Si no le ves la puñetera gracia a una serie como Glee,
sobre todo en sus primeras dos temporadas, no sigas leyendo, pasa del
tráiler de esta película si estás por YouTube, dedícale un par de horas a
otro tipo de películas. Si no consigues engancharte a un tipo de
películas con código propio –el rol universitario estadounidense, con
sus estereotipos; la suspensión de la incredulidad en lo que se refiere a
peña que parece que llevan ensayando dos días y ya dominan una canción;
el chico-chica-chique que se encuentra con chico-chica-chique y hay un
final que por previsible que sea te sigue provocando cosquillicas en la
barriga–, no sé cómo sigues aún leyendo esta crítica. Y si la comedia de los
años ochenta es lo peor de lo peor en tu modesta opinión, pues, ¡ja!,
mejor lárgate. Porque Dando la nota
es una película que mezcla todo eso, con un rol autoparódico que tiene
más gracia aún cuando sospechas que no lo es al 100%; y si te acercas a
una prácticamente desierta sala de cine en una primera sesión de un día
muy lluvioso con la mente más o menos despejada de prejuicios (o
atontada), probablemente pasarás más que un buen rato. Sin pasarnos,
¿eh?, que tampoco es la caña de España...