14 de octubre de 2021

Reseña de Le charme discret des séries, de Virginie Martin


Las series de televisión son hoy en día mucho más que un fenómeno: un universo de temas, tramas y emociones; además resultan en sí mismas inabarcables, prácticamente como las plataformas en streaming (además de las cadenas en abierto y de pago) que las emiten. Netflix, HBO España (HBO Max desde el 26 de octubre de 2021), Amazon Prime Video (APV), Disney+, AppleTV+, StarzPlay, Filmin y Movistar Lite (la versión en streaming y más económica de Movistar+) son las principales plataformas para poder ver series en España, ya sea en móvil, tableta, PC o smart TV. Si un usuario quiere ver algunas series de moda deberá saber primero qué plataforma las emite –generalmente en exclusiva, aunque en los Channels de APV o en paquetes de cable como Orange y Vodafone es posible contratar bajo demanda (VOD) series y películas de otras plataformas– y lo más probable es que compruebe que no están todas en la misma plataforma, por lo que se verá obligado a suscribirse a más de una. El pirateo parece estar a la baja ante la oferta serial, con precios en general bastante asequibles y con estudios que muestran que gran parte de la población española está suscrita a alguna plataforma de streaming, hecho que se ha intensificado desde el inicio de la pandemia de COVID-19.*

*Sirvan un par de noticias como muestra: 
“(...) De los 18 países encuestados, España ocupa el séptimo puesto en el porcentaje de la población que está suscrita al menos a un servicio de streaming. En nuestro país, la líder del streaming es Netflix, donde un 43,87% está suscrito a dicho servicio, seguida por Amazon Prime Video con un 24,05% y HBO con un 10,31%. (…)”. Pedro Domínguez Rojas, “¿Cómo es el consumo de streaming en España y el resto del mundo?”, en Diario Digitalis, 2 de agosto de 2021. 
“El 64% de los usuarios ya tienen acceso a dos o más plataformas de 'streaming'. El público español, tradicionalmente reacio a pagar para ver la tele, ya no se conforma con una única vía para consumir series y películas, al margen de la televisión generalista”.  PlayTV, “El 64% de los usuarios de plataformas disfrutan ya de dos o más”, ABC, 27 de abril de 2021. 
Y esto en referencia a los usuarios de plataformas en España, país que se ha sumado al boom global por el consumo de series de televisión. Series que producen también estudios culturales de todo tipo. Como suele suceder con las propias series, estos estudios también han crecido de manera exponencial, tanto en cantidad como en calidad, y que destacamos al margen de la mera crítica de series en blogs y webs, suplementos de periódicos y revistas, y espacios propios de los principales medios en Internet. Y como también suele ocurrir, los estudios académicos de series de televisión proliferan y también crecen exponencialmente en cuanto a calidad.

En Francia, por circunscribir el contexto de este libro, Le charme discret des séries de Virginie Martin (Éditions HumenSciences, 2021) multiplíquese por x en el ámbito anglosajón, llevan un tiempo apareciendo libros que no se limitan a “comentar” series, sino a analizar el contexto y los temas que tratan. Revistas prestigiosas como Cahiers du Cinéma cada cierto tiempo publican números dedicados a las series de televisión y se han editado libros interesantes como La Géopolitique des séries ou le triomphe de la peur de Dominique Moïsi (Stock, 2016; trad. cast., Geopolítica de las series o el triunfo global del miedo, Errata Naturae, 2017), por destacar uno. El principal problema de estos libros y publicaciones periódicas es que suelen ser muy dependientes de su propio contexto histórico o, por decirlo con otras palabras, quedan desfasados con rapidez: llegan nuevas series que dejan “viejunas” las que unos meses (ya no años: meses) estaban en boga y surgen nuevas aproximaciones a nuevas inquietudes de la sociedad de ese estricto momento.

Algo parecido le puede pasar, y de hecho le pasará, a este libro de Virginie Martin, que además está muy apegada a la “actualidad”. De hecho, ya el primer capítulo “Les séries: un objetpuissant”, en el que analiza el auge global de las series y en el que acuña el acrónimo "DAN" para referirse a la preponderancia de Disney+, Amazon Prime Video y Netflix, sobre todo esta última (con el ejemplo de La casa de papel como producción local, española, que triunfa globalmente). El libro no menciona apenas a HBO, que con su nueva marca HBO Max se expandirá por diversos países, incluida España, desde el 26 de octubre de 2021 (aunque no a Francia, donde las producciones de HBO a menudo operan en otras plataformas, como SkyAtlantic). Tampoco tiene en cuenta cómo AppleTV+ se está configurando como una seria adversaria de los streaming “tradicionales” como Netflix y APV en cuanto a una producción menor en número, pero de mayor calidad.** Pero es un capítulo que, al margen de sus carencias (y apenas señalo un par), tarde o temprano se quedará desfasado: el panorama de las plataformas es continuamente cambiante como industria: en Estados Unidos, además, surgen nuevas plataformas, como Peacock desde abril de 2020, el servicio bajo demanda por internet de NBC Universal. 
**Series como Ted Lasso, todo un fenómeno y que ganó en septiembre de 2021 el Emmy a mejor comedia (un gran triunfo si tenemos en cuenta además que la plataforma de Apple aún no ha cumplido los dos años de emisión), The Morning Show, Fundación y Dickinson, entre las mejor valoradas, demuestran que esta plataforma prioriza más la calidad de sus series que el estreno semanal de producciones, como si fuera una cadena de montaje, de Netflix. 
Más interesante resulta el segundo capítulo, "Bras de de fer géopolitique et séries", en el que la autora sale del ámbito estrictamente anglosajón (USA, sobre todo) en cuanto a la producción de series y realiza una panorámica “internacional” sobre qué se hace en otros países: las series turcas e indias bajo designios políticos (no siempre) de sus gobiernos,*** israelíes, japonesas y coreanas (ahora mismo “lo peta” El juego del calamar). Un capítulo que particularmente me evoca las críticas de Lorenzo Mejino, routier de las series por todo el mundo, en su blog Series para gourmets en la web de El Diario Vasco. Para quienes conocemos a Lorenzo, no hay mayor especialista a nivel nacional sobre series en todo el mundo, saliendo a menudo del monopolio anglosajón y ofreciendo análisis de series africanas, asiáticas y latinoamericanas; de hecho, Mejino es coautor junto a Paula Hergar del libro La vuelta al mundo en 80 series (Malpaso Ediciones, 2020).

***Algo que quizá explique el boom de las series turcas de las grandes cadenas generalistas de España desde el estreno de Mujer en Antena 3 en el verano de 2020, y que hasta entonces estaba limitado, en el espectro de la TDT, a canales temáticos como Divinity de Mediaset. Un fenómeno que parecía estacional, pero que perduró con el retorno de la programación habitual en otoño y que continuó con producciones como Mi hija y Tierra amarga. Incluso este auge de las series otomanas ha propiciado remakes españoles, como Alba en la plataforma Atresplayer Premium de Atresmedia, y que se basa en la serie turca Fatmagül (2010-2012), y sobre un tema de candente actualidad: una violación en grupo, que remite a casos recientes como el de “La Manada”.
Los capítulos tres, cuatro y cinco conforman una segunda parte del libro, sin duda la más interesante del volumen, que se presentan como bloques temáticos bastante amplios: el feminismo, el ámbito LGTBIQ y la cuestión racial ("Les séries comme ouverture aux monde"), la política ("Les séries politiques, un peu de réalisme") y la distopía ("Les séries lanceuses d'alerte: la dystopie comme sémaphore"). En cierto modo son tres ámbitos que se relacionan bastante entre sí: por ejemplo, una serie como El cuento de la criada (Hulu: 2017-) es una distopía sobre unos alternativos Estados Unidos en donde el feminismo es eliminado de raíz y las mujeres son objetos al servicio de una teocracia fundamentalista, Gilead. Son tres capítulos que permiten también tener una instantánea de qué temas son tendencia o crean tendencia a nivel social, y a menudo con una enorme rapidez en función de movimientos como el #MeToo o Black Lives Matter. Martin se muestra bastante escéptica sobre la “realidad” que muestra las series políticas (Baron Noir [Canal +: 2016-2020] en Francia, por ejemplo), y que le parece que no dejan de simplificar (o tratar de epatar) a partir de la política tradicional, mientras que considera que otras propuestas no tan conocidas, como Les Sauvages (Canal+:2019; Los salvajes en Movistar+), con la posibilidad de que un candidato de origen magrebí gane las elecciones presidenciales francesas, tienen un mayor impacto en la manera de reflejar la política en la sociedad.

El capítulo quinto, con el tema de "la distopía como semáforo", acierta al reflexionar sobre cómo las tensiones sociales a partir de cuestiones como la vigilancia política, el ecologismo, la eurofobia, la inteligencia artificial (el transhumanismo que va más allá de los robots, como se pudo ver en un personaje de la serie Years and Years [BBC: 2019]) o el retorno de los nacionalismos étnicos se retratan en las series de televisión y nos ayudan (o nos empujan, directamente) a reflexionar sobre el cambiante mundo actual. Quizá sean estos tres capítulos o bloques la mejor parte del libro, ofreciendo ejemplos de series en cuanto a temas concretos, y apelando a reflexiones de filósofos (generalmente franceses, claro).

El resultado es un libro interesante, amplio en temas y ámbitos, y breve (apenas doscientas páginas de texto:  no tiene demasiado recorrido para profundizar en detalle, y quizá sea este su principal hándicap: apunta y trata, pero no con demasiada hondura; quizá tampoco es lo que se requiere en un libro de estas características en el que importan más los grandes temas que tratan las series que el análisis de las propias series). Pero en la globalidad resulta un perspicaz análisis de los temas que preocupan actualmente en la sociedad y una panorámica global de las series, más allá de lo que se produce en Estados Unidos (no obstante, el principal productor de series de televisión). Amplitud de miras (y de escenarios) y un análisis que no se queda (afortunadamente) en el mero comentario de las series y sus tramas. Vale la pena… aunque, como decía antes, en algunas cuestiones pronto quedará desfasado; pero, visto de otra manera, supone una mirada atenta al Zeitgeist de las series.

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