18 de diciembre de 2015

Crítica de cine: Steve Jobs, de Danny Boyle

Al final de La red social (2010), una de las abogadas del equipo legal que representa a Mark Zuckerberg (Jesse Eisenberg) en las diversas demandas que el cofundador de Facebook tiene abiertas le dice: "No eres un gilipollas, Mark, pero te empeñas en serlo". Uno no puede evitar pensar en aquella película en algunos momentos de Steve Jobs, película dirigida por Danny Boyle, que en breve llegará a las carteleras españolas (anoche asistí a un preestreno en una céntrica sala barcelonesa) y que comparte con aquella otra al mismo guionista: Aaron Sorkin. Este hecho ya es en sí mismo una aliciente, o al menos lo es para mí: Sorkin me seduce siempre, ya sea como guionista de otra películas (Algunos hombres buenos, El presidente y Miss Wade, Moneyball, etc.), o en series de televisión como El Ala Oeste de la Casa Blanca y The Newsroom. Quien se acerque a una sala de cine desde el 1 de enero de 2016 para ver esta aproximación a la biografía de Jobs ya sabe de entrada lo que va encontrarse: un toma y daca dialéctico muy sorkiniano, un estilo ágil en el guion y un producto que deja huella (para bien o para mal). Y más con Steve Jobs como tema a tratar. ¿Biopic al estilo de Jobs (Joshua Michael Stern, 2013), que aun siendo una interesante película pasó bastante desapercibida? No, no lo es. Basada en la biografía de Walter Isaacson (publicada en castellano por Debate y posteriormente por DeBolsillo), Sorkin escoge tres momentos de la vida del hombre que fundó, junto a otro Steve (Wozniak) y Ronald Wayne, Apple, la gran empresa multinacional que ha revolucionado el mundo de la informática y el entretenimiento en las últimas cuatro décadas. Tres momentos, tres años, de hecho, que jalonan la vida de un tipo que, en esencia, podía parecer e incluso ser tan gilipollas como Zuckerberg.

Canciones para el nuevo día (1845/1074): "You Shook Me All Night Long"

AC/DC - You Shook Me All Night Long


Disco: Back in Black (1980)

14 de diciembre de 2015

Crítica de cine: La novia, de Paula Ortiz

Puede suponer una osadía trasladar un texto teatral a la gran pantalla y hacerlo en un siglo XXI que parece haber olvidado el valor de la palabra. La palabra que Federico García Lorca convirtió en imagen —cuchillo, caballo y luna—, en pensamiento y en color (rojo sangre). La palabra de quien, ya fuera en verso o en prosa, mostró en Bodas de sangre la tragedia del alma humana, el miedo y el deseo en un mismo cuerpo, lo atávico y lo "actual", lo sensitivo y lo sensorial. No me pongo nostálgico (mucho menos "carca"), pero en estos tiempos en los que el cine en muchas ocasiones no es más que un receptáculo visual que acaba por estomagar incluso al espectador entregado, volver a los clásicos es toda una aventura; y se podría decir que lo es más al tratar de trasladar al lenguaje cinematográfico un texto como el de Lorca, tan "literario" pero al mismo tiempo tan evocador. Un texto en el que junto a la palabra se evoca la imagen —cuchillo, sangre, caballo, barro, luna, penumbra—, y en el que la propia cadencia de los versos, de la rima asonante, comulga con la propia imagen, de manera que ambos elementos, como la pasión que ata a la Novia y a Leonardo, se unen de manera inextricable. Alegorías al margen, reivindicar a Lorca desde una pantalla de cine, decía, supone toda una proeza. Y una alegría para los sentidos.

Canciones para el nuevo día (1841/1070): "If I Could Turn Back Time"

Cher - If I Could Turn Back Time



Disco: Heart of Stone (1989)

29 de noviembre de 2015

Reseña de Star Wars. Filosofía rebelde para una saga de culto, coordinado por Carl Silvio y Tony M. Vinci

Apenas un mes antes del estreno mundial de Star Wars. Episodio VII: El renacer de la fuerza (J.J. Abrams, 2015), llega a las librerías un libro muy en la línea de Errata Naturae de realizar “estudios culturales” alrededor de un fenómeno audfiovisual (habitualmente series de televisión, como los volúmenes dedicados a The Wire, Los Soprano, Breaking Bad, Juego de Tronos, The Walking Dead, True Detective o Mad Men); un tipo de literatura “académica” que va más allá de una lectura fan y que en los países anglosajones tiene un nicho de mercado que, por ahora, Errata Naturae ha logrado copar con interesantes libros procedentes del otro lado del charco. Si acaso el libro sobre la serie de Matthew Weiner, Mad Men o la fragilidad de los sueños en Madison Avenue, coordinado por Raquel Crisóstomo y Enric Ros (2015) sea un caso ligeramente aparte: en lugar de traducir artículos o libros publicados en Estados Unidos, el editor encargó a los coordinadores reunir a un equipo de autores españoles (de los que orgullosamente formé parte) para analizar, desde diversas perspectivas, una serie con un sello tan personal y con una mirada tan compleja como la de (una parte de) la sociedad estadounidense en los años sesenta del siglo XX, en Nueva York y alrededor de una agencia de publicidad. Con Star Wars. Filosofía rebelde para una saga de culto (primeras páginas en la web de la editorial), coordinado por Carl Silvio y Tony M. Vinci, Errata Naturae se apunta otro tanto y sobre una serie de películas tan populares y que tanto han calado en el imaginario colectivo desde que se estrenara la primera película (la cuarta siguiendo el orden narrativo de la saga) en 1977. El subtítulo del volumen captura parte del contenido: sí, hay mucha filosofía en las películas de George Lucas, pero una somera mirada al índice de contenidos ya le permite al lector captar la esencia de un libro que, reiteramos, tiene más que ver con los “estudios culturales” que con un volumen dedicado exclusivamente a la filosofía en una serie de televisión (como se ha hecho con Los Simpson, House o Perdidos, además de las citadas anteriormente).