Durante décadas millones de inmigrantes llegaron a
Ellis Island, un islote cerca de la costa de Nueva Jersey y con la
ciudad de Nueva York en el horizonte. A escasa distancia de la Estatua
de la Libertad, la isla fue la principal aduana del país y el lugar de
paso obligado para los inmigrantes que trataban de entrar en el país a
través del Atlántico. Aunque el país fue receptor de inmigrantes del
Viejo Mundo que, por diversos motivos, trataban de empezar una nueva
vida, el Gobierno federal impuso un férreo control desde finales del
siglo XIX, de modo que todos aquellos que llegaban enfermos o se les
consideraba "indeseables", por motivos penales o incluso morales, o bien
pasaban una cuarentena hasta que se decidía su destino, en el caso de
los primeros, o bien era denegada su petición de entrada al país y
deportados a sus lugares de origen. La imagen de una tierra de esperanza
y prometida pronto fue cayendo en el olvido y hasta mediado el siglo XX
se inspeccionó a los recién llegados, en busca de parásitos y
enfermedades, como si fueran ganado, y se expulsó a anarquistas, ex
convictos o "indecentes". El sueño de la Libertad que la Estatua cercana
les parecía prometer se truncaba en unos edificios que al mismo tiempo
se convertían para algunos en limbo no imaginado. Algo similar le sucede
a las hermanas Ewa (Marion Cotillard) y Magda, inmigrantes polacas que
llegan a Ellis Island huyendo de horrores en Europa (y las consecuencias
de la Gran Guerra) en 1921: Magda, enferma de tuberculosis, pasa a la
cuarentena durante un período de seis meses, mientras Ewa, acusada de
"relajada moral" está a punto de ser deportada... hasta que consigue la
ayuda de Bruno Weiss, un tipo con contactos que le ofrece un trabajo y
un lugar donde vivir... ocultándole que en realidad busca aprovecharse
de ella en negocios mucho más turbios.