18 de julio de 2014

17 de julio de 2014

16 de julio de 2014

15 de julio de 2014

14 de julio de 2014

11 de julio de 2014

Encuentro con Tosca Soto, autoras de Corona de damas (Grijalbo)


Cuando te invitan a un encuentro de bloggers con las autoras de una novela y has tenido tiempo de leerla con calma y buenas dosis de entretenimiento, en cierto modo juegas con ventaja. Y si además el encuentro es en petit comité, con otros bloggers (Anika Entre Libros, Lecturalia, El Placer de la Lectura o blogs particulares como el de Daniel Jérez), tienes la oportunidad de estar cerca de las autoras, percibes que ella están deseando hablar con lectores de primera mano, el placer aumenta. Y eso es lo que sucedió el pasado jueves 10 de julio en la sede de Grijalbo en Barcelona, donde unos cuantos elegidos pudimos charlar un buen rato como Susana Tosca y María Soto, autoras de Corona de damas. La sorpresa (anunciada vía e-mail, con lo cual no era tan sorpresa) es que además habría un equipo de Barcelona TV, del programa Connexió Barcelona, lo cual añade un componente extra de interés, pues lectores barceloneses que en ese momento estuvieran viendo la televisión vieron, aunque fuera por unos escasos minutos, ese encuentro. La novela ya la reseñé hace unos días, toca el turno de comentar el encuentro con las autoras.

Canciones para el nuevo día (1470/699): "Trois Mouvements Perpétuels"

Francis Poulenc - Trois Mouvements Perpétuels



Disco: Le Group Des Six: Selected Works 1915-1945 (2009)




7 de julio de 2014

Reseña de Corona de damas, de Tosca Soto

La sombra de Alexandre Dumas es alargada… y muy evocadora. Si algo tienen sus novelas es que atrapan al lector de cualquier edad y le hacen sentir siempre joven con aventuras sin fin y personajes muy atractivos. Como lector entregado a la saga de los mosqueteros, que no hace mucho solía releer cada mes de julio, las andanzas de los tres (o cuatro) mosqueteros en el París de 1626 (o 1648, o 1660) conformaban un microuniverso conocido y al que la relectura no le restaba un ápice de las buenas sensaciones que sólo la nostalgia es capaz de evocar cuando te entregas a un libro que sabes que es único. Considerada mera novela de capa y espada pero elevada a la categoría de clásico por méritos propios, un libro como Los tres mosqueteros marca la vida de un lector. Es inevitable, por tanto, pensar en la novela de Dumas cuando coges un contundente volumen de 1.100 páginas que se sitúa en el París del año 1625. Y supones que las autoras (Susana Tosca y María Soto) de este mamotreto, Corona de damas (Grijalbo, 2014), que han unificado sus apellidos para crear una autoría única, Tosca Soto –como Monaldi & Sorti, aunque sin la necesidad de una conjunción copulativa–, son lectoras de Dumas por algunas migas de pan (u homenajes) que van dejando caer a lo largo de la lectura, y por el modo de recuperar unos personajes históricos que se podría considerar que son patrimonio del autor galo. A fin de cuentas, Richelieu, Luis XIII, Ana de Austria o la duquesa de Chevreuse son familiares al lector de la saga mosquetera y se podría decir que sólo Alexandre Dumas ha conseguido retratarlos en todos sus matices desde la literatura. Quizá, pero Tosca Soto reivindican el placer de escribir una novela que suena a Dumas… pero que juega según sus propias reglas.

Canciones para el nuevo día (1466/695): "Fargo (Main Theme)"

Jeff Russo - Fargo (Main Theme)



Disco: Fargo TV O.S.T. - score (2014)


5 de julio de 2014

Crítica de cine: Open Windows, de Nacho Vigalondo

A Nacho Vigalondo le va la marcha. Una marcha diferente a la que estamos (mal) acostumbrados por estos lares, como sus cortos o películas como Los cronocrímenes o Extraterrestre han ido demostrando. Es un tipo que tuene buen olfato, ingenio y buen pulso técnico. Quizá lo que no acabe de desarrollar del todo son películas que funcionen bien de principio a fin, que no entren en barrena a mitad de metraje, que las expectativas despertadas en tráilers y promos luego acaben siendo algo decepcionantes. Le da una vuelta al concepto de thriller, bebe de fuentes (y medios diversos: cine, televisión. cómic, videojuego) y nos pone la miel en los labios, dejándonos saborear incluso un producto con un gusto diferente, pero no acaba de rematar la jugada. Originalidad tiene a raudales y eso es ya es mucho en la actualidad. Y un dominio técnico que cada vez va a más... como Open Windows demuestra en su hora y media de metraje. Pero le falta algo... o al menos es la sensación que me queda, y eso que durante hora y media me ha interesado (y mucho) el envoltorio visual de una película muy bien pensada pero quizá más complicada de llevar a la Gran Pantalla de lo que se calculaba.

30 de junio de 2014

Canciones para el nuevo día (1461/690): "O! for a Muse of Fire"

Dedico la semana a este score. We few, we happy few...

Patrick Doyle - Henry V (1): "O! for a Muse of Fire"



Disco: Henry V - score (1989)




29 de junio de 2014

Crítica de cine: El sueño de Ellis, de James Gray

Durante décadas millones de inmigrantes llegaron a Ellis Island, un islote cerca de la costa de Nueva Jersey y con la ciudad de Nueva York en el horizonte. A escasa distancia de la Estatua de la Libertad, la isla fue la principal aduana del país y el lugar de paso obligado para los inmigrantes que trataban de entrar en el país a través del Atlántico. Aunque el país fue receptor de inmigrantes del Viejo Mundo que, por diversos motivos, trataban de empezar una nueva vida, el Gobierno federal impuso un férreo control desde finales del siglo XIX, de modo que todos aquellos que llegaban enfermos o se les consideraba "indeseables", por motivos penales o incluso morales, o bien pasaban una cuarentena hasta que se decidía su destino, en el caso de los primeros, o bien era denegada su petición de entrada al país y deportados a sus lugares de origen. La imagen de una tierra de esperanza y prometida pronto fue cayendo en el olvido y hasta mediado el siglo XX se inspeccionó a los recién llegados, en busca de parásitos y enfermedades, como si fueran ganado, y se expulsó a anarquistas, ex convictos o "indecentes". El sueño de la Libertad que la Estatua cercana les parecía prometer se truncaba en unos edificios que al mismo tiempo se convertían para algunos en limbo no imaginado. Algo similar le sucede a las hermanas Ewa (Marion Cotillard) y Magda, inmigrantes polacas que llegan a Ellis Island huyendo de horrores en Europa (y las consecuencias de la Gran Guerra) en 1921: Magda, enferma de tuberculosis, pasa a la cuarentena durante un período de seis meses, mientras Ewa, acusada de "relajada moral" está a punto de ser deportada... hasta que consigue la ayuda de Bruno Weiss, un tipo con contactos que le ofrece un trabajo y un lugar donde vivir... ocultándole que en realidad busca aprovecharse de ella en negocios mucho más turbios.

28 de junio de 2014

Reseña de Una societat assetjada. Barcelona, 1713-1714 , de Albert Garcia Espuche

«La història s’escriu a cal notari.»
Josep Pla 
Suele decirse que el día después de la rendición de Barcelona a las tropas de las Dos Coronas borbónicas, francesa y española, las tiendas y talleres abrieron sus puertas, los tenderos siguieron vendiendo sus productos, la gente trabajando y los servicios públicos funcionando, «con tranquilidad, como si dentro de la ciudad no hubiera sucedido cosa alguna» (Francesc de Castellví, Narraciones históricas). Albert Garcia Espuche (n. 1951) rebaja el optimismo de esta idea: «aquello que realmente tuvieron que hacer los habitantes de Barcelona aquel "día después" y todavía durante días, semanas, meses y años, fue mucho más difícil que abrir las tiendas y los talleres, trabajar y mostrar una firme voluntad de rehacerse después de la derrota. La voluntad estaba, pero faltaba el resto de elementos» (traducción propia, pp. 627-628). Y es que la realidad mostraba que la mayor parte de las casas de la ciudad estaban derruidas o muy maltrechas, apenas había materias primas o productos elaborados, y faltaban alimentos. De hecho, en los 414 días de asedio de la ciudad, desde el 25 de julio de 1713, los barceloneses se habían acostumbrado al hambre, a la falta de alimentos, a los precios caros y a un bloqueo por parte de los asediadores que, en ocasiones, se relajaba y permitía la llegada de algunos faluchos con alimentos. Lo que, sin embargo, sí muestra la documentación es que los notarios siguieron trabajando y hubo testigos en actos tan prosaicos como una boda (la del capitán del regimiento de San Narciso Sebastià Molet y Leocàdia Comellas, en la basílica de Santa María del Mar), funerales, bautizos, firmas de testamentos o ingresos de soldados heridos en el Hospital de la Santa Creu, debidamente registrados en el libro de entradas. Al día siguiente se hicieron muchos testamentos, se ejecutaron inventarios y muchas viudas llamaron a notarios para inventariar bienes de soldados, tenderos y menestrales que habían muerto en los días precedentes. Barcelona siguió latiendo, más lentamente, pero su corazón seguía vivo.