En su primera novela La interpretación del
asesinato (publicada por Anagrama en 2007) Jed Rubenfeld jugaba la carta
de la novela policiaca con derivaciones: es decir, una novela al uso,
incluso best-selleriana (aunque con una calidad contrastada), que
trataba el tema del psicoanálisis. El punto central de la novela era el
viaje de Sigmund Freud y Carl Jung a Estados Unidos en 1909, un viaje
que se suponía iba a consolidar el prestigio de Freud (a cimentar el
método psicoanalítico) entre los psiquiatras locales, pero que no
consiguió los resultados esperados; hasta el punto de que Freud (que ya
por entonces estaba en tira y afloja con Jung, previo a su ruptura) tuvo
siempre un mal recuerdo de aquel viaje y de aquel país, al que declinó
regresar. La novela presentaba un caso, sus complicaciones y cómo el
psicoanálisis era utilizado como un elemento de investigación más,
especialmente por uno de los dos protagonistas, el doctor Stratham
Younger, que acabaría renegando del método de Freud. Su partenaire, en
este particular buddy book (parafraseando el género cinematográfico de
las películas de compañeros policías), era el detective Jimmy Littemore,
que con una observación y una deducción dignas de Sherlock Holmes, se
encargaba de resolver el caso, con la ayuda inestimable de Younger. La
novela funcionó muy bien, hasta el punto de que unos pocos años después
Rubenfeld (jurista y profesor de derecho constitucional de profesión)
decidió recuperar a ambos personajes en La pulsión de muerte (Anagrama,
2012), once años después de los hechos vividos en la anterior novela y
tomando como punto de partida un atentado terrorista en pleno Wall
Street neoyorquino.