Crítica publicada previamente en el portal Fantasymundo.
El 16 de julio de 1969, a las 9:32 hora de Houston (13:32 horas UTC), la misión Apollo 11 despegó desde la plataforma 39 del centro espacial John F. Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida. Un millón de personas, aproximadamente, se habían trasladado a la zona y, a varios kilómetros de distancia, observaron el lanzamiento de la nave formada por el módulo de mando (Columbia), en el que viajaban los tres astronautas de la misión –el comandante de la misión Neil Armstrong, el piloto del módulo de mando Michael Collins y el piloto del módulo lunar (Eagle) Edwin E. “Buzz” Aldrin–, el módulo de servicio, el citado módulo lunar y el cohete Saturn V (que constaba de tres fases), el cohete más potente de la historia y equivalente a 180 millones de caballos de vapor. El conjunto de la nave, de 111 metros de altura y casi 3.000 toneladas de peso, se elevó sin problemas; tres minutos después se desprendió la primera fase del cohete y se encendió la segunda; a los nueve minutos del despegue se separó esta segunda fase y se produjo la ignición de la tercera; a los once minutos (9:43 horas) se apagaron el motor de la tercera fase y la nave entró en la órbita terrestre, donde se mantuvo durante dos horas y media (y realizó dos vueltas al planeta), tiempo necesario para comprobar que todos los sistemas funcionaban a la perfección. A las dos horas y cuarenta cinco minutos del despegue (12:22 horas), la nave encendió el motor de la tercera fase del Saturn V y mantuvo la ignición durante seis minutos para poder establecer la trayectoria correcta hacia la Luna. Todo salió según lo previsto y se realizó la maniobra de transposición: el Apollo 11 se liberó de la tercera fase del Saturn V, giró sobre sí mismo y se acopló al módulo lunar en forma de araña y que previamente se había sacado de su “envoltorio” (operación que habremos visto en películas como Apollo 13 [Ron Howard, 1995], por ejemplo), entre las 13:01 y las 13.49 horas. El Apollo 11 abandonó la órbita terrestre e inició un viaje de tres días hasta la Luna, a 380.000 kilómetros de distancia.