16 de marzo de 2015

Reseña de The Death of Caesar. The Story of History’s Most Famous Assassination, de Barry Strauss

La literatura histórica sobre Gayo Julio César es prácticamente inabarcable: multitud de biografías, monografías, artículos académicas, etc., y eso sin contar la masa de novelas históricas, de desigual calidad. César es una de las figuras esencial (si no la esencial, junto a su sobrino-nieto Gayo Octavio, futuro Augusto) para comprender la historia romana, sobre todo la transición de un sistema republicano a uno de cariz unipersonal (el Principado augústeo). La mitificación alrededor de sus victorias militares y su genio político, junto a la memoria de su asesinato (William Shakespeare mediante), han calado tan hondo en el lector interesado en el período que resulta inane publicar algo «nuevo» sobre el personaje y su fatídico destino. También sobre el final de la República (de la vieja y libera res publica) se ha tratado con especial detalle en muchos y variados libros (la lista sería larga). Por tanto, las primeras noticias sobre este libro de Barry Strauss, The Death of Caesar. The Story of History’s Most Famous Assassination (Simon & Schuster, 2015) se las toma el lector avezado en la materia con un cierto (y lógico) escepticismo, sobre todo si atendemos a noticias alrededor de este libro publicadas recientemente en la prensa española (Guillermo Altares, “Ni Bruto, ni Casio: Décimo es el nombre clave en la muerte de César“, en El País, 9 de marzo de 2015).

Canciones para el nuevo día (1646/875): "Rainbow"

Robert Plant - Rainbow



Disco: Lullaby and the Ceaseless Roar (2014)

9 de marzo de 2015

Crítica de cine: Maps to the Stars, de David Cronenberg


Que David Cronenberg siempre ha ido por libre no es novedad. Quizá lo sea que su última película se haya rodado y transcurra su trama en ese Hollywood que tanto ha despreciado (y sigue despreciando), del que siempre se ha mantenido alejado y que habitualmente suele darle la espalda, a nivel de industria cinematográfica (no tanto de actores). El director canadiense no se casa con nadie, hace lo que quiere, suele realizar coproducciones canadienses-europeas, mantiene una cierta coherencia (en cuanto a estilo, aunque con matices) y se permite el lujo de rodar cómo y cuándo quiere. No siempre está acertado (Cosmópolis, su anterior película, es un fiasco y una de sus películas más incomprensibles). Queda algo lejos el director de un cine impactante, en el que el horror era elástico y la viscosidad de la sangre que manaban sus cintas variaba en cuanto a densidad. Quizá por ello el espectador que se acerque a una sala de cine a ver Maps to the Stars puede llegar a pensar que este no es el Cronenberg al que estamos acostumbrados (¿cuál de ellos, por cierto?), que ha dejado su coherencia en un cajón y se ha ido a rodar a Hollywood (aunque sea para realizar una escabrosa sátira de ese mundillo cinematográfico) o que incluso se haya pasado a un cine impersonal, fatuo o, lo peor de todo, vacío de contenido. Y quizá sea esa una primera impresión tras visionar esta película: que no es Cronenberg quien está detrás de la cámara, sino alguien desconocido que parece querer ponerse en la piel de Bret Easton Ellis (a ratos tenía la sensación de "ver" novelas como Menos que cero o, sobre todo, Glamourama). Pero, a medida que avanza el metraje, encontramos esos elementos habituales en la filmografía del director canadiense (la violencia, la sangre, un cierto nihilismo ambiental y argumental, el desamparo, la posmodernidad llevada al límite). Sea como fuere, Maps to the Stars es una película que merece ser tenida en cuenta y reflexionada. Si ello es posible.

Canciones para el nuevo día (1641/870): "Big Exit"

P J Harvey - Big Exit



Disco: Stories from the City, Stories from the Sea (2000)