16 de junio de 2014

Crítica de cine: Sólo los amantes sobreviven, de Jim Jarmusch

El cine de Jim Jarmusch es de los más originales en las últimas décadas. Independiente, rompedor, diferente. Hay películas suyas que me interesan (Coffee and Cigarrettes, Flores rotas), otras que no tanto (Dead Man, Ghost Dog), pero siempre tiene algo divergente con los cánones habituales que ofrecer. Y en estos tiempos de adocenamiento del 3-D, de pirotecnia visual y escasez de ideas, volver por los fueros de lo clásico, de lo que siempre ha sido clásico y de lo que siempre será clásico, es una bendición. Y nada más clásico que los vampiros. Pero no vampiros adolescentes ñoños. No, el tema del vampiro merece una (re)lectura que siga aportando algo, que saque lo mejor de un tema literario tan eterno en un mundo posmoderno. Vampiros, literatura y posmodernidad: he ahí tres patas que sostienen el banco sobre el que se levanta Sólo los amantes sobreviven, una de las películas más interesantes del panorama cinematográfico actual. En cierto modo, a medida que la veía pensaba en películas como La mejor oferta de Giuseppe Tornatore, en esa fastuosidad visual, ese manierismo de la exquisitez de un envoltorio que importaba más que el contenido. Y con su última película, Jarmusch consigue evocarme algo similar... aunque con mejor historia que narrar.

Canciones para el nuevo día (1451/680): "Mil pedazos"

Juanes - Mil pedazos



Disco: Loco de amor (2014)


11 de junio de 2014

Reseña de La estirpe de Leonor de Aquitania. Mujeres y poder en los siglos XII y XIII, de Ana Rodríguez

«Ni desesperadamente oprimidas, ni maravillosamente libres.» 
Pensar en mujeres en la Edad Media es asimilar su papel a una posición subordinada al preponderante rol masculino. Un rol masculino en un mundo eminentemente masculino (como lo han sido todos, ¿verdad?). Pensar en mujeres de los siglos XII y XIII como Leonor de Aquitania, su nieta Berenguela de Castilla, Urraca de Castilla y León (hija de Alfonso VI de ambos reinos y madre del imperator Alfonso VII), Blanca de Castilla (madre de Luis IX de Francia) es acercarnos a mujeres únicas, excepcionales en la gestión del poder y en la capacidad de decidir. Hubo más Eloísas que Leonores, tengámoslo en cuenta. Y cuando estas mujeres tuvieron acceso al poder, las crónicas de la época las presentaron como viragos (mujeres con características viriles) o jezabeles (reinas manipuladores y lujuriosas), merecedoras de críticas y de una conveniente damnatio memoriae. El mundo de los hombres que ejercían, ostentaban o aspiraban al poder necesitaba el olvido del rol de las mujeres de las que habían heredado ese poder. Leonor de Aquitania (1124-1204) se convirtió en símbolo de una época: dos veces reina (de Francia y de Inglaterra), heredera del mayor ducado en el reino franco, madre de diez hijos en sus dos matrimonios, protectora y animadora de las ambiciones de varios de ellos contra el León inglés (cómo no recordar a Katharine Hepburn en el papel de este personaje en El león en invierno [1968]), guía de sus nietas (acompañó a la pequeña Blanca, hija del rey Alfonso VIII de Castilla, a la corte del rey francés para convertirla en la esposa del futuro Luis VIII) y mecenas del monasterio de Fontevraud (donde moriría) simboliza a esas mujeres de la élite medieval que estuvieron cerca y disfrutaron del poder. Su estirpe fue numerosa: reinas en diversos territorios europeos, fundadoras de monasterios, patrocinadoras de crónicas, mecenas del arte. Mujeres con historias que contar, y a este empeño dedica Ana Rodríguez el delicioso libro La estirpe de Leonor de Aquitania. Mujeres y poder en los siglos XII y XIII (Crítica, 2014), una más que recomendable lectura.

Canciones para el nuevo día (1448/677): "Sabor de amor"

Danza Invisible - Sabor de amor



Disco: A tu alcance (1988)


9 de junio de 2014

Crítica de cine: X-Men: días del futuro pasado, de Bryan Singer

Con X-Men: la batalla final (2006) el universo de estos personajes de cómic parecía finiquitado: muertos el profesor Xavier, Jean Grey y Scott, con la cura para la mutación como una alternativa que, voluntaria (Pícara) o involuntariamente (Mística, Magneto aparentemente...) y con un nuevo escenario de plena y por fin pacífica convivencia entre humanos y mutantes, las tramas parecían acabadas. Luego vinieron las precuelas con Lobezno y, en 2011, el reboot de la saga con X-Men: primera generación, que era volver a los personajes en sus orígenes. Para entonces, las viejas caras habían sido sustituidas por nuevos rostros en los personajes ya conocidos: Michael Fassbender como el joven Erik Lehnsheer/futuro Magneto, James McAvoy como Charles Xavier, Jennifer Lawrence como Raven/Mística (estableciéndose una relación muy cercana entre los tres personajes), Nicholas Hoult como Hank McCoy... Quedaba por conocer los personajes del futuro, pues nos trasladábamos al pasado, a 1962 y la crisis de los misiles de Cuba. Con un malvado Sebastian Shaw (Kevin Bacon) como elemento que daba alas a los mutantes del pasado, y que tenía mucho que ver con Erik, la película de Mattew Vaughn nos deparó un interesante reinicio, algo alejado de la esencia que planteara Bryan Singer con las dos películas seminales de 2000 y 2002. Doble pasado para una misma serie: los mutantes de Singer que recordábamos como algo que ha había sucedido, y el salto atrás en el tiempo con algunos de esos personajes cuatro décadas atrás. El único personaje que faltaba para llenar el vacío entre ambos períodos/mundos era Lobezno (Hugh Jackman), que tenía un momento hilarante en la película de Vaughn. Ahora que Singer vuelve a sentarse en la silla de director (en la película de 2006 fue productor ejecutivo, controlando los hilos desde lejos), y tras la espantá de 2006, es precisamente Lobezno el elemento central de la nueva pelíciula, X-Men: días del futuro pasado.

Canciones para el nuevo día (1446/675): "Mujer contra mujer"

Mecano - Mujer contra mujer



Disco: Descanso dominical (1988)


4 de junio de 2014

Reseña de Tutankhamón. Vida y muerte de un faraón, de Christiane Desroches Noblecourt

No hay duda de que la figura de Nebjeperura Tutankamón (c.1336-1327 a.C.) sigue despertando un enorme interés en el lector aficionado a la egiptología. Hace un año y medio reseñaba el libro de Joyce Tyldesley sobre este faraón, una obra que aunando rigor y amenidad nos acercaba a la etapa final de la dinastía XVIII, al período amarniano y a la vida de este personaje, rastreando con detalle las numerosísimas evidencias que Howard Carter encontrara en las excavaciones en el Valle de los Reyes en 1922, y que luego catalogaría y comentaría en tres volúmenes de un enorme valor historiográfico. Comentaba entonces que el libro de Tyldesley constituía un atractiva apuesta para el lector interesado en la materia, pues suponía una actualización respecto a obras anteriores, destacando para el lector en español obras como Todo Tutankamón. El rey. La tumba. El tesoro real de Nicholas Reeves, el gran especialista sobre el tema (2001; edición original en inglés de 1990), y Tutankhamón: vida y muerte de un rey niño de Christine El Mahdy (2002; edición original inglesa de 1996). Y mencionaba también Vida y muerte de un faraón. Tutankhamen de Christiane Desroches Noblecourt (1989; edición original inglesa de 1963), editado por primera vez en castellano por la editorial Noguer en 1964. Y hete aquí que Editorial Confluencias rescata el libro de Mme. Desroches Noblecourt, bajo el título Tutankamón. Vida y muerte de un faraón, en una excelente y muy visual edición, y con la exquisita traducción de José Miguel Parra, destacado egiptólogo español.

Canciones para el nuevo día (1443/672): "Did You Ever Have to Make Up Your Mind?"

The Lovin' Spoonful - Did You Ever Have to Make Up Your Mind?



Disco:  Do You Believe in Magic (1965)

2 de junio de 2014

Crítica de cine: Viva la libertà, de Roberto Andò

Viva la libertà es una película que parece tópica. El punto de partida es incluso manido: la figura de dos personas iguales pero diferentes, ya sean hermanos gemelos como en este caso, o individuos que no se conocen de nada y que casualmente comparten la misma fisonomía, y que ya hemos visto en películas como Dave, presidente por un día o Espérame en el cielo. Incluso tiene reminiscencias literarias, como en El príncipe y el mendigo de Mark Twain, y más si pensamos en la figura del Doppelgänger, del doble, del doctor Jekyll y el señor Hyde y que en cierto modo sobrevuela esta película. Lo interesante es darle la vuelta de tuerca a la suplantación de un personaje por otro con una lectura en clave política, que a priori parece también un retrato de la política italiana (trascendiendo la geografía y erigiéndose en un reflejo del desencanto social respecto a los políticos que vivimos hoy en día), para añadirle el elemento discerniente: el político de turno, en el que nadie confía, desaparece para regresar con la actitud vital de un filósofo; y un filósofo que para más señas sufre un trastorno bipolar y acaba de salir de un manicomio. No me negarán que la reflexión de fondo es más que interesante...

Canciones para el nuevo día (1441/670): "El sitio de mi recreo"

Antonio Vega - El sitio de mi recreo



Disco: El sitio de mi recreo (1992)


1 de junio de 2014

Reseña de La Guerra de Troya, de Eric H. Cline

Ya son muchos los libros que sobre Troya puede encontrar el lector interesado en las librerías (si no los han descatalogado). Hace un año comentábamos acá el libro de Michael Wood, En busca de la guerra de Troya (Crítica), una puesta al día sobre la cuestión troyana para un público general. Y ayer, paseando por Barcelona en un agradable día primaveral y con final en la librería La Central de la mallorquina calle barcelonesa, encontré este libro entre las novedades. Un libro breve, al estilo de las “short histories” o las “a very short introduction” que suelen abundar en el mercado anglosajón y que por aquí son más bien escasas o apuntaladas bajo el epígrafe “breve historia de”, en el que encuentras de todo un poco pero con desigual calidad. Con La Guerra de Troya (Alianza Editorial), Eric H. Cline, profesor en la George Washington University en la capital estadounidense y colaborador en numerosos documentales, consigue sintetizar la cuestión troyana para el lector profano pero interesado, a la par que actualizar datos (la edición original es de 2013) y plantear algunas preguntas, muestra de que el tema troyano sigue de candente actualidad.

31 de mayo de 2014

Reseña de La Gran Guerra (1914-1918), de Álvaro Lozano

En este año de conmemoración del centenario del estallido de la Primera Guerra Mundial, los libros se multiplican. Qué os voy a contar a los que sois aficionados a la Historia y leéis sobre el tema. No sólo la masa bibliográfica de obras generales y de episodios determinados se amplía a cada mes que pasa (¿habrá más hasta llegar a fin de año?), sino que incluso sobre España y la Gran Guerra se publican diversos libros (muy interesantes); por ahora he contado cuatro (Alianza Editorial, Galaxia Gutenberg, Cátedra y Akal). Cuando pienso en la práctica imposibilidad de leer todo lo que se publica sobre este tema me viene a la cabeza la programación especial que la BBC dedica a recordar el centenario desde este 2014 (ya han empezad con un par de series y documentales) y que llegará ¡a 2018!, con un interludio en 2016 para recordar el cuarto centenario de la muerte de William Shakespeare (otra fecha a recordar). Y pienso también que en 2017 será el centenario de la Revolución de Octubre en Rusia… Y en este 2014, que en tierras catalanas conmemoramos otro centenario (y ya sabéis cuál), dejamos de lado el bimilenario de Augusto, los doscientos años del Congreso de Viena, sin olvidarnos del 75º aniversario del final de la Guerra Civil, el centenario de la Mancomunidad de Cataluña… Saturación es la palabra que siento cuando observo esa masa bibliográfica sobre la Gran Guerra; y eso que apenas he leído el libro de Margaret Macmillan, el de Eduardo González Calleja y Paul Aubert sobre España y el conflicto… y ahora el libro de Álvaro Lozano, La Gran Guerra (1914-1918) (Marcial Pons, 2014), otra obra general… que sin embargo considero muy recomendable.