene más que ver con los “estudios culturales” que con un
volumen dedicado exclusivamente a la filosofía en una serie de
televisión (como se ha hecho con Los Simpson, House o Perdidos, además
de las citadas anteriormente).
Conviene decir que el origen de este libro surge de dos volúmenes:
todos los artículos, excepto el de Julien R. Fieldign sobre las seis
películas y las grandes religiones orientales, procede del libro
Culture, Identities and Technology in the Star Wars Films: Essays on the Two Trilogies (Critical Explorations in Science Fiction and Fantasy),
publicado por McFarland & Company Inc, en 2007; el texto de
Fielding se publicó originalmente en Sex, Politics and Religion in Star Wars: An Anthology, coordinado por Douglas Brode y Leah Deyneka (The
Scarecrow Press, 2012); de hecho, sería interesante saber por qué del
primer volumen en inglés no se ha editado el artículo “Apocalyptic
Determinism and Star Wars”, a cargo de John Lyden, y “The Emperor’s New
Clones; or, Digitalization and Walter Benjamin in Star Wars Universe”,
de Graham Lyons y Janice Morris, si precisamente tratan dos temas
relacionados con ese subtítulo que apela a la “filosofía”. Pero, dejando
esto a un lado, el volumen publicado en castellano ya supone un acicate
para una lectura interesante y compleja sobre diversas cuestiones que
surgen del visionado de las dos trilogías, la original y la precuela, y
que permiten muchas reflexiones “culturales” al respecto: comportamiento
y responsabilidad políticas, recepción del capitalismo (económico y
social), género, sexualidad y alteridad, feminismo, efectos especiales y
digitalismo, psicoanálisis y fetichismo y religión. Y no es poco,
¿verdad? Son diversos los libros que se centran en el Universo Expandido
de Star Wars (novelas que son precuelas, secuelas o se sitúan en el
intersticio narrativo de dos películas, o se desarrollan en paralelo a
las mismas); son también varios los volúmenes dedicados al armamento,
las naves espaciales, el vestuario o los planetas y mundos de la Galaxia
en las películas. Faltaba, sin embargo, un volumen de estas
características en castellano, que entronca con otros “estudios
culturales” desarrollados en torno a películas como Matrix, Star Trek o
El Señor de los Anillos, con la saga de George Lucas como objeto de
análisis. A partir de las notas a pie de página, el lector también podrá
darse cuenta de la variedad de estudios realizados en inglés alrededor
de las dos trilogías y que por nuestros lares, por razones lógicas,
apenas son conocidos; como fuente de la que beber y rastrear, el libro
de Errata Naturae tiene un enorme valor.
El "fascista", el "totalitario" y el "demócrata populista"... |
No pretendo realizar un resumen de los diversos textos que componen
el volumen (sería hacerle un spoiler en toda regla al lector y privarle
del placer de la propia lectura), pero sí destacar algunas cuestiones
que, precisamente, hacen tan interesante a este libro. De entrada, hay
que destacar el análisis de cuestiones filosóficas en la saga, como es
la dicotomía entre el individualismo progresista que subyace en la
trilogía original y un cierto conservadurismo en la precuela; una pugna
entre el comportamiento heroico, “populista” (no en términos peyorativos
como estamos acostumbrados a utilizar actualmente) y autónomo de Luke
Skywalker (o de granujas “individualistas” como Han Solo y Lando
Calrissian) frente a un sistema de valores conservador en la precuela en
el que un (cierto) acatamiento moral se impone en una versión (hasta
cierto punto) naïf de la democracia en la que el individuo queda
diluido. De modo parecido, podemos contraponer al “populista” Luke al
“fascista” Darth Vader y al “totalitario” Emperador Palpatine. Resulta
también muy interesante observar cómo la trilogía original se forjó en
unos Estados Unidos en crisis (económica, política, social) en los años
setenta del siglo XX, con un capitalismo emprendedor que mutaría
paulatinamente hacia una versión “global” del siglo XXI (y post 11-S),
en el que se realizan las películas de la precuela, con el peso de las
grandes corporaciones empresariales, que a su vez refleja una reflexión
sobre el maquinismo, la deshumanización en megalópolis como Coruscant y
la pérdida de identidad.
Padmé y Leia: dos modelos muy diferentes de feminismo. |
Star Wars evoca un mundo “multicultural” en el que la especia humana
convive con especies no humanas y seres orgánicos, y las dos trilogías
componen una doble visión enfrentada sobre el Otro: en la trilogía
original el triunfo del hombre blanco sobre las demás especies (metáfora
de otras etnias) es total en la visión del Imperio Galáctico (de manera
evidente en el uniforme de los soldados imperiales), mientras que la
“diversidad” se produce con “normalidad” en mundos marginados, como el
planeta Tatooine en el Borde Exterior. Lando Calrissian sería el guiño
de Lucas a la comunidad negra, convirtiéndose en un personaje positivo.
Una visión que también es “cromático”: los colores apagados en los
uniformes de los comandantes de la Flota Imperial frente a colores más
vivos en la Alianza Rebelde. El Otro es concebido como inferior por el
Imperio, mientras que entre los Rebeldes la Alteridad sería la norma.
También hay una lectura de género en la saga, aunque Lucas concibiera
sus películas para un público familiar y en el que la sexualidad no
destacara de ninguna manera. Uno de los ensayos del libro incide en los
paralelismos entre los sith y las brujas, en la “feminización” de
personajes como Vader o en el rol sexual dominante del Emperador, con
reflexiones harto interesantes. De la misma manera, es inevitable pensar
en las diferencias de Leia y su madre Padmé en cuanto al rol femenino
en la saga: de la franca, impune y empoderada “princesa” Leia, que no se
limita a ser mujer de nadie y asume un papel activo en la Rebelión, a
la decepción que supuso Padmé en la precuela. Una decepción, sobre todo,
porque en los dos primeros episodios Padmé ejercía un cierto liderazgo,
entusiasmada y llena de curiosidad, empoderada como reina y luego
senadora de Naboo, que en La venganza de los Sith se reducía al
estereotipo de la damisela llorosa, que muere de amor y que es incapaz
de demostrar autonomía y coraje frente a “su” hombre.
El sable láser... |
Destacaría el capítulo dedicado al fetichismo en la saga a través
del sable láser, ese objeto imposible de existir en el mundo “real”,
pero que nos fascina al verlo en pantalla. Una lectura freudiana (la
carencia que queremos llenar con él), marxista (el objeto de consumo que
anhelamos tener) y personal que nos habla también de la propia
utilización del sable láser en las dos trilogías: de su uso creciente
pero limitado en la trilogía original y de una mayor (e indiscriminada)
utilización en la precuela, pudiéndose al mismo tiempo elaborar una
conexión entre ambas trilogías a través de un sable láser en particular,
es decir, el de Anakin Skywalker que heredará (y perderá) su hijo Luke.
También resulta interesante preguntarnos por qué odiamos tanto a Jar
Jar Binks, el primer personaje totalmente digital de la saga, y hasta
qué punto George Lucas no ha ejercido una particular damnatio memoriae
en las ediciones especiales y en DVD de la saga en función de la
utilización de la tecnología digital… frente a la “resistencia” del
espectador que echa mano de su propia nostalgia para construir “su”
edición personal de las películas.
El resultado, pues, es un libro tremendamente interesante para un lector que busca algo más que un estudio de personajes y situaciones. Un libro “cultural” que reflexiona sobre aspectos de política, economía, género y religión en la saga de George Lucas, y que tiene en la filosofía (o lo que podamos asimilar como tal en estos tiempos en que esta disciplina está en riesgo de desaparecer de las aulas) como algo más que una excusa argumental (o un subtítulo). Hacedme caso, no os lo perdáis… y que la Fuerza os acompañe.
El resultado, pues, es un libro tremendamente interesante para un lector que busca algo más que un estudio de personajes y situaciones. Un libro “cultural” que reflexiona sobre aspectos de política, economía, género y religión en la saga de George Lucas, y que tiene en la filosofía (o lo que podamos asimilar como tal en estos tiempos en que esta disciplina está en riesgo de desaparecer de las aulas) como algo más que una excusa argumental (o un subtítulo). Hacedme caso, no os lo perdáis… y que la Fuerza os acompañe.
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