15 de abril de 2013

1 de abril de 2013

Crítica de cine: Los últimos días, de Àlex y David Pastor

Una película apocalíptica, con una Barcelona devastada como escenario y las entrañas de la ciudad como refugio último. "Hay que verla", me dije en su momento. La idea inicial de los hermanos Àlex y David Pastor es muy atractiva: de un día para otro, la población del mundo empieza a sentir un ataque hiperbólico de agorafobia, salir a la calle supone no sólo un miedo atroz a algo desconocido sino incluso la muerte (más por el susto que por otra cosa). Y es lo que le sucede a Marc (Quim Gutiérrez), que se ve atrapado en su lugar de trabajo durante tres meses, sin poder salir, igual que el resto de empleados del edificio, de la ciudad o del mundo. Pero decide salir (el muchacho se lo ha pensado mucho, tres meses...), pues necesita saber qué ha sido de su novia Julia (Marta Etura), si sigue viviendo en el hogar de ambos, si sigue viva, de hecho... Le acompañará un rudo ejecutivo de recursos humanos, Enrique (José Coronado), que tiene un GPS (ideal para guiarse por el subsuelo, según creen), y que quiere saber qué ha sido de su padre, ingresado en un hospital. A partir de ahí empieza una película que es un poco de todo: rollo apocaliptico, buddy movie, aventuras y drama con vocación de thriller. Y particular ida de olla en el epílogo...

Canciones para el nuevo día (1136/364): "Bright Lights Bigger City"

Cee Lo Green - Bright Lights Bigger City



Disco: The Lady Killer (2010)

23 de marzo de 2013

Crítica de cine: Anna Karenina, de Joe Wright

Me he dedicado a buscar un póster que defina con precisión una película como Anna Karenina de Joe Wright. Lo habitual es encontrar la típica imagen de Anna en el centro del escenario, con Vronski y Karenin a lado y lado. Y sin embargo sería simplificar en exceso la trama de esta nueva (en todos los sentidos) adaptación de la novela de Lev Nikolaievich Tolstói: pues, sí, es la historia de un adulterio y de un amor obsesivo, de la ruptura por parte de la protagonista de los convencionalismos de un rígido código social en la élite peterburguesa. Pero la historia de esta novela es más compleja, y debemos agradecer a Tom Stoppard, el guionista y aclamado autor teatral, que no se haya olvidado de quién es realmente el protagonista de esta novela: Konstantin Dimitriévich Levin, el alter ego del propio Tolstói, el hombre reflexivo y al mismo tiempo irascible, debatiéndose entre la modernidad y el apego a las tradiciones rusas. Sin Levin, la novela no es la misma, pues encarna la cara B de la propia Anna: también duda, como Anna, y baraja romper con todo; también el amor lo golpea y obsesiona, pero donde ella se hunde en su propio infierno (y en aquel creado por los demás), Levin se mantiene a flote, y termina por, a su manera, conseguir lo que siempre ha soñado.